Expulsiones colectivas en Francia

El Vaticano denuncia un “holocausto” gitano

La Iglesia Católica llamó nuevamente al gobierno del presidente Nicolas Sarkozy a rever la medida.

El Vaticano denuncia un “holocausto” gitano

Una familia gitana espera a ser deportada en un gimnasio en Choisy le Roi, afuera de París, Francia, tras ser desalojada de un asentamiento ilegal cercano. Un centenar de los 700 gitanos rumanos deportados de Francia han salido ayer con destino a Bucarest, como parte de una controvertida operación que el gobierno de Sarkozy justifica argumentando que son europeos pero indocumentados.

Foto: AGENCIA EFE

 

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Télam-DPA-EFE

El Vaticano volvió a cargar hoy contra la expulsión colectiva de gitanos de Francia, por considerarla una medida que pagan justos por pecadores y que afecta a “personas débiles y pobres” víctimas de un “holocausto”.

Consultado sobre el caso específico de Francia, el secretario del Consejo Pontificio para los Migrantes y los Itinerantes, arzobispo Agustino Marchetto, dijo que las expulsiones jamás deben ser “colectivas”.

“No se puede culpabilizar a toda una población por las faltas de algunos”, dijo el arzobispo, quien esta semana ya había llamado al gobierno del presidente francés, Nicolas Sarkozy, a rever el endurecimiento de su política hacia los gitanos.

Aunque toda expulsión colectiva es, por lo tanto, inaceptable, en el caso específico de los gitanos es particularmente lamentable, porque “se trata de personas débiles y pobres que fueron perseguidas, que fueron también víctimas de un holocausto y que viven siempre huyendo de quienes les dan la caza”, dijo Marchetto.

Marchetto expresó además que la Iglesia “no es de derecha ni de izquierda” y que cuando deplora las expulsiones de los gitanos de Francia u otro país no “entra en discusiones políticas”, sino que expresa su punto de vista sobre un tema que refiere a la “defensa de los derechos humanos y de la dignidad de las personas”.

El arzobispo retomó y ratificó el reclamo vaticano a que sea aceptada la “legítima diversidad humana”, lanzado el domingo, en francés, por el Papa Benedicto XVI.

“La Iglesia es la Iglesia, no es de derecha y no es de izquierda, y no es tampoco de centro”, dijo Marchetto en una entrevista con I Media, agencia de noticias en francés especializada en temas vaticanos.

La Iglesia sólo “presenta respetuosamente su punto de vista sobre todo lo que concierne a la ley moral y a la doctrina social de la Iglesia”, insistió el arzobispo, citado por la agencia de noticias Ansa. “Cuando se defienden los derechos humanos, cuando se habla de respeto a la dignidad de las personas, en particular de mujeres y niños, no se hace política, sino pastoral”, dijo Marchetto.

Con su aprobación popular por el piso y a dos años de las elecciones, Sarkozy intentó retomar la iniciativa política este mes con un mensaje de tolerancia cero con el delito y la inseguridad cuyos críticos consideran populista y discriminatorio.

La policía desmanteló este año 51 campamentos de gitanos en toda Francia y el gobierno deportó a más de 8.000 de miembros de esta comunidad a sus países de origen, Bulgaria y Rumania, luego de los asociarlos con la delincuencia y la mendicidad.

La política recibió duros cuestionamientos en Francia y Europa de quienes la consideran una medida racista contra una de las comunidades más desfavorecidas y vulnerables del continente y de quienes afirman que es una estrategia de Sarkozy de seducción de la extrema derecha para las elecciones de 2012.

El arzobispo de París, André Vingt-Trois, calificó ayer de “circo” las expulsiones de gitanos de Francia y dijo que planteará al gobierno que “hay ciertas líneas que no deben cruzarse” cuando se reúna en los próximos días con el ministro del Interior galo.

Críticas de la ONU

En tanto, el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) criticó hoy a Francia por las repatriaciones colectivas de gitanos rumanos, y aconsejó al país que actúe sobre el pleno respeto de los derechos humanos.

“Recomendamos a Francia que evite las repatriaciones colectivas (de gitanos a Rumanía)” y que vele por que todas las políticas respecto a los romaníes sean conformes a la Convención Internacional de la ONU sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, afirma el Comité en sus conclusiones, divulgadas hoy tras estudiar el caso de Francia.

El organismo de las Naciones Unidas también mostró su inquietud ante el repunte de “las manifestaciones violentas de carácter racista contra los romaníes” en territorio francés.

“Hay informaciones que apuntan que los romaníes han sido enviados de manera colectiva a sus países de origen, sin que se haya obtenido el libre consentimiento de todos los individuos afectados”, remarcó el CERD.

Estas deportaciones forzadas contradicen las declaraciones de la delegación gala en su diálogo de hace dos semanas con el CERD, en las que afirmó que “se había establecido un marco que rigiera el retorno voluntario de los romaníes a su país de origen”.

Igualmente, el Comité resaltó su preocupación por la “difícil situación de la comunidad romaní en cuanto al ejercicio de sus derechos económicos, sociales y culturales”.

Deciden si retiran nacionalidad a polígamos

La poligamia y los ataques contra los agentes de la autoridad podrán ser causa para retirar la nacionalidad a personas naturalizadas francesas, según dos iniciativas legislativas que debatirá el consejo de ministros la próxima semana.

El ministro de Inmigración, Eric Besson, explicó hoy en la emisora de radio “RMC” que el presidente Nicolas Sarkozy presidirá una reunión del gobierno en la que se establecerán los criterios sobre ambas iniciativas.

Según Libération, el titular de Interior, Brice Hortefeux presentó al Ejecutivo estas enmiendas entre las que figura la creación de un “delito de poligamia de hecho, estafa y abuso de debilidad”.

El delito estaría penado con hasta cinco años de cárcel y 75.000 euros de multa y en caso de que el potencial delincuente se aprovechara de la ignorancia o de la debilidad de su pareja, podría elevarse a siete años y 100.000 euros, además de la retirada de la nacionalidad para los naturalizados.

La necesidad de esta enmienda surgió a raíz del caso de un hombre de Rennes que adquirió la nacionalidad francesa al casarse en 1999 y que está procesado por cobrar ayudas familiares de varias mujeres, que van cubiertas con niqab, un velo sólo deja a la vista los ojos.

Una segunda enmienda de Hortefeux se plantea en respuesta a la demanda del jefe del Estado de anular la concesión de la nacionalidad para “toda persona de origen extranjero que voluntariamente hubiera atentado” contra la vida de un policía, un gendarme o cualquier agente de la autoridad pública.

En concreto, el ministro del Interior propone que la retirada de la nacionalidad se aplique a aquellos naturalizados franceses hace menos de diez años que fueran condenados por ese tipo de delitos a penas de al menos cinco años de cárcel.

Besson señaló que el proyecto de ley sobre la nacionalidad que defenderá ante la Asamblea Nacional a partir del 27 de septiembre incluirá la firma de “un pacto republicano” por el que los demandantes se comprometen a “respetar las leyes de la República francesa” y, en particular, “el laicismo y la igualdad entre hombres y mujeres”.

El titular de Inmigración subrayó que “Francia es particularmente generosa en la concesión de la nacionalidad” con 108.000 personas al año.