El fallecimiento de Ángel Ceballos...

Se nos fue un “gordo bueno”

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Ángel Ceballos, de rica trayectoria en el periodismo santafesino.

Foto: Amancio Alem

 

Enrique Miguel Cruz

La noticia de su muerte nos golpeó muy fuerte a todos quienes durante muchos años disfrutamos de su amistad, sobre todo porque esa vieja relación fue creciendo a través del tiempo, incentivada por su generoso aporte y por todos los atributos naturales que adornaban su rica personalidad. Así de simple era, para nosotros, conservar por siempre ese trato diario con Ángel Ramón Ceballos, con quien me vinculó una indestructible y generosa amistad por más de cincuenta años.

Inició su carrera periodística en El Litoral en la década del ‘50, en la sección Cables o Telegramas, cuando recibíamos las informaciones nacionales y del exterior a través de las agencias noticiosas que distaban mucho del modernismo actual. Allí mostró totalmente sus cualidades y responsabilidad en el manejo del ahora antiguo sistema, revalidando en plenitud lo que antes había demostrado en su fugaz paso por la administración de la empresa. Pero ese prolijo accionar en la labor periodística iba a compartirla rápidamente con otro medio que lo marcó para siempre en su dilatada y rica trayectoria profesional, la radio, no sin antes mencionar su paso destacado en el noticiero de Canal 13 en sus comienzos.

En LT 9 se consagró como figura consular, en mérito a su voz limpia, clara y una dicción que lo distinguía. En ese sentido, fue reconocido como uno de los mejores boletineros de la emisora, a tal punto que con el correr del tiempo alcanzó la jefatura del Departamento Noticias, siendo tenido en cuenta también para otras responsabilidades. Pero quizá haya que reconocer en mayor medida su paso por el periodismo deportivo, particularmente por el básquetbol, su gran pasión de toda la vida, convirtiéndose en una opinión consagrada en virtud de sus amplios conocimientos, de allí que fue tenido en cuenta como figura principal de los torneos argentinos de ese deporte. Pero la calidez de su voz fue rápidamente descubierta por Ricardo Porta, quien lo sumó a sus transmisiones de fútbol en el centro informativo.

Pero a todas sus virtudes en el campo periodístico, resta mencionar su inocultable cariño por Gimnasia y Esgrima, desde la época de esa enorme figura que fue Raúl Calvo, pasando por ese otro gigante que fue Ricardo Crespi y todos los grandes deportistas que cimentaron la grandeza de los “mens sanas” y que afortunadamente Ceballos los pudo disfrutar en toda su dimensión.

En ese ambiente transcurrió la vida de este querido compañero que nos deja a los 81 años, pero al que por sobre todas las cosas, su amada esposa, sus hijos y sus nietos seguramente recordarán siempre por su corrección y por el cariño familiar que les deja como perdurable ejemplo.