DSCN0055.jpg

Un viaje a Tenerife

Con el deseo de volver a la tierra de sus ancestros, una pareja de santafesinos visitó la española isla de Orotava, en Tenerife. Un emotivo viaje hacia el interior de la historia familiar para descubrir las bellezas naturales e históricas de ese rincón del viejo mundo.

TEXTOS Y FOTOS. MATILDE GURDULICH

 

Con el propósito de conocer la isla desde donde partió su tatarabuelo, Domingo Alexander Cullen, con destino a América, con mi esposo Coco Leiva Cullen decidimos realizar un viaje a Tenerife, en las españolas Islas Canarias. Aquella partida fue desde la Orotava, en el año 1811 y nosotros, mucho tiempo después, nos embarcamos en el sueño de volver a esas tierras.

Orotava

Esta isla de Tenerife es maravillosa. Su clima es muy benigno y atrae a muchos turistas europeos durante todo el año, que se alojan en los numerosos y confortables hoteles, especialmente en la zona de playas, al sur de la isla.

Hay allí paisajes inolvidables, costas marítimas con playas y grandes rocas, villas pintorescas y coloridas, bosques, variedad de plantas y flores, lugares históricos, yacimientos arqueológicos, etc.

Este grupo de siete islas llamadas Las Canarias, ya eran conocidas desde la antigüedad por los griegos y romanos, cartagineses y árabes. Después de años de luchas, los reyes católicos de España logran su conquista definitiva.

Durante los siglos XVII y XVIII, la isla de Tenerife sufre una serie de violentas erupciones volcánicas, que devastaron parte de la isla y sepultaron once pueblos. Debido a ellos muchos de sus habitantes emigraron a América (especialmente a Venezuela).

En las zonas de erupción volcánica, la lava solidificada le dio al paisaje un aspecto lunar muy extraño. Actualmente, estas zonas son explotadas por el turismo.

Un miembro de la familia Cullen, el Ing. Carlos Ascanio Cullen, nos llevó a conocer el famoso volcán El Teide, en el parque nacional del mismo nombre. Es la montaña más alta de España, con 3.718 metros.

El camino de ascenso es muy sinuoso. Llegamos hasta 2.700 metros en un trayecto de 35 kilómetros. En el primer tramo, la zona más húmeda está cubierta de bosques de pino y la laurisilva, que se compone de árboles de hojas siempre verdes y numerosas lianas. Luego, aparecen los fáyales y brezales, varias especies de pino y matorrales de retama.

Avanzando hacia el sur la zona es seca y árida, su suelo es arenoso y paredes rocosas se presentan de colores ocres, amarillos, tierras y marrones.

Recorriendo las Cañadas del Teide llegamos a un centro de visitantes, equipado con la más alta tecnología. Allí se muestra en gigantografías, murales y videos, toda la historia geológica del parque. Nos maravillamos ante la naturaleza, tan agreste y extraña, que veíamos a nuestro alrededor.

En el lugar crece una flor, la tajinaste, que alcanza hasta 3 metros de altura. Ésta y la violeta del Teide sólo brotan en este lugar.

Cerca de un parador de turistas observamos los roques, formados por la erupción del volcán y tallados por la erosión. Parecen gigantescas esculturas.

Un teleférico permite ascender hasta la cumbre del volcán. Dicen que en los días despejados desde allí se alcanzan a ver las otras islas.

Al terminar el paseo, nuestro guía nos llevó a su casa en la Orotava. Desde su jardín se ve hacia abajo toda la villa y Puerto de la Cruz hasta la orilla del mar. Allí nos esperaban a almorzar su esposa y otros familiares. Probamos un rico cocido, comida típica de allí, con carne vacuna, pollo y verduras sazonadas con el infaltable mojo.

Un rico patrimonio

Recorrimos luego la zona antigua de la Orotava. Conocimos la antigua iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Allí fue bautizado Domingo A. Cullen y casi todos los miembros de esa familia, y allí celebraban sus casamientos.

El casco antiguo de la villa se agrupa alrededor de esta iglesia, que es de estilo barroco con suntuosos altares. Esta pintoresca villa, con sus calles que suben y bajan, las casonas pintadas de alegres colores, sus iglesias y conventos, mantienen intacta su arquitectura tradicional. Se nota allí la influencia del arte modejar, andaluz y portugués.

Es muy conocida la Casa de los Balcones, una joya arquitectónica que hoy es sede del Centro de Documentación e Investigaciones de Artesanías de España y América.

Nuestro guía nos acompañó hasta una antigua casa que siempre perteneció a la familia Cullen, situada en la parte alta de la villa. En su frente se distingue una gran cruz verde de madera. En su interior las habitaciones dan a un patio con galerías de tejas y barandas de antiguos muebles y utensilios. Ahora es usada como casa de veraneo.

Visitamos luego la casa del Dr. Juan Cullen Salazar, otra antigua vivienda de dos plantas, muy bien conservada con techos de madera tallada. Allí en la planta baja tiene su estudio de abogado. La oficina del Consulado de Austria y un amplísimo archivo con importantes documentos de su familia y otros de la isla. En esa ocasión nos fue entregada una copia del acta de bautismo de Domingo Cullen.

