Noche de emociones Fuertes

Demoliendo redes

La gente ovacionó al “Bichi” pero aplaudió la vuelta del “Perro” Sebastián Prediger y quedó conforme con el debut del pibito Gabriel Graciani.

Demoliendo redes

El “Bichi”, con todas las luces: fue multitudinario el respaldo que la gente le dio al Colón de Gamboa en el Cementerio de los Elefantes. Más de 20.000 personas idolatraron al “20”. Foto: Pablo Aguirre



 

Darío Pignata

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En la previa al gran juego de fondo, mientras el pibito Luque hacía estragos como puntero izquierdo en la reserva, los más tempraneros en Colón se sorprendían por la cantidad de hinchas y banderas que ocupaban el sector de Quilmes en el Cementerio de los Elefantes. Con el templo sabalero casi vacío, los sureños llegaron con ganas de gritar: no paraban de alentar a la reserva de Czornomaz contra los pibitos de Sciacqua.

Cuando la vieja voz del estadio reinventada en pantalla gigante anunció la formación sabalera, los aplausos para el retorno del “Perro” Sebastián Prediger estuvieron casi a la misma altura ruidosa del “Bichi” Esteban Oscar Fuertes, dejando en claro el recuerdo que dejó el “5” de Crespo antes de irse a probar suerte en otro lado (Portugal, Boca, Cruzeiro).


Pero con el correr de los minutos, cerca de las 21, los hinchas de Colón empezaron a llegar como hormigas. La novedad fue el ingreso, pro Copa América, por J.J. Paso con tres carriles bien definidos: uno bien amplio para las generales y socios en la cabecera; otro para los palquistas; uno más para los coches en el primer ensayo oficial de lo que será el nuevo estacionamiento Sergio Verdirame.

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Festejan los tres de arriba: Germán Cano (14), el “Bichi” Fuertes (20) y Damián Díaz (10). Cuando hubo espacios, se vio lo mejor de este tridente ofensivo.

Foto: Mauricio Garín

Hablando de tempraneros, los amigos y familiares del “Tanito” Gabriel Graciani que llegaron desde Entre Ríos colgaron una bandera blanca pintada en rojo y negro con la inscripción “Tano” y la palabra Bovril, su lugar de nacimiento.

Cuando Colón pisó el campo encabezado por el “Bichi”, el cielo del sur se iluminó: arriba, fuegos de artificio; abajo, bombas de humo en rojo y negro, formando un espectáculo fantástico para los ojos.

La promocionada llegada de Madelón como DT de Quilmes, por estar identificado como el máximo ídolo de la historia de Unión, fue más tranqui de lo pensado. Pero para ello colaboró Leo, que llegando al banco, levantó su dedo señalando un “está todo bien” a la platea oficial sabalera. Los silbidos fueron más para Garnier y para el “Jota” Morales, ambos de paso intrascendente por Colón.

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Desde Bovril y con bandera propia, el “Tanito” Gabriel Graciani debutó en el profesionalismo con la camiseta de Colón. De menor a mayor: debut aprobado.

Foto: Mauricio Garín

En cuanto a las obras de cara a la Copa América 2011, se pudo ver mucho más avanzado el ala norte que la parte sur del Fonavi. Los ingresos, por lo antes explicado, ya están planteados como exige la Conmebol para la máxima cita futbolera del continente a nivel selecciones.

El inicio del juego dejó en claro que no sería un trámite para Colón, más allá de la localía y de la presión que le metía a Quilmes el resultado de Olimpo en Bahía. El 0-0 del primer tiempo le abrió la puerta al murmullo en las gradas.

Hasta que Fuertes, que hizo goles de todos los colores con la camiseta de Colón, se adueñó de dos tiros libres. Entonces, la noche se cerró para todo el viaje. Se calentó el “Bichi” y Quilmes quedó bajo cero. El 2011 se abrió para el “20” con un doblete. En Mar del Plata, consultado por la prensa nacional, Fuertes tiró una frase para el título: “Soy el Palermo de Colón y quiero jugar hasta los 40”.

En Santa Fe, donde anoche siguió demoliendo redes con dos misiles, los hinchas sabaleros cambiaron la frase: “Palermo es el Fuertes de Boca”.

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Le costó los primeros minutos a Prediger encontrarle la vuelta a Raymonda, pero cuando se afirmó no pasó más nada con el “10” de Quilmes.

Foto: Luis Cetraro