antecedentes que avalan su prestigio

Un baluarte con Unión

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Premiado. Tras el retiro, Orlando Peralta tuvo muy buenas actuaciones en la práctica del golf. Foto: Amancio Alem.

Las primeras conquistas de la cosecha tatengue fueron el doblete de 1956 y 1957, al poco tiempo de haber inaugurado el estadio al aire libre de la especialidad, que daba sobre bulevar Carlos Pellegrini, con una tribuna tubular y el amplio sector de plateas. Unión formaba con un gran equipo: Juan Barea, Francisco Osuna, Peralta, Raúl Muzzio y Orlando Ruata. También ingresaban el “Negro” Medina e Insaurralde.

Con estos títulos Unión participó en el Campeonato Argentino de Clubes Campeones, por invitación, el cual se llevó a cabo en el estadio Luna Park y tenía como premio la elección del representante argentino para el Sudamericano de Clubes, con sede en Quito (Ecuador).

En la rueda clasificatoria Unión había derrotado a la famosa “Catedral” de San Lorenzo de Almagro, por 86 a 76, con un singular “Pocho” Peralta debajo del tablero rival. Había ganado cuatro partidos, pero el Inti de Benjamín Arce y Chazarreta lo venció y determinó un partido desempate con los de Boedo.

El 16 de julio de 1958 -en el desempate- San Lorenzo se impuso por 84-74 la noche de los 50 puntos de Juan Ruggia. Peralta fue elegido el mejor jugador del torneo y resultó ser el goleador de la competencia con 128 puntos en cinco cotejos (25,6 de media), superando a Ruggia (24) y al recordado chaqueño Carlos Ernesto Lutringer (16,6), de Villa San Martín de Resistencia.

Carlos Fontanarrosa periodista de El Gráfico (luego director de esa publicación) escribió: “Las dos figuras del campeonato de campeones fueron Ruggia y Peralta: por sus dobles y por la continuidad de los mismos, por la influencia en sus respectivos equipos, en los planteamientos y en los resultados. Figuras así concitan el interés, hacen atractivo el espectáculo. Figuras así hacen falta. Y hay pocas”.

Esta notable labor posibilitó que fuera tapa de la revista El Gráfico en el número 2036 del 19 de septiembre de 1958. La fotografía no fue común o vulgar: estaba abrazado a su esposa, por eso el epígrafe: “Su esposa también lo sabe bueno”.

En el ‘64, con el aporte especial de Peralta, Unión fue campeón local, habiendo vencido en las finales a Rivadavia Juniors (51-48 y 63-56); repitió el éxito en las competencias de 1967 y 1969, con una singular labor del hombre que lucía sobre el pecho y la espalda el Nº 13. En esta temporada, el quinteto tatengue obtuvo por segunda vez el título del Torneo de Campeones de la Argentina, celebrado en Villa Ángela, al derrotar en la final a Tomás de Rocamora de Concepción del Uruguay (Entre Ríos).