Un personaje uruguayo en la costa

El raid de la gorra

Gabriel Bonilla (42), un uruguayo de la zona de Maldonado, que hace varios años decidió salir a recorrer América Latina en bicicleta, el pasado fin de semana estuvo parando en San Javier.

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“Con esta bicicleta llevo 8.000 kilómetros y 15.000 kilómetros en mountain bike”, confesó el uruguayo Gabriel Bonilla, de paso por San Javier.

Foto: Corresponsalía San Javier

 

Luis Verón

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“Con éste, llevo diez inviernos viajando por el cono sur y estimo que he recorrido unos 23.000 kilómetros, de cinco países distintos”, sintetizó el visitante uruguayo, Gabriel Bonilla.

En su pueblo natal, era pintor, pero en 1997 Bonilla armó su primer viaje y hasta el momento ha parado solamente algunos meses. “Yo le llamó el raid de la gorra, porque cuando hago la exposición de fotos pongo una gorra, con unas moneditas, y la gente coopera. Y con eso voy sobreviviendo; también a veces trabajo, cuando vienen los gastos grandes de reparación en la bicicleta, cambio de carpa”. En su primera experiencia, demoró catorce meses en volver a su tierra natal, según contó el aventurero uruguayo. Hizo más de 5 mil kilómetros, fue del Atlántico al Pacífico, cruzó el desierto de Atacama (Chile) y llegó hasta el Machu Picchu (Perú), al cual calificó como “el lugar más bello de todos los que he conocido”.

Gabriel Bonilla no pasa desapercibido por los lugares que visita, ya que su bicicleta llama la atención y carga más de 120 kilos de equipaje. “Con esta bicicleta llevo 8.000 kilómetros y 15.000 kilómetros en mountain bike”, explicó.

Hace promedios de 50 kilómetros cada vez que sale a la ruta y dice que, en su bicicleta, no le faltan en ningún viaje: algo para cocinar, un mapa, un calentador, el mate, la radio y la cámara de fotos. “Tengo siete kilos de fotos sacadas en el desierto, la selva, la montaña y el mar”.

Al ser consultado por los lugares más complicados que atravesó, confesó que “el lugar más bravo es la Patagonia argentina. Creo que en mayo de 2007 me agarró una tormenta polar que me obligó a estar tres días en la carpa, a un costado de la ruta. Había temperaturas de más de 20 grados bajo cero”.

Por otra parte, manifiesta con alegría que nunca lo asaltaron y aseguró que prefiere los pueblos a las ciudades. Allí se queda algunos días y trata de no entrar a las grandes capitales porque “la gente vive muy loca”. Este último viaje arrancó en Uruguay hasta Buenos Aires; desde allí, está viajando hacia Formosa; luego, a Paraguay, las Cataratas del Iguazú, a Brasil y Salvador de Bahía, que es “donde posiblemente tire mi ancla y me quede radicado por esa zona, porque ya estoy llegando a los 43 años y quiero hacerme de un lugar para quedarme tranquilo”, indicó el personaje uruguayo.

Estima que estará en Río de Janeiro para los carnavales 2011, “porque es otra de las cosas que me gustaría disfrutar” y volvió a reiterar que le gustaría terminar el libro que actualmente está escribiendo en alguna aldea con los indígenas en Salvador de Bahía.