“SENTIR BUENOS AIRES”

Fotos que muestran una ciudad única

El libro de Felisa Lariviere, con imágenes del suizo Reto Guntli, muestra una ciudad vasta, diversa y desigual, descubierta a través de algunos de sus barrios y de espacios públicos y privados, que reafirman su identidad y, al mismo tiempo, transmiten un aire cosmopolita.

1.jpg

La Boca, típica postal de Buenos Aires.

Télam

Recién publicado por Ediciones Lariviere, el libro hace foco no sólo en sus calles o edificios emblemáticos, sino que también presenta imágenes de escenas cotidianas, monumentos, casas de artistas, bares, estadios de fútbol, espacios de diseño y talleres de arte.

La primera fotografía es una vista nocturna del obelisco, “Noche en la avenida Corrientes”, un verdadero símbolo porteño al igual que los jaracandaes en flor, la fuente de las Nereidas, Caminito, el tango o el teatro Colón.

La estructura de “Sentir Buenos Aires” se arma con determinados barrios: Puerto Madero, Retiro, Centro, La Boca, San Telmo, Almagro y el Abasto, Recoleta y Palermo.

El texto, en español e inglés, nos lleva por uno de los múltiples itinerarios posibles, desde el más joven de los barrios, Puerto Madero, donde lo novedoso da cuenta de la metamorfosis ocurrida en esta zona en los últimos veinte años.

Reto Guntli reside en la ciudad de Zurich y ha recreado, con sus imágenes, diversos estilos de vida para publicaciones de más de veinte países, entre las que se encuentran la revista Vogue, Architectural Digest, Elle Decoration, y World of interiors. Es autor también de las fotografías del libro “Vivir Buenos Aires” y “Vivir Río”.

Felisa Lariviere integra el Consejo de Administración de arteBA Fundación, a cargo de la organización de la feria de arte latinoamericano que tiene lugar cada año en la ciudad de Buenos Aires.

Puerto Madero se hace sentir en este libro desde la fotografía del edificio de Yatht Club Argentino, de la belle epoque, hasta los lugares de encuentros en la reciclada zona de los diques y el perfil de las torres como la

diseñada por el arquitecto César Pelli o el museo instalada en la ya jubilada Fragata Presidente Sarmiento.

En Retiro, una imagen muestra la Torre de los Ingleses en una zona que, escribe Lariviere, es uno de los pocos lugares que muestran los cambios impresos en su forma en algo más de cuatro siglos de historia.

El paneo de imágenes presenta al edificio Kavanagh, el estudio del artista Luis Benedit, el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco y la casa del galerista Ignacio Liprhndi, “con obras de artistas jóvenes y un interés particular en la producción latinoamericana”.

En el centro de Buenos Aires se alza el edificio del Congreso con su imponente cúpula, proyectado por el italiano Víctor Meano (1854-1904): “Los ochenta metros de altura de su elegante estructura se alzan próximo al kilómetro cero, que da nacimiento a todas las rutas del país”.

ITINERARIO

Como en todo libro sobre la ciudad, el barrio de la Boca no podía estar ausente: “Con su llegada, La Boca ganó una manera de sentir la ciudad que perdura hasta estos días con ‘una fuerza expresiva particular’, desliza Lariviere.

Las estructuras en hierro del antiguo transbordador en la desembocadura hacia el Río de la Plata, límite sur de la Capital, aparecen en una panorámica tomada al atardecer y en el preciso recorte de un día nublado.

San Telmo -un barrio tan antiguo como la ciudad- irrumpe con la singularidad de su feria de anticuarios, donde es posible encontrar todo tipo de mates, sombreros, sifones, guantes, joyas, peinetas y medias de seda, cajas de música o relojes y cubiertos.

También aparece el bar Británico y un kiosco de diarios y revistas, el pasaje comercial Defensa -uno de los más visitados-, el taller de la mítica artista Marta Minujin y el de Juan Carlos Pallarols, séptima generación de orfebres en trabajar la plata.

El taller del artista santafesino Marcos López sobresale en el barrio de Barracas, y en las fotos se ven algunas obras suyas de la serie Pop latino.

Continua Almagro, barrio que alberga la tradicional confitería “Las Violetas” en Rivadavia y Medrano, y el Abasto, sinónimo de fileteado y tango, donde está la casa de Carlos Gardel y un circuito de teatro alternativo “con una innovadora programación de calidad”, destaca Lariviere.

El Museo Nacional de Bellas Artes es uno de los lugares imperdibles de la Recoleta, con sus renovadas salas y una colección que deslumbra a los turistas. Sobresalen los descomunales gomeros, el histórico cementerio de la Recoleta y una serie de plazas extensas, con pendientes suaves, donde la gente se da cita en el otoño o la primavera.

Una librería de viejo, Poema 20; la librería El Ateneo, Grand Splendid y el bar La Biela, se ven reflejados entre otras muchas imágenes seleccionadas.

Al llegar a Palermo, el barrio más grande de Buenos Aires, se conjugan una serie de zonas muy diferentes como Palermo Hollywood o Palermo Soho.

Una gran “constelación verde” es el Parque Tres de Febrero, donde todos se pueden dar el gusto “de caminar, correr, pasear o jugar”. Allí está el Jardín Zoológico, los lagos, el Hipódromo y el Malba (Museo de Arte latinoamericano de Buenos Aires).

A esto se suma una recorrida por los alrededores, para observar entre otros sitios a Villa Ocampo (la casa en Beccar que donó la escritora Victoria Ocampo a la Unesco) o una casa de cuento con techo de cinc en una isla del Delta, además del tradicional Club de Regatas La Marina, recostado sobre el río Lujan y estampas del pueblo bonaerense de San Antonio de Areco.

3.jpg

Las imágenes remiten a la identidad porteña, pero también al aire cosmopolita de la ciudad. Fotos: TÉLAM

2.jpg

El tango define, con su melodía y poesía, el universo cultural rioplatense.