En Guadalupe Oeste

Pesadilla para una familia

por allanamiento erróneo

En plena madrugada fue despertada y reducida por un allanamiento. Puerta rota, violencia, pocas explicaciones y un susto mayúsculo para gente sin nada que ocultar.

Guillermo Dozo

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La de ayer fue una mañana de terror para la familia Fabre.

Faltaban pocos minutos para las siete de la mañana y todos dormían plácidamente aunque el matrimonio de Rosa María y Luis Claudio recibían en el dormitorio con aire acondicionado (“el único de la casa”, aclaran) a su hija embarazada y su nieto de dos; cuando un golpe en la puerta de calle los sobresaltó.

Rosa tuvo reflejos rápidos y se asomó a la ventana -los dormitorios están en el primer piso- para ver qué pasaba. En la puerta de ingreso vio a la policía y se ofreció para abrir la puerta. No hizo falta. “¡Rompan la puerta!”, indicó el jefe del operativo y los uniformados ingresaron al domicilio donde todos los miembros de la familia fueron reducidos y encañonados mientras se procedía al allanamiento.

Inútiles fueron los pedidos de la dueña de casa para que brindaran explicaciones sobre lo que ocurría: “¡Cállese la boca!, esto es un allanamiento”, le decían a cualquiera que se animara a decir algo.

“Era muy impresionante. Nos tuvieron encañonados con mi hijo y ni siquiera le podíamos ver las caras porque tenían esos pasamontañas que los cubren. Aparentemente buscaban a dos personas que no tienen nada que ver con nosotros... ni nos acordamos de los nombres. Pero eso sí, el susto fue enorme. Hasta mi nieto dos dos años quiere contar que lo estuvieron apuntando los policías”, sostiene Luis Claudio.

“Es un atropello señor”, remarca Rosa María. “Nos rompieron la puerta, nos dieron vuelta la casa y nosotros les dijimos que les abríamos y que podían mirar todo lo que quisieran porque no tenemos nada que ocultar. Somos gente de trabajo”.

“Fue un error”

La familia Fabre difícilmente olvide este viernes 20 de enero de 2012 por lo que les tocó vivir. Según pudieron reconstruir luego : “Nadie nos dijo qué fue lo que pasó y hasta nos hicieron firmar un acta que no pudimos leer”. Fuerzas del Grupo de Operaciones Especiales se hicieron presente en la finca de Pavón 1960 donde vive la familia Fabre tras los pasos de dos personas presuntamente vinculadas con un crimen.

También entre las cosas que pudieron reconstruir es que la orden de allanamiento fue librada por el juez de Instrucción de 2da. Nominación y que, obviamente, tuvo un resultado negativo.

“El jefe del operativo nos pidió disculpas, dijo que era un error. Pero más allá de la puerta rota está nuestra familia violentada. Nuestra hija está embarazada y con amenaza de aborto, ayer tenía unas contracciones muy fuertes por lo que estamos preocupados porque ya perdió un embarazo. Estamos aterrorizados por lo que nos tocó vivir”, sostiene el matrimonio.

“Revisaron hasta en los cajones y yo les decía que miren, que revisen todo, que no tenemos nada que esconder, que somos gente de trabajo. Pero ellos no nos escuchaban y andaban por todos lados. Después de una hora, más o menos, se calmaron y dieron por concluido el operativo. Yo les pregunté qué pasaba con mi puerta y uno de los policías me dijo que se iba a encargar la provincia y otro me dijo que me iban a mandar un carpintero, pero sabemos que no es así”, remarcaron.

“Lo que queremos es que esto no se repita -porque nos dijeron que iban a venir tantas veces como sea necesario- y si tienen que venir tomen los recaudos porque están frente a una familia común y corriente. Les podemos abrir la puerta y que ellos busquen cualquier cosa que necesiten, pero no con esta violencia”, reclamó el matrimonio Fabre.

Pesadilla para una familia por allanamiento erróneo

La vivienda de Pavón al 1900 en la que discurre la vida de los Fabre; ayer fue escenario de un momento tortuoso.

Foto: Guillermo Di Salvatore