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Terremoto electoral: los Piratas asaltan Berlín

Pablo Sanguinetti - DPA

“¡Al abordaje!”. El grito estremece estos días a más de un político alemán. El barco del Partido Pirata navegaba hasta hace poco los mares del exotismo y la burla. Pero hoy, montado sobre la imparable ola de “indignados” con la política tradicional, está a un paso de desembarcar en su primer parlamento regional.

Es la gran sensación de las elecciones del 18 de septiembre en Berlín: según una encuesta publicada hoy por el diario “Berliner Zeitung”, el Partido Pirata superará la barrera del cinco por ciento de los votos y entrará en el parlamento de la capital.

En una campaña más bien gris que terminará previsiblemente con la reelección del alcalde actual, el carismático socialdemócrata Klaus Wowereit, los medios se volcaron estos días a analizar “la gran sorpresa” del “Piratenpartei Deutschland” o simplemente “Piraten”.

“Nuestro éxito nos sorprende un poco”, admite incluso su primer candidato, Andreas Baum, un experto en electrónica de sólo 32 años.

Y no es para menos. El Partido Pirata es el que más ha crecido en el último mes, supera ya cómodamente al partido liberal (FDP), socio en la coalición de gobierno de Angela Merkel, y podría verse aun más favorecido por las buenas encuestas y su repercusión mediática.

Pero, ¿quiénes son y qué quieren los piratas?

El Partido Pirata alemán se fundó hace sólo un lustro, en septiembre de 2006. Seguía el modelo de los pioneros suecos, que en enero de ese año crearon la primera fuerza pirata con una bandera principal: el uso irrestricto y gratuito de contenidos en Internet.

La Red era entonces un tema ajeno a los partidos establecidos. Pero en estos años toda fuerza política incorporó expertos en Internet, lo que forzó a los piratas a ampliar sus reivindicaciones a otros temas como una mayor participación ciudadana en la política, la legalización de las drogas o la separación entre Estado e Iglesia.

Es decir, un “cóctel” muy cercano al de la izquierda tradicional y, sobre todo, al de la “indignación” exportada por España a una Europa frustrada con la crisis de su moneda y la incapacidad de sus políticos para hacerle frente.

“Podemos imaginarnos las sesiones del Senado transmitidas por Livestream en Internet”, explicó el candidato Baum al diario “Die Welt” para ejemplificar la mayor transparencia a la que aspira.

“Cuestionamos todo aquello que tenga lugar a puertas cerradas. Luego reflexionamos por qué algo no es público, si está justificado o si la información de los ciudadanos pesa más”.

Con respecto a la droga, el joven cofundador del partido sostiene que “la política actual sólo financia la guerra de cárteles en México o a los traficantes” en Europa. Y propone que el consumo de estupefacientes se equipare legalmente al del alcohol.

Los piratas tienen unos 12.000 afiliados en todo Alemania y menos de un millar en Berlín. Pero los sondeos indican que son muchos más los seducidos por ese discurso y la imagen desenfadada del partido -Baum suele aparecer con una camiseta y vaqueros- en una de las capitales más alternativas de Europa.

También contribuye una campaña modesta e imaginativa, basada sólo en 12.000 carteles que, con una cuidada imagen “cool”, combinan consignas serias con otras más bien irónicas. En uno puede verse a un candidato preguntando: “¿Por qué cuelgo aquí? Mejor ni vayan a votar”.

Los estudios indican que el “votante pirata” es varón, de entre 25 y 35 años, residente sobre todo en Berlín oriental y de cualquier nivel educativo.

Según el sondeo publicado hoy, las elecciones serán ganadas por los socialdemócratas (SPD) de Wowereit con un 32 por ciento de los votos, 11 puntos más que la Unión Cristianodemócrata de Merkel (CDU).

Los poscomunistas de la Izquierda (11%) y los Verdes (19%) hacen que las fuerzas de izquierda sumen casi un 70 por ciento de votos en la capital.

La derecha reúne un 25 por ciento entre la CDU y los liberales, que con un cuatro por ciento quedan fuera del parlamento regional y profundizan la debacle que vienen sufriendo en todo el país.

Lo que no pueden predecir los sondeos es el alcance del fenómeno pirata. Si las aguas siguen agitadas, el barco podría lanzarse pronto a conquistar otros puertos del país.

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