Los secretos de la fangoterapia

A lo largo de la historia, el barro ha sido usado como agente curativo en casos de golpes, picaduras de insectos, quemaduras y otras afecciones de la piel. El barro puro puede actuar como desintoxicante, remineralizante, balanceador hormonal y antiinflamatorio.

TEXTO. SALOMÉ NOVELLO

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Durante muchos años, la fabricación de productos cosméticos y estéticos ha investigado diferentes tipos de barro en todo el mundo para analizar sus agentes terapéuticos y curativos, y los han incorporados a sus líneas de productos para el cuidado del cuerpo y la piel. En la actualidad, es posible encontrar en los spa una gran variedad de productos a base de barro, como máscaras, jabones y cremas, disponibles para la venta al público.

Cuando hablamos de barro terapéutico, no estamos hablando de la clase de barro que se encuentra en el patio de la casa después de una fuerte lluvia. El empleado en tratamientos para la piel es de hecho un producto natural de la tierra. Sin embargo, resulta posible que el barro presente en los jardines y patios contenga altos niveles de elementos tóxicos, tales como plomo o bacterias que pueden causar efectos nocivos en la piel. Cada región del planeta produce barro con un perfil mineral y biológico individual, propio de las diferentes condiciones geográficas y climáticas. Según donde se recoja, puede contener grandes concentraciones de zinc, cobre, selenio, hierro o manganeso, los cuales se utilizan en una variedad de combinaciones para tratar distintas dolencias.

EN EL MAR MUERTO

Uno de los barros más difundidos en el mundo proviene del Mar Muerto (Israel), es de color negro y está enriquecido con minerales curativos, tales como magnesio, calcio, potasio, bromuro y restos orgánicos de plantas y animales. Se puede encontrar también un novedoso componente: Dunaliella Salina. Se trata de una micro alga halófila, una de las pocas formas de vida presentes en el agua del mar muerto y riquísima en beta carotenos, uno de los antioxidantes más poderosos de la naturaleza. Son esos ingredientes milenarios los que han entusiasmado a esteticistas, expertos en belleza y científicos dedicados a la investigación en el campo de la cosmética.

El mar Muerto es conocido por su acción terapéutica en los casos de afecciones reumáticas como la artritis, mialgias y neuralgias, ciática, dorsalgias, desgarros y contracturas musculares así como en alteraciones cutáneas como la psoriasis, eczemas, dermatosis, acné juvenil, rosácea y seborrea.

Su agua y su barro se hallan constituidos por una alta concentración de sales minerales, en una combinación única, no encontrada en ninguna otra fuente de agua del mundo. Las sales son obtenidas a partir de un proceso de evaporación del agua, que garantiza la presencia de todos los elementos minerales presentes en este milenario mar.

En el campo de la cosmética el barro limpia la piel en forma profunda y la nutre con sus compuestos minerales vitales, actuando como rejuvenecedor, anti-arrugas, anti-seborreico, anti-celulitico, exfoliante, revitalizador, regulador circulatorio y re-energizante, especialmente atenuando los signos de expresión de la cara. Se ha comprobado que los productos elaborados a partir del barro del mar Muerto son altamente regenerativos y beneficiosos para el cuerpo y la piel.

BARRO Y ARCILLA

Aunque ambos provienen del mismo suelo, el barro es promovido como un agente curativo, mientras que la arcilla se usa frecuentemente en la elaboración de productos cosméticos, debido a su poder astringente. Suele ser un componente habitual de las bases de maquillaje y los polvos empleados en cosmética.

La arcilla también se emplea como agente aclarante en muchos productos para la piel, pues tiene la capacidad de remover las sustancias suspendidas en líquido. Debido a que las propiedades naturales de la arcilla actúan equilibrando la oleosidad de la piel, su empleo es especialmente útil y beneficioso en rostros propensos al acné.

El barro es un ingrediente no muy utilizado con fines cosméticos pero si con fines curativos. Gracias a su solubilidad en el agua, se trata de una sustancia que permite que la piel absorba los nutrientes y los de otros productos aplicados junto con él. Este es la función que el barro cumple en las mascarillas, los baños corporales y otros tratamientos para la piel.

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