editorial

La elección del presidente de la Cámara de Diputados

El justicialista Luis Rubeo juró como presidente de la Cámara de Diputados para el período institucional que se abrirá el próximo domingo 11 de diciembre después de una prolongada pulseada interna en el seno del justicialismo con su par María Eugenia Bielsa. Siguiendo un sano criterio reestablecido cuatro años atrás, las minorías ocuparán las vicepresidencias de la Cámara con la socialista Inés Bertero y el macrista Federico Angelini.

La Constitución de la provincia determina que la Cámara de Diputados se compone de cincuenta miembros elegidos directamente por el pueblo, formando al efecto la Provincia un solo distrito, correspondiendo veintiocho diputados al partido que obtenga mayor número de votos y veintidós a los demás partidos, en proporción de los sufragios que hubieren logrado. Más adelante en el artículo 35 determina que “la Cámara de Diputados elige anualmente entre sus integrantes su presidente y sus reemplazantes legales”.

Es decir que la elección de sus autoridades depende de los propios 50 legisladores más allá del resultado electoral.

La ciudadanía santafesina -por primera vez desde 1962 a la fecha- determinó que el partido que ganó el Poder Ejecutivo no tendrá la mayoría en la Cámara Joven. En este inédito hecho institucional, es indudable el efecto del sistema de boleta única utilizado para la elección que dejó de lado el cuidado que tuvieron los convencionales en darle gobernabilidad a la provincia.

Bielsa encabezó la lista del Frente Santa Fe para Todos que tuvo como principal componente al Partido Justicialista tras imponerse en la primaria y con el respaldo del voto popular se creyó en condiciones de ser la titular del cuerpo, pero no contó con el aval de la mayoría dentro del sector, mientras que el resto del arco político optó por no participar en la interna de esa fuerza.

La disputa interna del justicialismo por la presidencia de la Cámara se reflejó con fuerza en todos los medios de comunicación de la provincia, llegó incluso a los nacionales y arrastró a la propia Cámara a una extensa demora en la elección. En casi veinte días de disputa, las partes no cambiaron de postura y llegaron divididos al recinto lo que le permitió a Rubeo ser presidente y a su sector designar a las autoridades políticas de la Cámara.

El dato concreto es que Rubeo fue elegido por apenas 15 de sus pares y él mismo se votó con lo que se transformó en el titular que es electo con menos votos en la historia contemporánea de la Cámara. Su elección -legítima- deberá ser convalidada con la acción para lograr el consenso de sus pares.

Además, el nuevo presidente prometió trabajar para dar gobernabilidad a la provincia en manos del socialista Antonio Bonfatti, aspecto esencial para la etapa que se iniciará el domingo. El Frente Progresista tendrá minoría en ambas cámaras legislativas y el dictado de leyes así como la aprobación de pliegos de jueces, vocales del Tribunal de Cuentas y miembros de la Defensoría del Pueblo dependerán del voto de la bancada justicialista, tarea donde será vital el trabajo de los presidentes de las cámaras, de allí la importancia que adquiere en esta etapa la designación del titular de Diputados, más allá del nombre del electo.