Cumbre de emergencia ante la crisis económica en Europa

No descartan que Grecia ingrese en un impago selectivo de deuda

El eurogrupo descarta la creación de una tasa bancaria para financiar a los griegos.

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El presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker (centro), el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet (der.), y el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier (izq.), durante la reunión de ministros de economía de la UE celebrada en el Consejo Europeo en Bruselas (Bélgica), en el que buscan caminos para salir de la crisis. Foto: AGENCIA EFE

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Télam-EFE-DPA

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, no descartó hoy un impago parcial de la deuda griega bajo un nuevo programa de rescate a Grecia, aunque dijo que se debe hacer todo lo posible para evitar ese escenario.

“Uno nunca puede excluir esa posibilidad” (el impago parcial o “selective default”), pero “debe hacerse lo posible” para evitarla, señaló Juncker a su llegada a Bruselas, donde participa en la cumbre extraordinaria de jefes de Gobierno y de Estado de la zona del euro.

Los líderes de la eurozona descartaron hoy la creación de una tasa bancaria para financiar el segundo rescate de Grecia, y se inclinan por forzar la participación de la banca mediante un plan de canje de bonos para aplazar 30 años el pago de la deuda y reducir los intereses.

El plan es el resultado del acuerdo alcanzado esta madrugada por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y está siendo discutido por los representantes de los líderes europeos, que celebran una cumbre de emergencia en Bruselas, por lo que todavía puede sufrir modificaciones.

La postergación de la deuda equivaldría a un impago parcial, según dijeron fuentes diplomáticas a Europa Press.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, se opuso hasta ahora a cualquier solución que suponga un impago parcial por considerar que provocará un efecto contagio al resto de países de la eurozona, y amenazó con no aceptar en ese caso los bonos griegos como garantía para inyectar liquidez, lo que provocaría la quiebra de los bancos helenos.

Según la última propuesta de compromiso, el segundo rescate de Grecia incluirá nuevos préstamos de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI) de alrededor de 70.000 millones de euros, aunque la cifra definitiva todavía no se estableció.

Además, se sumará la participación del sector privado -no sólo bancos, sino también aseguradoras y fondos de pensiones- que la UE aspira a que sea de al menos 30.000 millones.

Esta contribución se concretaría mediante un programa de canje de los bonos que vencen en los próximos años por otros a 30 años, y con tasas de interés más bajas.

Los países de la eurozona ya se comprometieron a reducir las tasas y alargar los plazos, probablemente también a 30 años, de sus propios préstamos a Grecia.

Por otra parte, se confirmó el abandono de un plan para crear una tasa a los bancos para financiar parte del segundo plan de ayuda a Grecia, idea que estaba patrocinada por Francia pero no contaba con el visto bueno de Alemania ni de la banca.

Se trataba de que el segundo rescate griego incluyera una tasa bancaria del 0,0025 por ciento de los activos de todas las entidades de la eurozona, con la que se pretendía recaudar 50.000 millones en 5 años. Los ingresos se dedicarían a financiar la recompra del 20 por ciento de deuda griega con descuento, según publica la prensa europea.

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, esperaba que los líderes de la eurozona aprobaran hoy el segundo rescate a Grecia para atajar la crisis de la deuda y enviar una importante señal a los mercados.

“Yo cuento con que habrá un nuevo paquete de ayuda a Grecia”, señaló al llegar a la cumbre de jefes de Gobierno y de Estado de los 17 países que forman parte de la zona del euro.

La cumbre extraordinaria de hoy supone “un importante paso más“ de la eurozona para atajar la crisis de la deuda, recalcó.


/// análisis

Merkel-Sarkozy, protagonistas

Por Fernando Heller - DPA

Una vez más, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han vuelto a centrar todo el protagonismo de una cumbre europea, en este caso con el multimillonario segundo rescate de Grecia como principal manzana de la discordia.

El acuerdo gestado anoche en Berlín, y no en Bruselas, la capital europea, entre Merkel y el presidente galo, parece haber dejado en evidencia que Alemania y Francia superan, siempre que hay un tema candente, incluso a las instituciones de la Unión Europea (UE) y a la propia ciudad belga, sede del bloque comunitario y de la Otan.

De hecho, ese pre-acuerdo franco-germano ha sido la base de los debates en la cumbre extraordinaria de Bruselas de hoy, con sus matices, formulaciones y párrafos intrincados y complejos, sobre ese segundo bote salvavidas para Atenas, tras los 110.000 millones de euros aprobados el año pasado, que, sin embargo, no han bastado para evitar el riesgo de “default” de Grecia. Y es que el guión de la Europa unida, la “hoja de ruta” que pone en marcha la iniciativa política en el Viejo Continente, vuelve a estar en el eje franco-alemán, tradicional motor sin el cual casi nada parece moverse en Europa, aunque en los últimos tiempos la balanza se incline más del lado germano que del francés.

Con la grave situación de endeudamiento de la eurozona, con tres socios rescatados por Europa y el FMI (Irlanda, Grecia y Portugal), el bloque comunitario, y muy especialmente los 17 socios de la eurozona, se han visto forzados a actuar rápido para evitar el hundimiento de la “gran realización” que ha supuesto la moneda única.

El centro de gravedad del futuro “gobierno económico europeo” que permita prevenir crisis como la de Grecia, se escora cada vez más en dirección a la ciudad germana que a la belga.

No es la primera vez que Merkel convoca a su compañero de tándem en el debilitado eje franco-alemán, el presidente Sarkozy, a la capital germana cuando se trata de tomar decisiones trascendentales sobre el futuro de la eurozona o de la UE en sentido amplio.

Como principal potencia europea, que desembolsa cerca del 20% del total del presupuesto de la UE, Berlín es la capital a la que todos miran últimamente en Europa, y casi roba protagonismo a la “ciudad luz”.