Festival de Teatro 2020

Rafaela celebró su festival

La ciudad vivió cinco jornadas de intensa actividad artística y cultural. Dieciséis obras fueron ovacionadas por diez mil espectadores, una cifra más que elocuente.

Rafaela celebró su festival

El talento de un gran actor en “Fanto”, la obra con textos de Santiago Allasia e interpretación de José Fanto.

 

Roberto Schneider

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Rafaela es para muchos una meca teatral en el país. La calidez de los rafaelinos, una inteligentísima programación, la gente responsable trabajando de la mejor manera, y el intendente Omar Perotti recibiendo a todos de la mejor manera, como uno presupone que se recibe a los invitados en su casa. Todos dispuestos a celebrar la fiesta, que es ya una seña de valía indiscutida en el panorama de las artes escénicas de la Argentina.

La ministra de Innovación y Cultura, “Chiqui” González, caracterizó a este Festival como “un teatro profundamente innovador que representa el mejor teatro del país y de Latinoamérica que se merece la ciudad de Rafaela por sus antecedentes y por tener un teatro tan magnífico, pero que también se lo merece la provincia entera de Santa Fe por poseer un teatro extraordinario y hablo de toda la provincia y de algunas de sus ciudades en particular, para mostrar a todo el país que ha sido la fuente de una nueva forma de creación actoral y tantas otras maravillosas cuestiones más que nos caracterizan.

“Viva la alegría -enfatizó después- de estar juntos en este ritual secreto que, aunque sea a voces, sigue siendo secreto y por favor: que en lo colectivo y en ese cuerpo tan expuesto (los actores) tan lejos del narcisismo y tan cerca del ritual y del amor sean una imagen viva de todo lo que somos los seres humanos que estamos empeñados en transformar nuestro lugar, nuestra casa, nuestra población, nuestra provincia, nuestro país y, si fuera posible, dar algún ejemplo al mundo de nuestra creatividad tan particular”.

El intendente Omar Perotti repasó el camino recorrido por el Festival desde su primera edición y el desafío asumido desde su gestión para fortalecerlo y mejorarlo en cada edición. “Nos planteamos que esto era posible en una ciudad que tenía como alternativa convertirse en referencia regional, con proyección nacional, para eventos culturales, que el Festival podía ser una herramienta muy importante para que nuestra gente tenga acceso a bienes culturales de calidad, pero que también sea una posibilidad para que nuestros talentos puedan crecer y proyectarse. Y, en la presente edición, estas cosas se dan. Año tras año, la organización ha cuidado la variedad y la calidad y la respuesta del público que lo ha hecho propio y lo sostiene ha dado una respuesta positiva”, enfatizó.

Perotti puso especial énfasis en destacar que desde su gestión es “firme la decisión de invertir en cultura y de invertir en esta organización porque no hay dudas de que vuelve. Vuelve en salas llenas de público que da su aprobación colmándolas al año siguiente, en los chicos que están formándose en cada una de las plazas y en nuestra gente formada en cada uno de los talleres como artistas, directores y técnicos, pero también vuelve en la trascendencia de la ciudad, que suma un elemento más en consideración de cómo los rafaelinos hacemos las cosas”. Celebró finalmente la labor de todo su equipo, especialmente la del curador del Festival, el consagrado director Marcelo Allasino, y destacó una vez más la presencia del Círculo de Críticos de las Artes Escénicas de la Argentina -Critea- y el trabajo crítico que esta entidad realizó todas las mañanas con los creadores y el público rafaelino.

“Esta nueva edición del FTR instaló la costumbre de los rafaelinos de ver buen teatro, de esto no caben dudas. Las 7.500 entradas vendidas antes de su inicio y las 10.000 cuando finalizaron las funciones son la contundente afirmación de lo que sostenemos: los habitantes de esta ciudad se han apropiado del festival y lo viven con intensidad”. Las salas llenas y con un público sumamente respetuoso son el estupendo resultado para los organizadores. Y debe saludarse con felicidad el hecho de que permanezca -y se acentúe- la decisión política de la intendencia de continuar con el encuentro. La programación fue sumamente inteligente, con propuestas para todos los gustos, con unipersonales de fuerte discurso, con espectáculos bellísimos dedicados a los chicos... y la totalidad dedicada a los rafaelinos. Chapeau.

Noche consagratoria

La cartelera de esta edición fue sumamente atractiva. Comenzó en la noche inaugural con “Casicapresse”, un magnífico espectáculo pleno de poesía y humor del mejor nivel, de Alba Alfonsina Iruzubieta y protagonizado por los payasos Naná y Tomate. Por momentos con un tono fuertemente naif y de una vitalidad plena, la dirección de Eduardo Bertoglio priorizó sobre el escenario la posibilidad de que sus personajes mostrasen su enorme talento. Una forma amorosa de empezar el festival, que abrazó a los espectadores. Se mostró la vida cotidiana con toda su maravilla, su crueldad, su intensidad, a partir de un juego rico en potencialidades. El público los ovacionó largamente.

