El lunes comienza la primera fase

Egipto llega a elecciones en medio de una gran división

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Ayer, la emblemática plaza Tharir albergó primero los rezos y luego activas protestas contra la Junta Militar. Pero no fue la única manifestación: por separado, se manifestaron la juventud revolucionaria, los islamistas y quienes extrañan a Mubarak. Foto: Agencia EFE

Nueve meses después del dramático fin de la era del presidente Hosni Mubarak, los egipcios superarán el primer gran obstáculo en el camino hacia un nuevo tiempo democrático. El lunes comienza la primera fase de las elecciones parlamentarias. ¿Están los egipcios listos para ello? La atmósfera durante la campaña electoral no genera grandes esperanzas.

 

De la Redacción de El Litoral

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Agencia DPA

Las semanas pasadas estuvieron ensombrecidas por las protestas, la violencia policial y los enfrentamientos entre políticos y activistas que durante las masivas manifestaciones contra Mubarak a principios de año aún estaban lado a lado. El gobierno de transición se vio obligado a renunciar tras las nuevas protestas masivas. Después de ello, los militares nombraron a un nuevo débil primer ministro: Kamal al Ganzuri, de 78 años, que ya fue jefe de gobierno en tiempos de Mubarak entre 1969-1999.

“Los egipcios miran con gran preocupación su futuro político”, dijo el politólogo y experto en terrorismo de El Cairo Dia Rashwan al diario “Al-Sharq Al-Wsat”. Sobre todo los intelectuales tienen miedo de que los Hermanos Musulmanes, que están mejor organizados que los nuevos partidos, les roben “su revolución”.

“A todos los que tienen miedo de una expansión del islam a nivel político les puedo decir “¡Haz algo contra ello y ve a votar!”. Rashwan dice que después de la última ola de protestas dirigida contra la policía y los militares la situación fue tan tensa que las autoridades decidieron no difundir encuestas de opinión sobre el comportamiento electoral.

Las manifestaciones que se produjeron el viernes antes de las elecciones en tres localidades de El Cairo demuestran cuán dividida está la población egipcia en estos días. Por separado, se manifestaron la juventud revolucionaria, los islamistas y quienes extrañan a Mubarak. Y cada uno de estos grupos dice acerca de sí mismo: “Nosotros somos el pueblo”.

Diferentes reuniones

En la plaza Tahrir se manifestaron sobre todo personas de izquierda, liberales y jóvenes contra la junta militar y Al Ganzuri. Una gran manifestación de islamistas convocada por clérigos conservadores sirvió sobre todo para demostrar fuerza. La mayoría de las consignas en este caso no eran sobre Egipto, sino sobre la política hacia Jerusalén de Israel.

En el barrio de Abbasiya se reunieron varias personas para una marcha organizada por los llamados “remanentes” del viejo régimen. Anunciaron su apoyo a Al Ganzuri y al consejo militar que toma todas las decisiones importantes desde la salida de Mubarak. Algunos de ellos exclamaban: “¡La plaza Tahrir no es Egipto!”.

En estas elecciones parlamentarias, a las que se presentan más de 6.000 candidatos, quedará demostrado cuántos egipcios están realmente a favor de la democracia y los derechos humanos, dos consignas por las que los manifestantes de enero y febrero arriesgaron su vida.

Y es que las diferencias entre el campo y la ciudad, los académicos y los analfabetos son enormes. Los Hermanos Musulmanes, por ejemplo, tienen amplia aceptación en las ciudades. Sin embargo, en los centros turísticos del norte de Egipto, cuentan con menos seguidores.

A las urnas

El lunes se votará en El Cairo, Alejandría y otras siete provincias. El resto de las 27 provincias en total votará a mediados de diciembre y principios de enero. Dos tercios de los 498 escaños del Parlamento están reservados a candidatos de las listas partidarias. Un tercio a candidatos que son elegidos de forma directa.

Los resultados finales estarán recién el 13 de enero. Si todo sale bien, luego seguirán la elección en la segunda cámara, la elaboración de una nueva Constitución y la elección de un nuevo presidente. Es un viaje a lo desconocido, acompañado de muchas especulaciones. Desde hace semanas se rumorea en El Cairo que habrá un acuerdo secreto entre los islamistas y los militares. Sin embargo, nadie presentó aún pruebas de ello.