El puerto de Garachico

Otro día, recorriendo las costas de la isla llegamos a Garachico, fundado en el año 1496. Fue el principal puerto de Tenerife hasta 1706, cuando una gigantesca erupción volcánica sepultó gran parte de la población bajo la lava. Actualmente se reactivó su vida comercial, se reconstruyeron las zonas dañadas y se convirtió en un centro turístico.

En una costa de 6 kilómetros de largo, tiene playas y grandes piscinas naturales formadas por la lava petrificada.

Su arquitectura colonial se puede apreciar en la Iglesia de Santa Ana, del siglo XVI, los antiguos conventos, el castillo de San Miguel, etc. Recorriendo sus calles nos remontamos al pasado.

En la ciudad de Santa Cruz, su zona céntrica tiene un centro comercial con modernos negocios.

En el puerto se ha construido un moderno auditorio diseñado por el arquitecto Calatrava. Cerca de allí, en un edificio de tipo colonial, con un gran patio central, rodeado de galerías, funciona el mercado Nuestra Señora de Afrida, donde se pueden adquirir toda clase de verduras, carnes, mariscos, pescados, frutas y flores, etc.

Otros atractivos

Un importante lugar relacionado con la cultura de la ciudad es el Tea (Tenerife Espacio de Arte), muy amplio y moderno, con grandes espacios vidriados construidos en distintos niveles, donde se presentan obras artísticas en exposiciones temporarias y permanentes. Pudimos ver, durante nuestra estadía, muestras interesantes de escultura y pintura. En su gran sala de ingreso se venden reproducciones, libros de artes y artesanías.

Muchos turistas visitan también el Loro Parque, que posee un delfinario y numerosas especies de animales, en medio de jardines tropicales.

En Puerto de la Cruz, de arena negra y grandes rocas, hay piletas rodeadas de jardines, pues las playas cercanas son algo peligrosas.

Las playas más importantes están situadas al sur de la isla. Allí se encuentran grandes cadenas de hoteles internacionales, donde concurren turistas de todo el mundo.

El tiempo nunca alcanza para apreciar todos los lugares de interés que ofrece esta isla al visitante... Volvimos, con ganas de regresar a Tenerife, para completar su recorrido y conocer las otras Islas Canarias.

1.jpg

Los Cullen de la isla

Los Cullen que llegaron a esa isla eran oriundos de Irlanda, de donde emigraron por causas políticas y religiosas hace ya 300 años. Desde entonces se desarrolló allí una gran familia.

Domingo A. Cullen, de 20 años de edad, llegó a Montevideo, donde residió un tiempo, dedicándose al comercio fluvial y marítimo con su barco. Luego pasó a la Argentina y se estableció en Santa Fe. Aquí se relacionó con el brigadier Estanislao López, del cual fue un eficaz colaborador. Luego llegó a ocupar un destacado lugar en la política provincial y nacional.

En Santa Fe contrajo matrimonio con Joaquina Rodríguez del Fresno, con la cual tuvo 8 hijos. Sus descendientes formaron una numerosa familia cuyos miembros residen en Santa Fe, Entre Ríos, Rosario y Buenos Aires.

Hace dos años, el Dr. Iván J.M. Cullen organizó una gran reunión familiar en Buenos Aires, a la que concurrieron más de 700 descendientes de la rama Cullen de Argentina, otros de Irlanda y de la Orotava (Tenerife).

Allí conocimos a dos familiares, residentes en esa isla, y a través de su invitación resolvimos visitar ese lugar. No imaginamos entonces lo maravillosa que es sa isla

2.jpg
010.jpg

La villa

La Orotava es uno de los municipios con mayor tradición de Tenerife. Su imagen urbana alcanzará su definición durante el S. XVII, marcada por las características topográficas de la zona, como es el acentuado desnivel del terreno y la presencia de dos barrancos, el de Araujo al naciente y el de El Monturrio al poniente, así como por la presencia de un eje vertebrador como era la acequia que conducía el agua desde las zonas altas hasta las tierras bajas de cultivo.

Poder religioso

Durante los siglos XVI y XVII se crearon ermitas y conventos vinculados a las familias terratenientes, que tenían el objetivo de consolidar el núcleo de vecinos, a la vez, que establecían los límites del territorio y se erigían en referentes culturales para la alta sociedad orotavense, en el caso de los cenobios. Entre el desaparecido convento de San Lorenzo y el Llano de San Sebastián tendría lugar el desarrollo inicial de La Orotava, levantándose durante esas dos centurias las mansiones y los recintos de las comunidades religiosas, establecidas en la población bajo los auspicios de aquéllas. En el S. XVII nacieron los conventos femeninos de claras y catalinas, hoy desaparecidos, y el masculino de Nuestra Señora de Gracia.

Los de abajo

El núcleo poblacional de La Orotava fue creciendo hacia el sur, hacia los terrenos menos aptos para el cultivo, en torno a lo que actualmente se conoce como Villa Arriba o barrio del Farrobo. Allí se estableció el campesinado y los artesanos, quienes desarrollaron un urbanismo contrapuesto al de la Villa de Abajo, por medio de edificaciones modestas, pero de igual valor patrimonial, como son las casas terreras.

más datos