Al margen de la crónica

Un castigo extraño y ejemplificador

Un juez argentino decidió suspender el juicio contra un ex marino acusado de falso testimonio en un proceso por delitos cometidos en la última dictadura a cambio de que visite varios centros de detención clandestinos para tomar conciencia sobre la represión desatada durante el gobierno de facto.

El magistrado Marcelo Martínez de Giorgi tomó esta medida para que el ex suboficial de la Armada Ángel Esteban Valoy “tome conocimiento” y reflexione “sobre la crueldad e ilegalidad de la actuación de las fuerzas armadas en aquella época”, según el fallo confirmado hoy a EFE por el Centro de Información Judicial (CIJ).

Valoy fue procesado el pasado diciembre tras asegurar que su sobrina desaparecida durante el régimen militar (1976-1983) “andaba en algo raro”, al declarar como testigo en una audiencia del juicio oral por crímenes cometidos en la cárcel clandestina “El Vesubio”.

El imputado se mostró además “reticente a contestar las reiteradas preguntas de las partes y del tribunal” sobre la desaparición de su sobrina, su esposo y el hijo de ambos, por lo que se abrió una causa en su contra.

“La producción de ese tipo de sentencias sociales para referirse a las víctimas de desaparición forzada hablan por sí de mecanismos de lenguaje destinados a la justificación de los crímenes aberrantes que funcionan aún hoy como eximentes de responsabilidad internalizados para quien debía haber sabido, en su condición de familiar y miembro de las fuerzas armadas, de la atroz ilegalidad de la actuación del aparato militar”, apunta el fallo.

En opinión del juez Martínez de Giorgi “puede presumirse” en el ex marino “un cierto desprecio sobre la investigación, como también una minimización en cuanto a la importancia y gravedad que revistieron los acontecimientos ocurridos durante la última dictadura militar”.

Valoy había pedido la suspensión del juicio a prueba a cambio de realizar tareas comunitarias en una parroquia durante un año, pero el juez optó por librarle del proceso si recorre seis de los principales centros de detención que funcionaron en Buenos Aires y sus alrededores durante el último régimen de facto, entre ellos la ex Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) y Automotores Orletti, pieza clave de la represión coordinada en el Cono Sur en la década de 1970.

El imputado deberá además visitar un monumento levantado en memoria de la víctimas del terrorismo de Estado en un parque de la capital argentina.