Después, un montaje que llegó desde Buenos Aires conmovió a crítica y público. En el vestuario visitante del Club Atlético de Rafaela pudo degustarse como un plato exquisito “Un hueco”, escrita y dirigida por Juan Pablo Gómez con un afiatado y solvente elenco integrado por Patricio Aramburu, Nauel Cano y Alejandro Herren. El espacio sorprendió y atrapó al mismo tiempo. Se habla en la escena sobre qué camino se elige para continuar en la vida. Alternativas para seguir vivo, para seguir encontrándonos y darnos permiso para el sufrimiento. Los personajes están unidos por la muerte de un amigo y cada uno de ellos va desnudando simbólicamente para ir construyendo la identidad del amigo muerto. Lo más interesante, también, es que van construyendo la historia de un ámbito preciso, a partir de la reconstrucción de la cotidianeidad.

Desde Córdoba, la fuerza

Como otra propuesta brillante de la noche inaugural, otro espectáculo movilizó al público. “Carnes Tolendas, retrato escénico de un travesti”, de María Palacios, con la potente interpretación de la actriz travesti Camila Sosa Villada. Irrumpieron los poéticos textos de Federico García Lorca y su complejo mundo femenino a partir de la actuación superlativa de una travesti que reconoce que no es mujer, pero actúa -maravillosamente- representando a esos personajes. Y se identifica a partir de una exposición en la que desnuda su alma. Se sienta sobre el borde del escenario y cuenta su experiencia de vida, a partir de una ruptura que ayuda a definir quién es uno en la vida. El tono y la gestualidad y el cuerpo son lo suficientemente elocuentes como para contar quién es Camila. No hay categoría posible, es ella y a partir de la literatura y la diversidad, muchas veces difícil de soportar para tantos.

“Espamento Mamushka” fue una de las obras ganadoras del certamen de coproducciones organizado por el municipio rafaelino. Un montaje de Ramiro Rodríguez con fuerte presencia de la imagen desequilibrada a partir del abuso de una serie de recursos innecesariamente estirados y una actuación por momentos deficitaria de Agostina Prato, que no permitió encontrar el tono adecuado. La repetición por la repetición misma, vacía de contenidos.

Excelencia rosarina

“Dionisos Aut”, de Aldo El-Jatib y su Grupo El Rayo Misterioso, dio cátedra de verdad teatral. El juego en el que la pasión y la razón están en disputa, con una tendencia a que la razón trate de aniquilar los caminos que la pasión lleva. Se recuperan en la escena lo mitológico y símbolos de la cultura occidental, con la literatura griega y cuadros de reconocida raigambre en el arte universal. Una caravana permanente en un arca en la que conviven luchando lo instintivo y lo racional todo el tiempo. El carnero de Dionisos es el elemento perturbador que hay que domesticar y, si es posible, matar para que no sobresalga. Es difícil de explicar todo lo bello que este trabajo dejó como impronta de una seria investigación de forma y contenido, que no excluye lo político y que otorga la posibilidad a los espectadores de una profunda reflexión. Impresionantes la banda de sonido y las luces, también protagonistas. El elenco, soberbio, a partir de las interpretaciones de Hani El-Jatib, Ada Cottu, Federico Cuello, Carolina Balbi y María de los Angeles Oliver.

“Un poyo rojo” pegó también fuertemente en la platea. Una estética que aprovecha dos cuerpos -de Luciano Rosso y Nicolás Poggi- que transmiten una historia de emoción, con una historia de encuentro. Dos varones que intentan acercarse, lo habitual en una relación humana a partir de un juego de seducción plenamente cargado de un sutil humor, que hace fluir naturalmente la historia narrada. La imaginación puesta sobre la escena, con un claro homenaje a Lía Crucet y toda su estética. Otra larga ovación para el trabajo dirigido por Hermes Gaido.

“Medieval”, del director cordobés Gonzalo Marull. Un juego delirante, especialmente atrapante. Retoma el humor cordobés y lo transforma a partir de una historia que muestra a Klaus Kinsky, con una posadera del Medioevo instalada en un hostel, con un turista griego hablando en cordobés y una azafata tan bella como intrigante. Marull trabaja con estupendos actores: Florencia Bergallo, Nauel Cano, Lola Lagos y Victoria Roland, con la voz en off de Graciela Borges. El delirio, divertido, en el mundo del teatro.

