Del dicho al hecho

Qué difícil es explicar que en el contexto de fuerte crecimiento de la macroeconomía argentina se mantienen las insatisfacciones sociales, reflejadas en los últimos días en actos de desobediencia popular, con usurpaciones de terrenos públicos y privados, muertos y heridos. La propia presidenta suele remarcar que el verdadero reto de nuestro país es asegurar un desarrollo del marco institucional que nos permita volver a ser un país pujante, una sociedad basada en la movilidad y la inclusión social, y un Estado potente capaz de imprimir un rumbo al país. Pero los cachetazos de realidad suelen ser fuertes y muy dolorosos.

Hay que puntualizar inicialmente que los números de la economía son más positivos hoy que los proyectados hace un año. En algunos casos, la previsión es que se mantendrán -incluso gran parte del año próximo- en consumo, recaudación y superávit primario. Habrá que entender que para lograr el desarrollo sostenido que tanto se pregona, es necesario contar además con un contexto macroeconómico consistente, con políticas activas de estímulo a la inversión productiva. La práctica dirá que ello requiere tanto de un aumento continuo de la inversión en maquinarias, equipos y tecnología, como de un apoyo permanente a la calificación del recurso humano, a fin de posibilitar la incorporación de innovaciones al proceso productivo y la consolidación de permanentes ganancias de productividad.

Aún así, prevalece el optimismo. El reciente informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que las expectativas económicas de los argentinos exhibieron una significativa mejora en la medición de noviembre, revirtiendo de esta manera la tendencia negativa que se había registrado en los últimos dos meses precedentes. Este resultado responde a las subas observadas en todos los indicadores, especialmente en los que reflejan la percepción de la población sobre el estado actual de la economía y las perspectivas para los próximos meses. El estudio también revela una de las mayores preocupaciones de la población actualmente: la evolución de los precios; es decir, la inflación. Mientras sigue el descreimiento hacia el Indec, tampoco se observa comprensión hacia el futuro índice que saldrá con la colaboración de los estrategas del FMI.

La realidad es incontrastable y por el sentimiento de las fechas que vienen, sale a la luz la brecha entre los que cada vez tienen menos y los que cada vez tienen más. El compromiso de afianzar el derrame de la bonanza económica sigue incumplido. Es cierto que para ello primero hay que consolidar el modelo económico. Lo único que podemos esperar es que no pase otro año con excelentes índices pero cada vez con más protestas.

Una de las mayores preocupaciones de la población, actualmente, es la evolución de los precios; es decir, la inflación.