La voz incomoda al régimen

Carmen Sigüenza

(EFE)

El escritor cubano Reinaldo Arenas, disidente, incómodo y voz desgarrada de Cuba, se suicidó el 7 de diciembre de hace veinte años en un apartamento de Nueva York, enfermo de sida. La aparición en castellano de “Las cartas a Margarita y Jorge Camacho” le rinde homenaje y dan luz a su obra.

“Las cartas a Margarita y Jorge Camacho (1967-1990) publicadas ahora en español constituye todo un acontecimiento. El libro alberga el testimonio sobre el sufrimiento y los avatares que tuvo que vivir este gran escritor, perseguido por el régimen de Fidel Castro -a quien había apoyado en los primeros momentos de la Revolución- por su disidencia política y por su condición de homosexual.

Esta correspondencia de Reinaldo Arenas (Holguín, Cuba, 1943) con sus amigos, es un complemento de su famosa novela autobiográfica “Antes de que anochezca”, que fue llevada después al cine por Julian Schnabel, con un soberbio Javier Bardem en el papel del escritor cubano. En estas cartas se puede ver la profunda relación con los Camacho, una pareja de pintores, a quienes conoció en la Habana, en 1967. Una amistad que se convertirá en el cordón umbilical del escritor con el mundo, pasándoles sus manuscritos para que pudieran ser publicados y salvarlos así del control policial cubano.

Reinaldo Arenas, narrador, poeta, ensayista y dramaturgo, estuvo entre 1974 y 1976 en la cárcel, donde padeció humillaciones y maltrato. Pero antes, en 1973, ya había estado en prisión por una acusación falsa de abuso sexual contra unos jóvenes. Intentó huir. Fue acusado de contrarrevolucionario y se convirtió en un fugitivo. Escondido por la isla, comiendo y viviendo en los parques, fue capturado y mandado de vuelta a prisión.

En 1980 pudo salir y entrar en los Estados Unidos. e Miami, el libro recoge esta carta: “Querida Margarita, no sé si podrás entender mi letra, pero aquí no tengo máquina de escribir. Estoy muy preocupado por el destino de mis manuscritos. Ya sabes que para mí el único sentido de mi vida es saber que están seguros y que nada se ha extraviado... Sin embargo temo que la policía cubana, que está en todos los sitios del mundo (donde ustedes menos se lo imaginan), pueda hacer desaparecer mi obra. Margarita, esos papeles son mis hijos, mi propia vida...”.

Una carta que refleja la voluntad del escritor por salvar su obra, por la que luchó y sufrió lo indecible, hasta su muerte, como demuestra la emocionante y última carta del libro, escrita unos días antes de morir, y en la que el escritor cubano se despide de sus amigos. “Debido al estado precario de mi salud y la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. En los últimos años, aunque me sentía muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria en la cual he trabajado por casi treinta años. Le dejo pues como legado de todos mis terrores, pero también las esperanzas de que Cuba será libre...Yo ya lo soy”, escribe el autor.

En estas cartas Arenas habla de política, de sus viajes, de literatura, o de muchos escritores a los que critica por apoyar el régimen de Fidel Castro, y de su salud, de la plaga del sida. Editorial Tusquets, además, ha vuelto a publicar su novela autobiográfica, la mítica “Antes que anochezca”.