Cristina y el “modelo”

Lentamente, el duelo por la muerte de Néstor Kirchner va cumpliendo su previsible ciclo. El lunes la presidenta habló por la cadena nacional para referirse al hecho y con acierto planteó que vive un momento doloroso pero no difícil, una manera adecuada de distinguir la subjetividad de las responsabilidades públicas. También en ese discurso la titular del Ejecutivo se refirió a su compromiso político con la obra de su marido y agradeció las muestras de afecto que recibió durante el velatorio en la Casa Rosada.

Quienes fueron omitidos en el discurso son los partidos políticos que oficialmente le expresaron sus condolencias, y los representantes de las instituciones republicanas; el Parlamento y el Poder Judicial. Atendiendo al desarrollo de los hechos, hay motivos para creer que estas omisiones no son casuales y corroboran la manera singular que tienen la presidenta y sus colaboradores de concebir y valorar la representación política y el liderazgo.

Particular mención merece la referencia a construir un gran país entre todos y a continuación decir “siento que de mí depende la suerte de todos los argentinos”, una afirmación que puede tomarse como una licencia verbal aunque revela una concepción del poder. Está claro que en una república democrática el destino de sus ciudadanos no depende de la voluntad de un presidente.

En otro plano, ese mismo día el gobernador de la poderosa provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, convocó a los intendentes para expresar su apoyo a la presidenta de la Nación. Desde el punto de vista del realismo político está claro que Scioli hizo una efectiva demostración de fuerza, transformándose en algo así como el primer elector de la “corte”.

Al respecto convendría señalar que una convocatoria de esa naturaleza, cuando nada ni nadie ha puesto en tela de juicio la continuidad del gobierno, es por lo menos exagerada. La reacción recuerda el reciente discurso de Moyano ante la CGT. En ambos casos, las demostraciones de poder parecen exceder el apuntalamiento de un gobierno y apuntar a la puja interna del partido gobernante.

Respecto de Moyano, el nuevo esquema de poder confirma en principio al sindicalista Hugo Moyano como uno de los principales interlocutores. Si a esto se suma la intervención sui generis decretada por el Ministerio de Trabajo a la CTA para confirmar de hecho al dirigente oficialista Hugo Yasky, derrotado en los últimos comicios de esa corriente de trabajadores, se colige con claridad que el gobierno está tomando decisiones que confirman la orientación establecida por Néstor Kirchner en su momento.

Por último, en el acto celebrado en Córdoba, la presidenta ratificó el llamado “modelo” en todas sus líneas y, además, dio a entender de manera elíptica pero eficaz que está dispuesta a ser la candidata del oficialismo en los comicios de 2011, anuncio que hizo rodeada de las principales espadas del peronismo cordobés, incluidos De la Sota y el investigado Ricardo Jaime.