América del Sur defiende sus recursos

Carlos Castillos

DPA

Sudamérica rediseña su estrategia militar para defender la energía, el agua potable y los alimentos, valiosos recursos naturales que generan nuevos riesgos y desafíos que “habrá que encarar más temprano que tarde”, según coincidieron en Montevideo los ministros de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, y de Uruguay, Luis Rosadilla.

Esto no significa que la región esté embarcada en una carrera armamentista, con objetivos bélicos, sino que es consecuencia de “la necesidad de tener capacidad operativa para decir: bueno, si usted viene acá va a tener problemas” explicó Jobim, durante una breve visita a Montevideo.

En la nueva visión de la defensa que empieza a delinearse en el continente, y en la que Brasil tiene un papel protagónico, la idea es fortalecer la voz del continente, con una capacidad operativa, de carácter disuasivo.

“El mundo es así. No es carrera (armamentista) sino la recuperación del tiempo perdido”, agregó Jobim, quien además es uno de los impulsores de las nuevas concepciones de defensa y de seguridad regionales.

En materia de defensa, así como en otras áreas, Sudamérica siempre ha tenido una dependencia logística muy grande de Estados Unidos o con Europa, precisamente por su falta de capacidad tecnológica y subdesarrollo.

Los nuevos vientos han generado ahora la necesidad de modificar ese estado de cosas, y entre otras medidas, se apunta a ligar la industria de la defensa al desarrollo económico.

Traducido a asuntos concretos, el plan es elaborar las propias herramientas tecnológicas para romper ese cordón umbilical con las grandes potencias.

Empieza a germinar entonces la idea de la formación de una base industrial compartida sudamericana de defensa. “La construcción de vehículos militares en realidad es parte de una industria de defensa que es dual” y en ese sentido “la estrategia de Brasil es de cooperación e integración y el relacionamiento con el mundo mediante la disuasión”.

Dos de los ejemplos manejados por los ministros Jobim y Rosadilla fueron el inexistente control de la costa atlántica y el perfeccionamiento del monitoreo del espacio aéreo.

Para monitorear el espacio aéreo, un país gigantesco como Brasil, debe comprar imágenes de satélites privados, ya que no posee la tecnología que le permita ser dueño de su propia información.

Ese problema se agravará aún más en 15 años, cuando entren en vigencia las nuevas normas internacionales que obligan al control satelital del tránsito aéreo, en sustitución de los radares terrestres.

Si Sudamérica no dispone de satélites propios, entonces prolongará esa dependencia de los privados o de las grandes potencias, aseguraron los ministros de Defensa de Uruguay y Brasil.

Por eso se impulsan estos nuevos planes continentales, con el liderazgo de Brasil, que es uno de los más entusiastas y que propone decisiones conjuntas con el fin de potenciar la voz continental.

Sudamérica es una una región de gran importancia estratégica y con riquezas como los alimentos, la energía y el agua potable, que son algunas de las necesidades vitales del planeta. En el subsuelo existe el acuífero Guaraní, una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta que ocupa parte de los territorios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

La región es una de las mayores productoras de alimentos y dispone de abundante capacidad para generar energía hidroeléctrica y eólica, además de las reservas de gas y petróleo diseminadas por todo el suelo continental.

Esa fortaleza trae riesgos nuevos y mayores. Y aunque no anima a la mayoría de los países un espíritu belicista, muchas voces coinciden en que no hay que descuidarse y estar preparados.

Por ahora se impone la vía del diálogo, el debate, la diplomacia para encarar los eventuales asuntos conflictivos que se presenten. “Pero además hay que tener con qué. Por eso el sur se fortalece, la América se está integrando” resumió el ministro Rosadilla.

Estos nuevos planes sudamericanos se impulsan con el liderazgo de Brasil, que es uno de los más entusiastas y que propone decisiones conjuntas con el fin de potenciar la voz continental.

La región es una de las mayores productoras de alimentos y dispone de abundante capacidad para generar energía hidroeléctrica y eólica y reservas de gas y petróleo en todo el suelo continental.