Verduras que vienen de cada vez más lejos
En el sur provincial se redujo la producción de hortalizas
La expansión de la superficie agrícola destinada a la soja y el crecimiento urbano restaron espacio a las quintas.
Foto: Archivo El Litoral
Durante los últimos diez años, la superficie cultivada bajó un 27 por ciento en el departamento Rosario. Por ejemplo, entre 2000 y 2010 la producción de lechuga pasó de 136 a 62 hectáreas. En el Mercado de Concentración, señalan que el 80 por ciento de la verdura proviene de afuera.
Germán de los Santos
Corresponsalía Rosario
Las verduras que se consumen en el sur de la provincia provienen muchas veces de zonas situadas a cientos de kilómetros de la mesa del consumidor. Es una realidad que va a contramano de una tendencia que empieza a imponerse en Europa y Estados Unidos, que apunta a consumir frutas y verduras de estación y de las “cercanías”. Así se fomenta la producción local, se evita el uso de cámaras frigoríficas para conservar las frutas y verduras, y se reduce el pago del flete, algo que muchas veces es la parte principal del precio final de un producto que viene del otro extremo del país.
En el Gran Rosario, la producción hortícola ha ido en franco descenso durante los últimos 20 años, debido a varias causas: la expansión de los cultivos de soja -una producción más rentable y que requiere menos esfuerzo-, que supera hasta las propias fronteras de la ciudad capital del departamento, y la ampliación del radio metropolitano de Rosario, que trajo aparejado urbanizaciones en localidades cercanas, ocupó tierras donde históricamente hubo quintas en las que se producían verduras. Una postal reveladora es que -según estimaron las autoridades Mercado de Concentración de Fisherton- el 80 por ciento de las verduras y frutas que se venden allí provienen de fronteras afuera de la provincia.
En baja
Según datos del Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec), la cantidad de hectáreas destinadas a la horticultura bajó durante los últimos diez años un 27 por ciento en el departamento Rosario. En la campaña 2000/01, en esa zona, se destinaron 600 hectáreas a este tipo de producción, mientras que el año pasado la superficie que ocupó la producción de verduras de huerta no superó las 440 hectáreas.
Hace una década, en el Gran Rosario, se cultivaban 36 hectáreas de alcaucil. El año pasado esa área bajó a 12,5 hectáreas. El descenso en la actividad se traslada a todas las hortalizas que se cultivan en la zona. La cantidad de tierra destinada a la producción de espárrago descendió de 22 a 17 hectáreas, mientras que con el repollo la reducción de la superficie cultivada fue más aguda: de 46 hectáreas en 2000/01 se achicó a 26 el año pasado. Los cultivos de lechuga también sufrieron una merma importante: de 136 hectáreas se pasó a 62 el año pasado.
Ya en 2008, el Antonio Lattuca, titular del Programa de Agricultura Urbana del municipio, había alertado sobre el descenso de la producción en huertas. “Muchos huerteros de la zona, y esto no ocurre sólo acá sino también en muchas localidades de Buenos Aires, están alquilando sus tierras a los productores sojeros para que puedan ampliar sus cultivos”, lo que implica una menor capacidad de producción, cosa que encarece la verdura. “Tenemos que tomar conciencia que todo esto es parte de un proceso que se está viviendo en todas partes, donde se prioriza lo inmediato, las ganancias inmediatas. Creo que tiene que haber un cambio de actitud ”, apuntó.