La EEM Nº 506 ya se llama Ángela Peralta Pino

Emotivo bautismo de una escuela

Fue creada como secundaria en 2008. Hoy funciona en el edificio de la escuela Luis Borruat, en barrio Santa Rosa de Lima, con 218 alumnos. Un certificado de identidad y la reafirmación de un proyecto educativo muy necesario en un contexto de carencias sociales.

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La comunidad educativa de la EEM Nº 506 celebró el bautismo de la institución, con la imposición del nombre Ángela Peralta Pino. Foto: Amancio Alem

 

De la redacción de El Litoral

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Un salón modesto pero adornado cálidamente para la ocasión, abanderados impecables a un costado, rostros con lágrimas de emoción. Con toda la emotividad y la “liturgia” propia de los rituales escolares, la Escuela de Enseñanza Media Nº 506 celebró hoy su bautismo, con el acto de imposición del nombre para la institución: se llama Ángela Peralta Pino, en honor a la recordada educadora santafesina, y por elección de la propia comunidad educativa. Del acto escolar participaron alumnos, docentes y directivos, los padres y hasta los vecinos del barrio en donde se emplaza la institución, en Santa Rosa de Lima.

La Nº 506 es una de las escuelas de EGB completa a la que en 2008 se agregó el 3º año, y así quedó creada como escuela secundaria. El nombre fue aprobado oficialmente en diciembre de 2009. Hoy 9 de noviembre se conmemora el natalicio de Ángela Peralta Pino, y para las autoridades escolares esta fecha evocativa fue más que atinada para imponer el nombre institucional. La institución media tiene actualmente 218 alumnos, y comparte edificio con la Escuela de Enseñanza Primaria Nº 1111 Luis Borruat, en Aguado al 2900.

“El nombre es el primer signo de identidad de las instituciones, que hacen a la participación y al sentimiento de pertenencia. Por eso, la trascendencia de este día”, dijo una de las autoridades educativas durante el acto. Luego, un docente leyó la resolución ministerial que aprueba el nombre de la escuela, fechado en diciembre de 2009. “Hágase saber y archívese”, puso énfasis al final del documento. Y fue allí cuando el auditorio se cerró en un ruidoso aplauso.

Identidad

“En nuestro barrio subsisten problemas económicos y carencias. Entonces, la mejor defensa frente a esto es la educación. Si ustedes quieren pelear la vida con buenas armas, en el sentido pacífico de la metáfora, tienen que apostar a la educación, formarse en valores. Es el mejor camino para ser mejores personas y tener más posibilidades de desarrollo personal”, destacó dirigiéndose a los jóvenes presentes Ramón Altamirano, quien luchó para que la escuela fuera creada.

Hay determinadas normas para la imposición de nombres a instituciones. “Para nuestra escuela participamos todos, alumnos, docentes, padres y cooperadores”, dijo a El Litoral la CPN María Cristina Rey, directora organizadora. Se habían postulado tres nombres. Para el que resultó elegido se buscó información y antecedentes históricos. “Queríamos el nombre de una mujer como Angelita, con toda su lucha por el bien social y porque representó toda una época”, destacó.

“Somos personas cuando portamos un nombre, que es la determinación de una identidad propia. Lo mismo ocurre con la escuela. Además, el nombre es la energía que empuja a la institución. La educación en una fuente de emancipación, que abre las mentes y hace pensar. Y cuánto necesitamos hoy que nuestros chicos aprendan”, subrayó la directora.


Ángela Peralta Pino

nació en Providencia, departamento Las Colonias, en 1901. Se dedicó durante años a la docencia en forma desinteresada. Su vocación por enseñar, aun sin recursos, hizo que emprendiera una experiencia pedagógica que quedará en la historia: llevó adelante una Escuela Rodante, un viejo vagón de ferrocarril, pintado de blanco y dividido en dos partes: una destinada a aula -donde dictaría sus clases en un paisaje de montes y de hacheros-; y la otra era su improvisada vivienda. Por eso se la recuerda cariñosamente como la “Maestra caracol”, que daba vueltas de aquí para allá enseñando. Falleció en 1991.