Reclamos y problemas familiares

Mujeres procesadas por el crimen de un sargento

“Tirale, pegale”, le habría dicho la más joven de las chicas a su compañera. Según se encuentra acreditado, Raúl Meynet fue asesinado de un disparo en el abdomen, provocado por la hermana de su ex mujer.

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La casa de pasaje Falucho al 4100 de barrio Roma fue el epicentro de la violencia, en la que una discusión familiar acabó con la vida de un hombre de 51 años. Foto: Pablo Aguirre/Archivo El Litoral

 

Juliano Salierno

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El juez de Instrucción Sergio Carraro procesó a dos mujeres de 20 y 30 años por el homicidio del sargento de policía Raúl Sergio Meynet, ocurrido el 24 de agosto, en su casa de pasaje Falucho al 4100 en el barrio Roma. La resolución dictada el 1º de octubre ya se encuentra firme y tiene a Silvina Duarte, de 30 años, ex cuñada de la víctima, como autora probable del delito de “homicidio agravado por el empleo de arma de fuego”; y a su compañera Inés Aguirre, de 20 años, como “cómplice primaria o partícipe necesaria” del episodio criminal.

La causa, que recaló en el Juzgado de Instrucción Tercera, se inició en horas de la tarde-noche del martes 24 de agosto. El personal de la Sección Homicidios de la Unidad Regional Uno se enteró del ingreso al Hospital Cullen, de un hombre gravemente herido, producto de un disparo en la ingle.

Pronto se supo que la víctima era un sargento de policía de 51 años, de apellido Meynet, y que las sospechas recaían sobre dos mujeres, una de las cuales tenía una herida cortante en su rostro. La Policía las arrestó enfrente de la guardia del Cullen y quedaron detenidas e incomunicadas cuando dos horas más tarde se les informó de la muerte del herido.

Discusión y reproches

Ninguna de las dos dijo nada en sede policial, aunque sí se defendieron durante las indagatorias tomadas en los tribunales locales. Negaron el hecho y le dijeron al juez Carraro que una tercera persona apodada “mono” podría haberle disparado a Meynet.

En su contra declaró un hijo del policía fallecido, quien apuntó sin miramientos contra su tía Silvina y la mujer que la acompañaba en el momento del ataque. A esta última luego pudo reconocerla en rueda de personas en Tribunales.

Tal como se pudo acreditar en la causa, hubo una discusión y reproches, que derivaron en un episodio de violencia en el cual las mujeres sacaron a relucir un revólver y una navaja, contra las cuchillas que tenía el policía.

La clave no estuvo solamente en los testigos del echo, sino que hubo vecinos y familiares que aportaron datos de importancia al hablar de las diferencias y problemas familiares que había entre la víctima y Duarte.

Según expresó la defensa de Duarte, integrada por los abogados Jorge Questa y Sebastián Niti, “hay un problema familiar” de larga data, ya que “la víctima estaba ocupando la casa de Duarte y le estaban vendiendo las cosas” -muebles y electrodomésticos-. El último reclamo había sido por una heladera y a partir de las declaraciones del chofer de un remís trucho que trasladó a las mujeres, trascendió que de la casa de Falucho al 4100 se llevaron un pequeño TV.

“Tirale, pegale”

Según relató el chico Meynet en Tribunales, su tía le decía: “Llamá la ambulancia... para que se deje de joder...”. Paralelamente, se destaca el relato del remisero, que en consonancia con el joven contó que vio salir “una mujer rubia con la cara llena de sangre (Silvina Duarte), detrás de ella su pasajera morocha (Inés Aguirre), y detrás de ambas femeninas, sale al exterior un hombre de unos 40 ó 50 años con dos o tres cuchillos en las manos”. Entonces “la chica rubia sale para la calle con una pistola en la mano preparándola para tirar, mientras que la morocha le decía “tirale, pegale” y la rubia le apunta al hombre y le dispara, viendo que cae al piso y empieza a temblar”.

Pero el relato no terminá ahí. En vez de huir despavoridas “la morocha le dice a la rubia de ir a buscar las cosas, por lo que ingresan a la casa”, volviendo al auto de alquiler con “un televisor pequeño y la rubia con la pistola en la mano”, sintetizó.

Si bien para la defensa “ella -por Duarte- no sabe qué fue lo que pasó porque Meynet la agredió con dos cuchillos”, el dictamen del fiscal solicitó la prisión preventiva para las imputadas, cosa que fue concedida por el juez.

En sintonía con lo que sostiene el abogado particular de Duarte, el defensor público que representa a Aguirre abonó en todo caso la teoría de un “exceso en la legítima defensa”, puesto que el principal acusado fue a su vez víctima de un ataque con arma blanca.


Fuera de la prisión

La defensa de Silvina Duarte solicitó esta mañana que se considere la “especial situación familiar” que presenta la imputada, ya que “tiene un hijo con una discapacidad que necesita el contacto con la madre”, dijo el abogado Jorge Questa. “Estamos pidiendo una sustitución de prisión o el arresto domiciliario”, agregó el profesional ante el Juzgado de Instrucción Tercera.

Para sustentar su postura el abogado se apoyó en los Derechos del Niño y el Tratado de Beijing; pero además adjuntó documentación de la historia clínica del pequeño, en la que consta que “el chico tuvo un retraso” durante el tiempo su madre lleva detenida. “Va a ser irreparable el daño para el chico si hay que esperar a que su madre salga absuelta”, soltó el defensor.

A su vez dijo que se cumplen los extremos legales para alcanzar tal beneficio, puesto que la acusada “tiene su familia, está arraigada, y no existen motivos de fuga”, por otra parte “con su libertad no va a entorpecer la investigación”, cerró.