Cuando la emoción sobrevuela la vida

Desde la abrumadora presencia de la soledad, el vacío y una triste cotidianeidad se destila el encuentro de un hombre en el mundo. Un enorme basural es el único testigo, que se transformará en otros más. Ternura, desencuentros, emoción e incomunicación y también un contacto con la pasión hilan el crecimiento. Hay en “Fanto” -el otro ganador del certamen de coproducciones rafaelino- un concepto del teatro en profundidad, un texto bello, dolorosamente poético, que habla sobre la sinrazón del ser humano, sobre nuestras miserias, nuestras penas y nuestros instantes sublimes.

Ese texto profundo de Santiago Alassia permite establecer la presencia de un personaje -magnífica actuación del actor rafaelino José Fanto- de carne y hueso, verdadero, con historia y motivaciones, con hastío y anhelos, víctima y verdugo, como todos. Y hay un desarrollo dramático que participa de la emoción, de las ideas y del interés hasta dejar al espectador comprometido. Es cierto que el montaje se inicia basándose en tanteos. Pero es una indefinición -tal vez buscada- que introduce en los cada vez más complejos estratos de una personalidad para terminar componiendo una historia rica y compleja, construida sobre la base de aristas y sutilezas: el enfrentamiento del ser humano con su universo más íntimo.

Una apuesta difícil, la de reivindicar el teatro de la palabra en un tiempo de imágenes espectaculares; la de plantear problemas profundos en una época de banalidades consumistas; la de hablar del individuo, en días de tensiones sociales. Un reto del que Alassia y Fanto salen más que airosos. Es el actor que oficia el milagro de la transmutación. Con su comprometida y entrañable interpretación destierra por momentos el dominio de la palabra y con el fluir de los silencios, la intensidad de los gestos o la hondura de su trabajo convierte el texto en vida, en carnalidad mensurable, tangible, en teatro. A través de su rostro y de todo su cuerpo resume la verdad, la vulnerabilidad. Para que el espectador se sienta parte de ese paisaje en el que la palabra juega con un ritmo cuidado, con un rigor impecable, donde sobrevuelan una tenue emoción, una sutil poesía del sufrimiento o la vida misma.

El fantástico y entrañable humor de Mónica Cabrera se hizo presente en la Perla del Oeste. La actriz demostró una vez más por qué mantiene un sólido romance con el público. Junto a la estupenda actriz Teresa Murias debió agregar otra función de “The Victory to la Madrecita”, ante la gran demanda de localidades. La obra es una síntesis de fuerte contenido acerca de una supuesta curandera que vive empastillada y es aprovechada por su propia hermana como elemento de lucro. El humor de la gran cómica tampoco olvida un repaso sobre las tragedias nacionales y su discurso pega fuerte, con contundencia.

Otra maravilla de instinto teatral fue “La gracia”, del joven dramaturgo Lautaro Vilo, manejada con mano maestra por Rubén Szuchmacher y actuada con gran potencia interpretativa por Berta Gagliano. Una mujer visita en el hospital al hombre que la violó y ahora permanece con el cuerpo desfigurado a raíz de un incendio. El largo testimonio de la protagonista, que no llega en son de guerra, sino que parece comprender la conducta de su agresor, es asimismo un doloroso itinerario por una forma de pensamiento que no elude la compasión ni el perdón ante la noción del sufrimiento en carne propia. Sin duda, una joya en el festival.


Rafaela celebró su festival

“La gracia” o el instinto teatral en la obra escrita por Lautaro Vilo, magníficamente dirigida por Rubén Szuchmacher.

Rafaela celebró su festival

La delicadeza y la fuerza de un mensaje contundente en “Carnes Tolendas: retrato escénico de un travesti”, que ya habíamos apreciado en el Ciclo Teatro de Ciudades de la Marechal.

Fotos: Gustavo Conti

Rafaela celebró su festival

Toda la gracia en “The Victory to la Madrecita”, de y con Mónica Cabrera.

Rafaela celebró su festival

“Un poyo rojo”, una brillante muestra de cómo hacer el mejor teatro-danza.

Una solicitud justificada

En el marco del acto de apertura del Festival de Teatro Rafaela 2010, el intendente Omar Perotti solicitó al gobernador de la provincia Dr. Hermes Binner y a la ministra de Innovación y Cultura de la Provincia, Lic. María Angélica González, la creación en aquella ciudad de la carrera Profesorado de Artes en Teatro. Teniendo en cuenta la enorme tradición teatral de la ciudad, la trascendencia que esta actividad tiene en Rafaela y, fundamentalmente, la importancia que la ciudad le da a la formación de su gente, Perotti realizó este trascendental pedido a las autoridades provinciales. Cabe recordar que en 2004, luego de muchos años de gestión, Perotti firmó el convenio con el Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe, que permitió la apertura de los Profesorados de Artes en Música y en Artes Visuales, entonces, una experiencia inédita en la provincia. Dados el interés y la pasión rafaelina por esta actividad, el pedido está justificado.