Aplausos

Colón y Unión juntos

Darío Pignata

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Desde el primer momento, cuando instaló la idea de la Copa América Federal, con sedes rotativas en el interior de la Argentina, el presidente Lerche fue claro cuando dijo: “Se juega en Colón, pero es para la ciudad toda”.

Hace dos años, cuando se prendió la lamparita de este sueño santafesino, los clubes caminaban por distintas categorías: Colón estaba en Primera División y Unión en la B. Hoy, justo antes del máximo certamen continental de selecciones, viven la previa de lo que será reeditar un clásico, con toda la pasión que esos 90 minutos generan en Santa Fe. Encima, con la perlita de ser Colón-Unión el único derby en pie del interior y uno de los dos que quedan oficialmente para la temporada 2011-2012 en la Argentina.

Lerche, presidente sabalero, se cansa de agradecer la colaboración de Nery Pumpido, ídolo y fanático tatengue, en recibir a las delegaciones, participar de los actos protocolares y ponerse al lado del Comité Local en lo que se necesite.

Del mismo modo fue tan maduro como positivo ver a los dirigentes de Colón recibir a sus pares de Unión, con el vice Jorge Molina a la cabeza. O ver cómo trabajaban los chicos de prensa de Unión junto a los sabaleros para que no falte nada en la zona de cabinas, pupitres, entrevistas.

En esta sociedad que hoy vivimos, aplaudimos y elogiamos lo que antes era normal y hoy parece un hallazgo. Pero de cara a un clásico que se jugará después de 8 años en Santa Fe, lo que pasó en los últimos tiempos y que se pudo ver ayer en la cancha de Colón, es un signo claro y concreto de madurez dirigencial.

Porque a los 90 minutos de un partido de fútbol lo van a ganar los jugadores y los entrenadores de turno, como viene pasando desde hace 100 años; nunca los dirigentes.

También se pudo ver al mismo Frank Darío Kudelka y la “Pepa” Armando, integrantes del cuerpo técnico que ascendió a Unión, moverse con la más absoluta comodidad y tranquilidad en el Centenario. Como si estuvieran en el 15 de Abril. Como debe ser.

Gobernantes, empresarios y entidades intermedias captaron el buen mensaje de la dirigencia deportiva de Santa Fe. Siempre a partir de la idea de Lerche, que fue inteligente en “abrir el juego”, a pesar de tener el as en la manga.

Siempre se cuenta que Casabianca, presidente de Unión, ascendió en el ‘66 con los “consejos” de su amigo sabalero Ítalo Giménez. Los tiempos cambiaron, es cierto. Uno no pide que pase lo de hace 40 años. Pero nunca más la vergüenza de relaciones cortadas, como pasó tristemente hace unos años.