Acnur advierte sobre la situación de los apátridas

Ciudadanos de ningún país

Alrededor del mundo hay millones de personas que no son reconocidas como ciudadanos por ningún país. En papel, no existen en ningún lugar. Son individuos sin una nacionalidad. Son apátridas. El problema es más grave en el sureste Asiático, Asia Central, Europa del Este y el Medio Oriente.

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Unos 240 mil Biharis llevan décadas viviendo en condiciones lamentables en pobres asentamientos en Bangladesh.

Foto: Gentileza Acnur/G.M.B Akash

Fuente: Oficina Regional para el Sur de América Latina de Acnur.

El 25 de agosto, el Alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) lanzó una campaña para arrojar luz sobre la problemática de los apátridas. La difusión de la campaña antecedió por unos días al 50 aniversario de la Convención de 1961 sobre la Reducción de la Apatridia, el 30 de agosto.

Son numerosas las causas de la apatridia, muchas de ellas arraigadas en legalidades. Pero las consecuencias humanas pueden ser dramáticas. Debido a que las personas apátridas no son técnicamente ciudadanos de ningún país, con frecuencia se les niegan derechos básicos y acceso al empleo, vivienda, educación y salud. Quizás no puedan poseer propiedad, abrir una cuenta bancaria, casarse legalmente o registrar el nacimiento de un hijo. Algunos enfrentan largos períodos de detención, porque no pueden probar quiénes son o de dónde vienen.

“Estas personas están con una necesidad desesperada de ayuda porque viven en un limbo legal de pesadilla”, dice António Guterres, Alto Comisionado para los Refugiados. “Ésto los convierte en algunos de los más excluidos del mundo. Aparte de la miseria causada a estas personas, el efecto de marginar a grupos enteros de individuos a través de generaciones crea gran stress en las sociedades en las que viven y es, a veces, una fuente de conflicto”.

Acnur estima que hay alrededor de 12 millones de apátridas en el mundo, pero definir los números exactos es enormemente problemático. Informes inconsistentes combinados con definiciones diferentes de apatridia significan que la verdadera escala del problema permanece esquiva. Para superar ésto, el organismo de Naciones Unidas está creando conciencia sobre la definición legal internacional, al tiempo que está mejorando sus propios métodos para recabar datos sobre poblaciones apátridas.

Mientras que el amplio alcance de la apatridia en el mundo recién se está dando a conocer, Acnur ha encontrado que el problema es particularmente grave en el Sudeste Asiático, Asia Central, Europa del Este y el Medio Oriente. Sin embargo, la apatridia existe en todo el mundo y es un problema que atraviesa todas las fronteras y caminos de la vida.

Mujeres y niños en riesgo

Una consecuencia desafortunada de la apatridia es que puede auto perpetuarse. En la mayoría de los casos cuando los padres son apátridas, sus hijos también lo son desde el momento en que nacen. Sin una nacionalidad, es extremadamente difícil para los hijos obtener una educación formal u otros servicios básicos.

La discriminación contra las mujeres agrava el problema. Ellas se encuentran entre los más vulnerables a la apatridia. Análisis de Acnur revelan que al menos 30 países mantienen leyes de ciudadanía que discriminan a las mujeres. En algunos países, las mujeres y sus hijos corren un riesgo particular de convertirse en apátridas si se casan con extranjeros. Muchos estados, además, no permiten a una madre pasar su nacionalidad a sus hijos.

Sin embargo, hay una tendencia en aumento para que los estados tomen acción a fin de remediar la desigualdad de género en las leyes de ciudadanía. Estados tan diversos como Egipto (2004), Indonesia (2006), Bangladesh (2009), Kenia (2010) y Túnez (2010) han enmendado sus leyes para conceder a las mujeres derechos iguales que los hombres para conservar su nacionalidad y pasar la nacionalidad a sus hijos. Cambiar las leyes de ciudadanía discriminatorias de género es una meta concreta de los esfuerzos de Acnur alrededor del 50 aniversario de la Convención de Apatridia.

Discriminación étnica

Un tema subyacente de la mayoría de las situaciones de apatridia es la discriminación étnica y racial que lleva a la exclusión, donde falta, a menudo, la voluntad política para resolver el problema. Grupos excluidos de ciudadanía desde que los estados ganaron independencia o fueron establecidos, incluyen los residentes musulmanes (rohingya) en el norte del estado Rakhine en Myanmar, algunas tribus de montaña en Tailandia, los bidoon en los países del Golfo.

En meses recientes, Croacia, Filipinas, Turkmenistán y Panamá han tomado la decisión histórica de ser parte de uno o de ambos tratados internacionales sobre la apatridia.

A pesar de ello, el tema sigue siendo de baja prioridad en muchos países, debido a las sensibilidades políticas alrededor de la apatridia. El número de estados parte de las dos convenciones de la apatridia es un indicador del compromiso internacional: hasta el 25 de agosto, sólo 66 estados son parte de la Convención de 1954 sobre el Estatuto de las Personas Apátridas, que define quién es considerado en esa situación y establece los estándares mínimos de tratamiento. Sólo 38 estados son partes de la Convención de 1961 para Reducir la Apatridia, que provee los principios y un marco legal para ayudar a los estados a prevenir la apatridia. El número total de estados miembro de las Naciones Unidas es de 193.

“Tras 50 años, estas Convenciones han atraído a un número pequeño de estados”, afirma Guterres. “Es vergonzoso que millones de personas vivan sin una nacionalidad un derecho humano fundamental-. El alcance del problema y los graves efectos que tiene en aquellos a quienes concierne pasa casi desapercibido. Debemos cambiar eso -concluye-; los gobiernos deben actuar para reducir los números generales de apátridas”.


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Debido a que muchos países no registran automáticamente a los recién nacidos, pueden tener problemas para probar dónde nacieron o quiénes eran sus padres, aumentando el riesgo de apatridia.

Foto: Gentileza Acnur/G.M.B. Aksh

Nuevos Estados

La secesión de estados conlleva el riesgo de que algunas personas serán excluidas de ciudadanía, si estos temas no son considerados anticipadamente en el proceso de separación. El mundo dio la bienvenida al surgimiento de Sudán del Sur en julio, pero todavía queda por ver cómo las nuevas leyes de ciudadanía, tanto en el norte como en el sur, serán implementadas.

“La disolución de estados, la formación de nuevos estados, el traspaso de territorios y el nuevo trazado de fronteras fueron las principales causas de apatridia durante las dos décadas pasadas. A menos que nuevas leyes fueran cuidadosamente redactadas, mucha gente quedaría afuera”, dice Mark Manly, Jefe de la Unidad de Apatridia en Acnur.

En los años ‘90, la disolución de la Unión Soviética, Yugoslavia y Checoslovaquia dejó a cientos de miles de apátridas a lo largo de Europa Oriental y Asia Central, con grupos étnicos y sociales marginados soportando el sufrimiento. Aunque la mayoría de los casos han sido resueltos en estas regiones, decenas de miles de personas permanecen apátridas o corren riesgo de serlo.