Entrevista a Camilo Restrepo Ochoa
Arquitectura con sentido de pertenencia
Urbanismo social, ciudades transversales y espacio público como punto de encuentro de clases e intereses son conceptos que se vienen aplicando en países latinoamericanos. El arquitecto colombiano explicó la experiencia de Medellín y escuchó propuestas sobre cómo superar las fisuras propias de toda ciudad, también de la nuestra.
Vista panorámica de la ciudad de Medellín, sede de la VII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo.
Foto: Efe/Federico Ríos.
Nancy Balza
En la última década, la ciudad colombiana de Medellín viene experimentando una notable transformación y en ello han tenido protagonismo un conjunto de arquitectos que desarrollaron sus proyectos bajo el concepto de urbanismo social. Uno de esos profesionales, Camilo Restrepo Ochoa, estuvo en Santa Fe para liderar el taller sobre Ciudades Transversales organizado por la Fadu-UNL y la Municipalidad.
En diálogo con El Litoral, en una pausa del encuentro con colegas y estudiantes avanzados -que expusieron sus conclusiones sobre cómo superar la fragmentación urbana-, explicó algunas claves del profundo cambio que viene experimentando su ciudad natal, que no sólo involucra una cuestión de imagen sino también la forma en que sus habitantes se relacionan con el espacio público.
En cuanto a la actividad para la que fue convocado, “lo que queríamos -contó- era ser capaces de atravesar la ciudad con sentido este-oeste, tanto con actividades como con intervenciones que permitan encontrar otras fuentes de desarrollo, e intervención; y, a la vez, ser capaces de construir una ciudad más equitativa en oportunidades y posibilidades”- La vinculación este-oeste no era casual: hablaba específicamente de Santa Fe, de la que tuvo referencias por sus anfitriones, por estudiantes que estuvieron en Medellín haciendo sus prácticas en estudios de arquitectura, pero también por lo que pudo recorrer en los varios días que duró su visita.
- ¿El de ciudades transversales es un concepto que se puede aplicar a cualquier lugar?
- Como concepto de construir equidad se puede aplicar para todas las ciudades. Lo que me parece es que aquí la condición hídrica y semipeninsular que se genera también ha hecho que la ciudad no se atraviese en sentido este-oeste por motivos que estamos investigando. En la ciudad de la que yo provengo, Medellín, la fisura es norte-sur. No es este-oeste pero siempre, por algún motivo hay una fisura en las estructuras urbanas. Todas las ciudades, hasta las más evolucionadas, tienen fisuras y a veces se localizan puntuales, a veces es un tema geográfico como un río o un cañón.
- ¿Y en el caso de Medellín?
- Es social, como pasa en otras ciudades latinoamericanas. En el sur es donde se concentra el mayor ingreso per cápita. Ninguna ciudad latinoamericana tiene un accidente geográfico tan contundente como para partirla, como pasa en Oporto (Portugal), donde la geografía -el río- hace que la ciudad esté partida físicamente, más no necesariamente en el sentido social.
- En los últimos años se han producido transformaciones importantes en Medellín, ¿qué es lo que se buscaba y qué se ha logrado?
- En las intervenciones de los últimos ocho años en Medellín se ha utilizado el concepto de urbanismo social. Como decía el alcalde Sergio Fajardo en su momento, teníamos una deuda social de muchos años y debíamos tratar de pagarla. La manera de hacerlo era a través de la educación, pero con un concepto transversal que fabrica y produce infraestructura y espacio público como el punto donde se pueden encontrar las personas y pueden ser capaces de transversalizar las ciudades a través de equipamientos educativos y espacios públicos.
- ¿Concretamente?
- Nosotros hicimos un pabellón en el Jardín Botánico, que queda en el norte de la ciudad, exactamente en la línea donde hay un corte muy radical. Antes de hacer el proyecto, el Jardín se iba a cerrar por falta de recursos. Y a través de este proyecto generamos un techo grande, como un pabellón con una marquesina gigante que comenzó a generar actividades y sustento económico, haciendo que se alquile para matrimonios, exposiciones y ferias, y se ha venido consolidando como un punto de referencia para la ciudad. Actualmente, el Jardín Botánico tiene superavit monetario y ha generado una cultura del espacio público alrededor que hoy en día se llama “el nuevo norte de la ciudad”. Al lado apareció el Museo Explora, de ciencia y tecnología; el Centro Cultural de Moravia, el Parque de los Deseos -que Felipe Uribe había hecho antes- la Universidad pública. Se ha venido construyendo un nuevo centro cultural y educativo en la ciudad.
- ¿Hay una corriente arquitectónica en Medellín que está trabajando en esta propuesta o son proyectos aislados?
- Diría que es la suma e interacción de varias generaciones que han sido educadas unos a otros: primero fueron Felipe Uribe y Alejandro Echeverri; ahora hay otros (arquitectos) más chicos que nosotros que están haciendo proyectos. Es una movida intergeneracional que construye porque, después de los ‘80 y ‘90, con el tema de los carteles de la droga era el momento en que había que hacer algo. Si no, creo que ninguno iba a sobrevivir. Era una decisión muy necesaria y tuvo buena repercusión, buen liderazgo y voluntad política desde el gobierno de Fajardo como alcalde y ahora como Alonso Salazar, el sucesor.
- Saliendo de tu ciudad y ampliando el panorama, ¿la arquitectura puede realmente transformar una ciudad?
- Más que la arquitectura, es la forma que somos capaces de dar al espacio público. Un edificio como tal, una pieza como tal puede ser muy bonita y generar una atracción, pero lo que realmente genera esa transformación es la calidad de público que tiene ese edificio. Es el sentido de lo público, de la forma del espacio público lo que puede generar relaciones diferentes. Creo que la arquitectura es el diseño de las relaciones en el espacio. Y el espacio público es el punto de encuentro entre diferentes clases sociales, diferentes intereses, diferentes razas. Es la superficie de contacto donde la gente se puede reconocer a si misma y en otros. Eso es muy necesario para nuestras sociedades.
- Se calcula que en pocos años, más de la mitad de la población va a vivir en ciudades. Este concepto va a tomar particular importancia.
- Exacto, se espera que en 2050, el 65 o 70 % de la población viva en ciudades y ese lugar de encuentro va a ser lo público. Hoy los dispositivos tecnológicos, Internet, redes sociales, te permiten tener un contacto público pero que no es de toque. En cambio el espacio público te obliga a tener ese contacto de toque, y creo que ahí es donde está la oportunidad y el valor de la situación.