/// EL INVITADO

La ganadería, en nuestras manos

Ricardo E. Ballester

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Deje Argentina hace mas de 27 años y me radique en Sudáfrica para trabajar en ganadería. Aquí encontré los mismo problemas y/o obstáculos que siempre me encontraba en distintas administraciones ganaderas de argentina: no importaban los bajos promedios de preñez, bajos porcentajes en pocreos, y/o cuantas vacas/novillos morían por año por bajo peso o por falta de alimentación o planes de vacunación en distintas ramas sanitarias. “Lo que importa es los centavos que ahorramos”, me respondían.

No es que acepte esto en Sudáfrica, un país minero en un 70% donde continuamente desarman y hacen montañas para extraer mineral, sencillamente porque buscaron medios “racionales” para aprovechar estos recursos de la mejor forma equitativamente para el bien de todos. Es decir, tienen la riqueza y tienen los medios para hacer las cosas bien, no mal. Lo mismo pasa en nuestra Argentina: tenemos los mismos medios para producir “bien” alimentos en grandes escalas y de “super” calidad para los mercados internos/externos. Repito, tenemos los medios continuamente depositados en los propios establecimientos ganaderos. Por ejemplo: tenemos la tierra, los alambrados, aguadas, maquinaria, personal, caminos, veterinarios, ingenieros, etc. Y lo de más importancia: “el rodeo”. Pero no funciona nada de esto argumentando (o poniendo como excusa) que hay terceros que continuamente ponen trabas.

Pasó mucho tiempo para que de una u otra forma nos convenciéramos que nuestros rodeos ganaderos tienen que ser manejados como uno de los “mejores rodeos del mundo”.

Es necesario manejarlos hoy gracias a los excelentes precios que se están obteniendo, no generados solamente por la gran disminución que sufrieron nuestros rodeos -no busquemos culpables- sino también por la gran demanda interna y externa para nuestros alimentos.

Aprovechemos estas nuevas oportunidades para volcar conocimiento “científicamente”, racionalmente, para manejar nuestra ganadería. Debemos dejar de lado totalmente los manejos “tradicionales”. Por último, de gran importancia, debemos lograr la erradicación total de la fiebre aftosa (con vacunación), unos de los flagelos que siempre y/o de otra forma fue obstáculo para nuestros rodeos.

Desde Johannesburgo, Sudáfrica, para nuestra gran Argentina.