Crisis educativa en Chile

Comenzó paro nacional de estudiantes, con incidentes

EFE-Télam

Una serie de incidentes en diversos puntos de Santiago y otras ciudades se registraron hoy, al inicio de una jornada de paro nacional de estudiantes universitarios y de secundaria, que demandan una mejor educación, informaron fuentes policiales.

En al menos una decena de puntos de la capital chilena grupos de manifestantes instalaron barricadas, entorpecieron el flujo de vehículos y se enfrentaron con la policía desde antes de las 7 de la mañana, precisaron las fuentes.

Los carabineros emplearon chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes a pocas horas de que estudiantes universitarios y secundarios salgan masivamente a las calles.

Las autoridades y los dirigentes estudiantiles llegaron ayer a un acuerdo para que los jóvenes realicen una marcha por un recorrido que evita el centro de Santiago, aunque incluye un tramo de la Alameda, la principal arteria de la capital chilena.

El pasado jueves, la prohibición de manifestaciones en esa arteria derivó en enfrentamientos que se prolongaron durante todo el día y dejaron más de 870 detenidos.

Con el paro las federaciones estudiantiles buscan presionar al gobierno para perfeccionar algunos puntos de un plan de 21 medidas que presentó la semana pasada para mejorar la educación.

Los puntos en cuestión se refieren a una garantía constitucional de una educación pública gratuita y de calidad, la prohibición del lucro en las universidades privadas y la devolución al Estado, desde los municipios, de la administración del sistema educativo primario y secundario.

Tales demandas han mantenido movilizados a los estudiantes chilenos, que tienen el apoyo del Colegio de Profesores y de numerosas organizaciones sindicales y sociales, desde el pasado mes de mayo.

En tanto, mientras la aceptación pública del gobierno de Sebastián Piñera cayó en un año del 47% al 26% (ni siquiera lo benefició el aniversario del sonado rescate de los mineros), sus ministros vinculados al área educacional parecen no encontrar otra vía que la represión para aplacar las multitudinarias manifestaciones estudiantiles.

La ola de protesta estudiantil ya lleva más de 60 días de huelga y mantiene ocupados numerosos colegios secundarios. Ya volteó a un ministro emblemático de la derecha, como era Joaquín Lavín. Ahora ha puesto contra las cuerdas a su sucesor, Felipe Bulnes. Más aún, el movimiento ha catalizado, en poco tiempo, un clima de levantamiento generalizado contra la política de Piñera.

El ex empresario de la empresa aérea LAN Chile había llegado a la Casa de la Moneda a partir de los continuos fracasos de la Concertación. Entre otros, el de los reclamos estudiantiles (los “pingüinos”, estudiantes secundarios), que ya le habían amargado el año 2006 al gobierno de Michelle Bachelet.

Piñera pretendió, en primera instancia, ignorar las protestas. Al ver que esta táctica no alcanzaba, ideó un “gran acuerdo nacional” que intentaba atender superficialmente algunos de los puntos de los huelguistas. La iniciativa capotó inmediatamente, dado el repudio de toda la comunidad educativa.