Con la lengua afeitada

por Betocas

Sin tantas interpretaciones académicas

Los analistas políticos siguen buscando explicaciones o motivaciones complejas sobre el resultado de las elecciones del domingo 14 de agosto. Nadie discute que hubo claros perdedores: Alfonsín, Duhalde, Carrió, De Narváez y Pino Solanas seguro; y que Rodríguez Saá salvó la ropa en su provincia aunque por muy poco. Macri no apostaba en forma abierta y hasta se fue del país y Binner nunca intentó hacer creer que alentaba mayores expectativas, como para entender que pueda integrar la primera lista. El futuro de los que menos perdieron, es decir Macri y Binner, dependerá de su habilidad para nacionalizar su propuesta y es probable que el camino le resulte más sencillo al segundo si mejora el sistema de comunicación del programa que sólo expuso muy bien en el acto de cierre de su campaña. Lo que es curioso es que fuera de algunas observaciones cualitativas, no se hizo la disección cuantitativa para entender por qué la Presidente ganó en forma tan contundente.

Con la excepción de San Luis (que no era una sorpresa), la señora Cristina tuvo que enfrentar un trío donde hizo una “mala” elección con respecto al 50,1% de los votos que obtuvo: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Los votos perdidos, le representaron un déficit cercano al 9%. En las provincias de Entre Ríos, Mendoza y la Pampa, perdió menos y entre Chubut y la Rioja, le permitieron recuperar algo, pero en términos relativos, casi nada. Este segundo grupo le arrojó todavía un déficit de alrededor de 0,5%. La Provincia de Bs. As. le empezó a dar superávit, pero con respecto al 50,1% obtenido no fue tan importante como se podía pensar. Sólo mejoró en aproximadamente 2,27% su total. En cambio, en el resto de las provincias que se caracterizan por ser pequeñas o muy pobres, recuperó aproximadamente el 7% que le faltaba para alcanzar su contundente triunfo. Esa parte del interior, que en población no es mucho más de un cuarto del país, dijo con claridad que era “kirchnerista”.

En estos lugares, al votar, los que lo hicieron así, no se detuvieron a pensar qué cosa era “el modelo” que casi nadie de la oposición atinaba a descifrar y sobre el que permanentemente pedía explicaciones. Simplemente, por el accionar de este gobierno (todas las formas de planes asistenciales que se nos ocurran) sintieron que estaban un poco mejor que antes y prefirieron no cambiar. A una gran mayoría no le interesó si los valores republicanos o las instituciones de la Nación no eran del todo respetados. Pensó que tal vez es necesario que sea así. La señora Presidenta supo leer mejor que nadie qué es lo que al pueblo realmente le interesaba y por eso ganó de la forma en que lo hizo. Respecto del sector agropecuario, simplemente los verdaderos “productores” son un numero pequeño, ya que los propietarios y dueños de los grandes campos suelen ser muy pocos. ¿Y por qué triunfó además en el triángulo fatídico? Porque también tiene muy buenos aliados en la otra parte del pueblo que opera desde el silencio.