EDITORIAL

Llamativos golpes delictivos en la zona de la Costa

Nadie está exento de sufrir un hecho de inseguridad. No importa el barrio, la hora o las circunstancias. Ocurre en Santa Fe, como en otras tantas ciudades importantes de la Argentina.

Las razones de este flagelo son múltiples: se puede hablar de la huella de los noventa, de la pobreza, de la falta de educación o de trabajo, de la droga. Los argumentos sobran y, en general, demuestran claramente que la solución al problema excede la respuesta que puede brindarse desde la Policía o desde cualquier órgano de seguridad estatal.

Sin embargo, y a pesar de todo, existen algunas situaciones puntuales que provocan sorpresa y despiertan la firme sospecha de que no se trata de atracos casuales.

Poco después de las dos de la madrugada del pasado domingo 24 de octubre, tres hombres encapuchados mantuvieron retenida a una familia durante más de dos horas en una casa ubicada a la vera de la Ruta 1, en Colastiné Norte. Los delincuentes gatillaron una y otra vez su pistola apoyada sobre la cabeza del padre de familia, amenazándolo con un disparo que afortunadamente nunca se produjo.

Pudo haber sido un hecho aislado, pero no lo fue. Durante el último año y medio, se dieron en la misma zona numerosos asaltos con las mismas características. En todos los casos, los delincuentes encapuchados aguardaban a sus víctimas fuera de sus casas. Conocían los movimientos y sabían de la existencia de un potencial botín. Siempre estuvieron armados, apelaron a las mismas amenazas y se fueron con una tranquilidad sorprendente.

Luego de una serie de movilizaciones de vecinos en reclamo de mayores medidas de seguridad, el gobierno dispuso incrementar el número de efectivos policiales en la Costa. De hecho, en la actualidad se puede observar a diario a policías recorriendo, sobre todo, la ruta y los principales centros comerciales del lugar. Pero los asaltos a casas de familia se repiten y, en general, se producen muy cerca de la policía. Tanto es así, que el último atraco ocurrió a menos de dos calles del destacamento.

El presidente de la vecinal Colastiné Norte manifestó que los vecinos están muy preocupados por los hechos de inseguridad, principalmente “porque suceden en un radio que no excede los 400 metros de la Subcomisaría Cuarta”.

Hablar de una presunta complicidad policial sería aventurado, pero es inevitable que la sospecha esté instalada entre los habitantes del lugar.

A tal punto es grave la situación, que el próximo viernes 12 tendrá lugar una nueva marcha hacia la Casa de Gobierno y la Municipalidad, organizada por los vecinos de esta zona. Será la segunda vez que se movilicen durante este año. La preocupación es lógica, y si bien saben que nadie puede pretender aislarse de la inseguridad creciente, los hechos ocurridos en Colastiné Norte resultan muy llamativos. Incluso, porque la mayor presencia policial no logra disuadirlos y los delincuentes continúan actuando como si nada hubiera cambiado.