Lo que no lograron ni Vilas, ni Sabatini...

Chicas, son las número 1

La gran actuación de Gisela Dulko en la temporada 2010 en el circuito de duplas, le valió culminar el año como Maestra y máximo referente del tenis por equipos, como ocurriera años atrás con Paola Suárez.

Chicas, son las número 1

Soñado. Una morocha y una rubia juntas, para deleite de los amantes del buen tenis. Fueron las mejores de 2010. Foto: Archivo EFE

 

Alejandro Galetto

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Desde la fulgurante aparición de Guillermo Vilas en el concierto del deporte blanco mundial, el tenis argentino buscó denodadamente llevar un exponente a lo máximo de alguno de los cuadros internacionales en mayores.

Sin lugar a dudas, “Willy” fue el mejor tenista del planeta en 1977, pero el sistema de cálculo de aquellos tiempos lo dejó sin el privilegio de calzarse la camiseta con el primer número de la cuenta.

Por su parte, Gabriela Sabatini estuvo a muy poco del tope del escalafón femenino en el año 1991, cuando perdió la final de Wimbledon por nada ante Steffi Graf, meses después de levantar la copa en el US Open.

Guillermo Coria y David Nalbandian también coquetearon con la cima desde el tercer puesto que ambos alcanzaron en diferentes momentos, pero historias disímiles los fueron alejando de la ubicación más privilegiada.

Por eso, los únicos representantes del tenis argentino que alguna vez alcanzaron el número 1 en un ranking mundial oficial, fueron dos mujeres y en los escalafones de duplas.

Pionera

La pergaminense Paola Suárez se mostraba muy activa y promisoria en sus comienzos en el circuito femenino internacional, jugando como singlista. Sin embargo, no lograba dar el zarpazo final con el cual meterse en el lote de elite. Mientras tanto, comenzó a disputar los certámenes paralelos de dobles en cada torneo que visitaba, y con buenos resultados.

Hasta que llegó el 14 de agosto de 1995, cuando viajó a Toronto y a la hora de buscar compañía para el dibujo de duplas, no estaban ni María José Gaidano ni Fernanda Landa, sus habituales parejas por esos tiempos. Apareció una española: Virginia Ruano Pascual. Ninguno podía adivinar el nivel de la sociedad que se estaba conformando.

El resultado es conocido. En el primer año como número 1, de los mejores 21 torneos ganaron 7, jugaron otras 4 finales y perdieron en 9 semifinales. Suárez terminó cerrando su carrera con 44 títulos (8 de Grand Slam y un Masters de fin de año) y se consolidó como una de las mejores doblistas femeninas de la historia. Paola, además, se metió en el top ten en individuales, en 2004. Ahora llegó, con una historia parecida, su heredera.

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Gisela Dulko fue desde sus inicios un proyecto de gran jugadora. De muy chica obtuvo grandes resultados y a los 17 años ya estaba coqueteando con las mejores del planeta.

El 21 de noviembre de 2005 alcanzó su mejor posicionamiento en el escalafón, con su ascenso al puesto 25. Sin embargo, con el paso del tiempo le costó superar una irregularidad persistente, que la hacía ganar partidos a rivales de real fuste en impecable nivel, para luego pasar a perder duelos ante oponentes accesibles de manera inconcebible.

Luego de jugar por mucho tiempo con Patricia Tarabini y con la rafaelina María Emilia Salerni, el 20 de febrero de 2006, en Bogotá, acordaron jugar juntas por primera vez con la italiana Flavia Pennetta; y se consagraron campeonas. Allí comenzó una sociedad caracterizada por una gran química que llegó a lo más alto.

El 2010

El año pasado, Dulko y Pennetta (ambas con desenvolvimiento regular en singles) alcanzaron los cuartos en Australia, Roland Garros y el US Open, y cayeron en semifinales de Wimbledon. Pero ganaron en Bogotá, Miami, Stuttgart, Roma, Bastad, Montreal y Moscú, además de jugar las finales de Madrid y Beijing. Los puntos sumados alcanzaron para clasificarlas al Masters final, el cual se llevaron tras derrotar en el duelo decisivo a la checa Kveta Peschke y la eslovena Katarina Srebotnik por 7-5 y 6-4.

Hoy por hoy, Gisela es la número 1 del mundo. Heredera directa del talento y el tesón de su compatriota Paola Suárez, sabe que su tenis tiene mucho por desarrollar aún. Tiene el ejemplo de la “Negra”, que siendo la mejor doblista del mundo logró meterse en semifinales de un Grand Slam (en Francia) y ser número 9 entre las chicas que juegan solas. Sólo debe convencerse de que puede y restarle importancia, al menos por un tiempo, a su belleza y sus noviazgos. Tiene todo para conseguir cosas mucho más grandes.


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Reinas. Paola junto a Ruano Pascual, sobre la tierra batida de Roland Garros, donde se cansaron de ganar. Foto: Archivo El Litoral.

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