Llegan cartas

Pirotecnia

 

Señores directores: Llegan las fiestas y comienza el desatinado uso de la pirotecnia, que tanto perjuicios provoca tanto a los seres humanos como a los animales domésticos.

Por propia experiencia, recordando nuestra niñez, como por las noticias que anualmente emiten los medios de comunicación, el comercio de la pirotecnia incentiva en los niños un “jugar con el fuego” que cobra muchas víctimas. Para no hablar de los incendios y demás accidentes, en las fábricas, lugares de venta y casas particulares.

Personalmente debo decir que asistí de niña al accidente que sufrió el hermano de una amiguita, que jugando a los clásicos “buscapiés” fue quemado por uno de estos objetos, y se necesitaron meses para su recuperación, con cicatrices de quemaduras que cubren aún hoy muchas partes de su cuerpo y rostro. Desde entonces me siento obligada a ser una denodada enemiga de este tipo de peligrosa diversión.

Consideremos además los malestares auditivos e inconscientes que debemos sufrir todos. Basta advertir cómo estos estruendos intranquilizan hasta la locura a perros y gatos, obligando a que muchos deban ser medicados para no perecer de insomnio e inanición.

Es por eso que reclamo, si no su prohibición, un control estricto en la fabricación y venta de los artefactos de pirotecnia.

Jorgelina Silvar.

Agradecimiento

 

Señores directores: Quisiera, por intermedio de esta columna abierta a los lectores, dirigirme a un médico especial y hacer saber mi agradecimiento al Dr. Luis Moulin, como paciente suya en el hospital Cullen, donde pude conocer toda su dedicación y humanidad.

Y quisiera también hacer extensivo mi agradecimiento a todos los médicos de Sala 7.

Fulvia María Duarte.

DNI: 5.909.636.