El dolor, la angustia, las sinceras lágrimas, el llanto, fueron las notas distintivas cuando el cortejo fúnebre que partió desde la Estación Belgrano condujo los restos de Leo Mattioli hacia el Lar de Paz.

De la redacción de El Litoral

Así, con emocionado respeto, miles de admiradores santafesinos y de otras localidades y provincias despidieron a su ídolo.

Sus seguidores lo acompañaron desfilando ante su féretro y finalmente en todo el recorrido que lo llevó a su última morada. A lo largo de ese itinerario, muchísima gente presenció el paso del cortejo fúnebre, aplaudió, le arrojaron flores y se escucharon expresiones como “Leo no se va”, o “Hay amor...”, frase que hizo famosa por repetirla en muchas de sus actuaciones.

El verdadero, enorme e indiscutido ídolo popular fue acompañado por sus admiradores con el respeto merecido y, a la hora del adiós, también fue acompañado por su esposa Marina, sus hijos, su madre y los familiares y amistades cosechados a lo largo de su corta existencia.