al margen de la crónica

Robespierre se queda en Francia

Historiadores, intelectuales, asociaciones y partidos de oposición exigieron al gobierno francés que impida que unos manuscritos del destacado dirigente de la Revolución Francesa Maximilien Robespierre, que serán subastados la semana próxima en París, partan al extranjero.

El Partido Socialista, la principal fuerza de oposición, se unió al coro de voces que piden que el Ministerio de Cultura intervenga para que los documentos, de alto contenido simbólico se queden en el país y sean accesibles a “historiadores, investigadores, estudiantes, estudiosos y todo el público interesado”.

Otros partidos se pronunciaron en idéntico sentido, así como buena parte de la comunidad de historiadores y académicos del país que temen que los manuscritos de Robespierre caigan en manos de un coleccionista o de una institución extranjera y abandonen el país.

Los documentos serán vendidos el próximo día 18 por la casa de subastas Sotheby’s dentro de una serie de papeles históricos, sin que por el momento ningún organismo francés se haya mostrado interesado en su compra. Los historiadores y partidos piden al Ministerio de Cultura que ejerza el derecho de tanteo que tiene sobre las obras para evitar que partan al extranjero.

Los estudiosos se interesan en particular en dos lotes que contienen documentos relacionados con Robespierre.

El más valioso de ellos, tasado por la casa de ventas entre 200.000 y 300.000 euros, contiene discursos, borradores de artículos de prensa o de informes leídos ante la Convención y el fragmento de un discurso escrito la víspera de su arresto y en el que atacaba la conspiración que se estaba urdiendo contra él y sus allegados.

Además de su interés histórico, el documento tiene un gran valor sentimental, ya que al día siguiente de su arresto Robespierre prefirió suicidarse antes de pasar por la guillotina.

El segundo lote, valorado entre 30.000 y 40.000 euros, contiene una serie de correspondencia cruzada con su hermano Augustin que, según los historiadores, permiten contextualizar su acción política en el ambiente familiar.

En total, son 113 páginas manuscritas que pertenecían a los descendientes del diputado Philippe Le Bas, fiel a Robespierre.