Empujada por la crisis económica

La extrema derecha avanza en Europa

La extrema derecha avanza en Europa

En lo que va de 2010 el gobierno francés echó a más de 8.000 gitanos procedentes de Rumania y Bulgaria. El presidente Nicolas Sarkozy justificó las expulsiones argumentando que son europeos pero indocumentados.

Foto: ARCHIVO EL LITORAL

Se acentuó en todos los países del Viejo Continente el rechazo a los inmigrantes.

 

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Agustín Argento - Télam

La crisis financiera de 2008 -la más profunda desde 1929- extremó los discursos políticos y las decisiones de los votantes europeos hacia la xenófoba y racista derecha radical, aunque desde lo fáctico y conceptual esto no significa un auge fascista en el Viejo Continente.

Sin embargo, lo llamativo de las elecciones generales en los Estados miembros de la Unión Europea (UE) durante el último año y medio fue que las opciones “ultras” de rechazo a los inmigrantes se extendieron a países históricamente abiertos a recibir extranjeros y a brindar asilo político.

En toda la UE son 13 los parlamentos que tienen partidos de extrema derecha, mientras que en los 14 restantes el rechazo a la inmigración y a las políticas sociales fueron en aumento.

“La victoria en países como Suecia, Holanda y Dinamarca es algo preocupante por los elementos xenófobos, antimusulmanes y populistas de su discurso. Suecia siempre se caracterizó por tener un índice de aprobación de asilos más alto que la media europea”, dijo desde Londres el director para Reino Unido de Human Rigth Watch, Tom Porteous.

A esta opinión de la ONG de derechos humanos, Porteous agregó que “el fenómeno (del rechazo al inmigrante) es posterior a la coyuntura económica, pero, de todas formas, la crisis lo acentuó claramente”.

“La actitud hacia la inmigración como fenómeno social está relacionada con el nivel de bienestar y con el acceso a los recursos, tanto del Estado como del Mercado. En un contexto de crisis, la competencia por los recursos es intensa”, coincidió Isabel Bazaga, profesora de la Universidad Rey Juan Carlos de España.

Pese a este aumento en el discurso discriminatorio y su posicionamiento en los parlamentos europeos, hablar de “fascismo” resulta un lugar común y vacío de contenido.

El fascismo fue una ideología política que llegó al gobierno en Italia en el período de entre guerras del siglo pasado de la mano de Benito Mussolini.

Este movimiento impulsaba, entre otros puntos, las milicias parapoliciales (gli fasci di combatimento), un fuerte control estatal a la sociedad y al mercado y, por sobre todas las cosas, eliminaba a la oposición partidaria creando así un sistema de partido único.

No fascistas

Cabe aclarar que en las opciones de ultra derecha actuales en la UE no se encuentran ninguna de las condiciones que forman conceptual y fácticamente al fascismo.

“Más que de fascismo podríamos hablar de cierta polarización del discurso político y social. Sería un equivalente a las posiciones neoconservadoras”, sostuvo Bazaga -coordinadora de Grado en Ciencia Política y Gestión Pública- quien insistió: “El contexto es el factor explicativo”.

Es la misma coyuntura que explica cómo gobiernos socialistas (España, Portugal y Grecia) toman las mismas medidas de ajuste que administraciones conservadoras (Francia, Reino Unido y Alemania).

El detonante que sacó a la luz la polémica con la inmigración fue la decisión del gobierno francés de Nicolas Sarkozy de echar del país a los gitanos procedentes de Rumania y Bulgaria, dos Estados miembros del bloque del Viejo Continente.

“Las expulsiones responden a otra racionalidad más acorde con el deseo de captar a un caucus electoral con un discurso muy extremo en lo referido a la inmigración”, opinó Barzaga.

En lo que va del año, el Elíseo echó a 8.000 gitanos europeos, lo que le generó fuertes críticas por parte de organismos internacionales y hasta del Vaticano, pero le valió el apoyo del conservador premier italiano, Silvio Berlusconi.

“Sin dudas, los gitanos, el grupo minoritario más numeroso del continente, es víctima de una acentuada marginalización y discriminación en la UE”, sostuvo Porteous.

“Las expulsiones abusivas de gitanos rumanos nacionales de la UE desde Francia, Italia y otros países subrayan la realidad de que hay europeos de primera y de segunda”, resaltó el director de la ONG.

Barzaga se “niega” a creer esta aseveración, pero aceptó que “en todo caso, existe de hecho una UE a dos velocidades” distintas.

En 1848, Karl Marx escribió “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del Comunismo”; 162 años después, no hay nada más alejado de la realidad.