Vendedora maniatada y amordazada

Violento asalto a una pilchería

Ocurrió ayer a la tarde en barrio Pompeya. Actuaron dos “mecheras”. Fugaron a bordo de un automóvil.

1_dc.jpg

Tras el golpe las ladronas huyeron por la calle con bolsas de consorcio repletas de mercadería. “La inseguridad en esta zona es total”, dijo una de las víctimas Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

[email protected]

Otra vez las “mecheras” volvieron a hacer de las suyas. Aunque ahora incrementaron el grado de violencia en sus incursiones.

Eran cerca de las 18 cuando Gabriela Traversi (32) se disponía a iniciar una nueva jornada en su negocio “A otra cosa mariposa”.

El local en cuestión se ubica en avenida Gorriti 3798, casi esquina con San José, esto es, en el corazón de barrio Pompeya, en la zona norte de la ciudad.

En un momento aparecieron en escena dos mujeres las que se pusieron a observar la vidriera. Tenían entre 25 a 30 años. Estaban bien vestidas y nada de su aspecto podía llamar a sospechas.

Ambas ingresaron al negocio y rápidamente entraron en confianza. Se probaron distintas prendas y hasta pidieron la opinión de la dueña sobre cada uno de los “modelitos”.

De repente las supuestas “clientas” dejaron a un lado su amabilidad y dieron paso a los verdaderos motivos de su presencia.

Primero fue un golpe. Luego, a empujones, introdujeron a la comerciante en uno de los probadores. Una vez allí, utilizando las mismas telas del comercio, la ataron de pies y manos. También la amordazaron con restos de una remera.

No conformes con lo hecho hasta allí la sometieron a una golpiza. Patadas y golpes de puño fueron acompañadas por un “verdugueo” (frases cargadas de odio) poco visto en estos casos.

La pesadilla duró cerca de 40 minutos. Durante todo ese tiempo las malvivientes se turnaban para seleccionar y sustraer mercaderías, las que luego cargaron en dos bolsas enormes, de tipo consorcio.

“El negocio fue prácticamente saqueado en su totalidad”, dijeron hoy sus responsables quienes agregaron que el perjuicio económico ronda los 10 mil pesos.

Consumado el atraco sus autoras se retiraron, no sin antes lanzar una serie de amenazas contra la víctima que permanecía encerrada en los probadores.

A los pocos minutos de salir una de las rufianas regresó. ¿El motivo? La Honda Dax de la comerciante que también intentó llevarse aunque luego, apremiada por las circunstancias, desistió.

Testigos ocasionales del suceso indicaron que ambas mujeres caminaron varios metros por la calle llevando consigo las bolsas de consorcio. Finalmente escaparon a bordo de un remises, según dicen algunos, o de un Renault 12, de color blanco.

Esta mañana los comerciantes de la zona manifestaron su malestar por los constantes robos y revelaron su intención de organizarse para pagar una seguridad privada.