Lengua Viva

¿Es importante la cultura?

Evangelina Simón de Poggia

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Gustavo Dalleva (Temas de Filosofía) decía que la cultura es la herramienta de la que dispone una comunidad para trabajar y enfrentar su realidad. La sociedad la va moldeando en pro de su bienestar, de su felicidad, abocándose a la instalación de leyes y normas que regulen aspectos existenciales del hombre como: la justicia, la educación, la salud, la seguridad, la vejez, la infancia, el trabajo, etc., asegurándose ,de esta manera, la paz y la armonía tan necesarias para el crecimiento de un pueblo. Alguien podrá decir que mi pensamiento es un tanto utópico, pero es fácil darse cuenta de que algo está pasando en nuestra sociedad, pues ante una autorreflexión obligatoria muchas veces nos sentimos embargados por un sentimiento de infelicidad y de angustia. La paz nos invade cuando la violencia es reemplazada por la solidaridad, cuando sabemos que podemos recurrir al que tiene que defender nuestros derechos ante cualquier irregularidad social, que los agentes institucionales están en posesión del conocimiento y basan en él sus decisiones, evitando el confusionismo y la impotencia, cuando ingresamos en un ámbito comercial y nos atienden con la amabilidad y el respeto que merecemos, cuando podemos salir de nuestros hogares con la tranquilidad de saber que a nuestro regreso los encontraremos como los dejamos, si el sistema educativo tiene como mira fundamental el desarrollo del conocimiento y otros valores que ,junto a la colaboración familiar, darán lugar a la formación de seres humanos preparados para enfrentar la complejidad de la vida y con posibilidades, en un futuro, de hacer aportes para beneficio de la sociedad a la que pertenecen y del mundo, cuando la comunidad con sus responsables entienda la importancia de la dignidad del trabajo en oposición a la prevendas y regalías que no ayudan a la superación intelectual ni espiritual, cuando la salud se proyecte ,con tecnología de punta, a todos los estamentos sociales, cuando la justicia sea equitativa y dinámica , cuando, en definitiva, cada habitante pueda lograr una calidad de vida.

Si los jueces no imparten justicia, si la policía no ejerce su función de protección y mantenimiento del orden, si el docente no puede enseñar, si los padres no pueden educar en los valores, si la atención de la salud es para los privilegiados económicamente, si al vendedor no le interesa vender y al dueño no le afecta que a su empleado no le interese, si el que tiene una función de servicio público no le importa su proyección social,etc.etc... entonces, todo se transforma en la parábola del absurdo. Es como si uno se levantara a la mañana y se preparara para la representación del día: hacer que hace algo para alguien que no le interesa lo que haga , ni cómo lo haga. Este es el momento en el que nos invade el vacío , la desolación y la impotencia.

La duda me invade y me pregunto ¿Será cierto que estamos atravesando el tramo histórico del “vacío” y del “ todo vale”? Si es así ¿Qué pasa con nuestra felicidad?