Variabilidad

Reconstruyen el mapa de la influenza en los cerdos

En un congreso organizado por la UNL, investigadores contaron cómo detectaron, un año antes de la pandemia de 2009, una variable de la gripe humana en porcinos. El estudio sirvió para demostrar cómo se rompen las barreras entre especies y cuál es la situación sanitaria argentina.

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El virus de la influenza puede saltar del cerdo al hombre pero también a la inversa, lo que afecta gravemente la producción. Foto: Archivo El Litoral

(C) Fernando López - Comunicación científica UNL - El Litoral

Un brote de influenza humana en cerdos de una granja de Buenos Aires en 2008, fue el punto de partida para que investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) montaran un sistema de vigilancia para conocer cómo interactúan los virus humanos y porcinos en Argentina. Los resultados fueron presentados en el I Seminario Internacional de Producción y Salud Porcina, organizado por la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

De acuerdo con Ariel Pereda, investigador del Instituto de Virología del INTA Castelar, luego del hallazgo detectaron más brotes en distintos lugares del país. “Es un virus que varía mucho. Dependiendo de esa variabilidad, la enfermedad puede controlarse o no de distintas maneras, o puede o no cruzar lo que se conoce como ‘barrera de especie’”, planteó.

“El hecho de que el virus pueda saltar del cerdo al hombre es interesante. En el caso del pandémico en nuestro país (que se difundió mundialmente en 2009) fue exactamente al revés, porque saltó de humanos a cerdos”, detalló.

Según añadió, conocer la composición del genoma viral, especies de “huellas digitales” de los virus, posibilita saber qué rumbos geográficos sigue una infección: entre provincias, países e, inclusive, entre continentes.

Primer caso en Sudamérica

En el brote de 2008, los investigadores notaron que los cerdos tenían sintomatología similar a la gripe humana. “Fue el primer caso reportado de influenza porcina en Sudamérica.”, aseguró Pereda.

Pero el hallazgo fue más trascendente, afirmó, porque además se trataba de un virus que entre los años 2000 y 2003 había circulado en humanos. “Significa que hasta el 2008 se había adaptado para afectar a cerdos, había cambiado ligeramente su genoma”, mencionó.

“Hasta ese momento no se sabía qué virus de influenza circulaban en Sudamérica. Conocíamos los virus típicos de Norteamérica, Europa y Asia, pero no sabíamos qué pasaba aquí”, resaltó.

En base a esos datos, esperaban encontrar un virus de influenza típico norteamericano. Sin embargo, hallaron un virus humano que había traspasado la barrera especie, conformando una nueva variante infecciosa para los cerdos.

“Eso nos permite ver cuál es la situación sanitaria en cuanto a los cerdos en Argentina. La vacuna para influenza no está permitida nuestro país, porque hasta hoy no sabíamos qué virus circulaban. Al no haber vacuna, no había cerdos protegidos, lo que permitió que el humano los infectara y el virus se transforme en un nuevo virus de influenza porcina”, argumentó.

Interacción

La relevancia del hallazgo reside, continuó Pereda, en la posibilidad de conocer la interacción entre el hombre y el cerdo. Si bien se sabía que el virus podía migrar entre las dos especies, ahora se había visto claramente cómo se producía ese intercambio en Argentina.

“Entonces tenemos el virus del 2008, que había evolucionado desde el 2000-2003, que se adaptó a los cerdos, pero también el virus pandémico, que originariamente tenía procedencia porcina, pero que al país llega por medio de los humanos. Esto significa que nosotros también afectamos al cerdo, lo que implica cambiar la paradoja de que éstos, los cerdos, son los culpables de la influenza en todos los casos. Esta vez son las víctimas”, enfatizó.

Ese cambio de concepto significa entender mejor la ecología, saber cómo se mueve la infección e iniciar recomendaciones de vacunación, destacó.

“De hecho, para poder prevenir es preciso que los operarios, los granjeros y quienes visitan las granjas, estén inmunizados para no pasar la influenza a los cerdos, que no pueden ser vacunados”, puntualizó.


Más trabajo

Este mismo grupo de trabajo detectó el virus pandémico en cerdos en junio de 2009. Esta fue la segunda detección en el mundo, siendo la primera en Canadá un mes antes. En la actualidad el grupo continúa evaluando la evolución de estos virus, encontrando nuevas variantes presentes en diferentes granjas porcinas del país que afectan gravemente la producción.