Tecnologías y educación: acceso, innovación y cambio

Tecnologías y educación: acceso, innovación y cambio
 

El autor, especialista en nuevas tecnologías, comenta cuál es el papel que éstas cumplen en la educación de nuestros hijos. Asegura que el docente es tutor de los aprendizajes, aprendiente también, que enseña cuando es necesario y guía permanentemente, usando las tecnologías de acceso.

TEXTOS. PABLO BONGIOVANNI (Profesor en Ciencias de la Educación. Especializado en TICS). FOTO. EL LITORAL.

Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) son cada vez más una oportunidad y menos una amenaza. Están los que piensan que el problema es “de los docentes”, que no quieren, que tienen miedo o no pueden.

Esa teoría es fácil de refutar, basta con googlear experiencias innovadoras de inclusión de TICs en el aula y ver todo lo que se hace en nuestro país y en nuestra provincia. Docentes premiados, gente con ideas, directivos con iniciativa; sin dudas algo está cambiando. Y ya sea desde programas nacionales, provinciales, municipales o iniciativas privadas, cada vez más estamos haciéndonos cargo de que las TICs son oportunidades y no amenazas para la Educación.

Una netbook por alumno, un blog, una red social o alguna de las infinitas herramientas gratuitas online; todo puede servir a la hora de pensar en cómo innovar, cuando innovación no es sinónimo de mayor cantidad de tecnología sino de rediseño de prácticas pedagógicas.

Las escuelas se están llenando de tecnologías y en el mejor de los casos, de acceso a Internet. Ahora en forma de netbooks pero no sabemos si en unos meses o en un año serán tablets, móviles, libros digitales o papel digital. Seguramente la forma mutará, porque lo importante no es el hardware sino la conexión.

Estamos en la Era del Acceso porque acceder (a las redes) es lo importante. Con netbooks en el aula tenemos acceso al conocimiento global, pero si el docente no deja de cumplir esa función que tan valorada fue en otra época, de llevar el conocimiento al aula, estamos desperdiciando oportunidades.

Dar un vistazo a un museo virtual es -pedagógicamente hablando- más fructífero que un dictado sobre el tema. Pero ni el dictado ni el paseo virtual son nada si el docente no sabe qué tiene que hacer en ese momento. En un dictado, la figura es simple, el que está adelante emite el mensaje, pero en un paseo virtual hay que correrse de ese lugar. Si llegaron las netbooks, hay que dejar de dictar y comenzar a pensar otros formatos; caso contrario, la gramática básica escolar (de la reproducción) seguirá invariablemente estable, como la hizo desde los tiempos de la revolución industrial. Y ahora estamos en otros tiempos, de revolución digital.

LA NUBE ES EL RECURSO

Internet es la nube y todo lo que está online, que no está en una computadora en particular, se dice que está en la nube o en la Red. La idea básica es que está ahí accesible desde cualquier lugar y en cualquier momento. Puedo cambiar de computadora, de teléfono, irme a otro país y mi correo electrónico me seguirá, mis archivos compartidos serán los mismos y mi blog me estará esperando que lo actualice, siempre que tenga acceso a la red (o la nube).

Una gran cúmulo de servicios online son día a día explorados en Educación y los docentes estamos ensayando, probando y descubriendo infinidad de formas de aprovechar la web en Educación. Basta con buscar términos como Web 2.0 en Educación, herramientas online gratis, para dar con un universo de enlaces por conocer. ¿Un ejemplo? En esta dirección http://fon.gs/herramientasgratis/ compartimos un listado más, que sirve para empezar, o continuar nuestros aprendizajes.

LAS CLASES PATAS PARA ARRIBA

Si hablamos de oportunidades, tecnologías e ideas para innovación, no podemos dejar de nombrar las iniciativas de tipo Flipped Classroom (algo así como “dar vuelta la clase”).

Es una idea que está girando por las redes hace unos meses con bastante fuerza y consiste en hacer lo que antes se hacía en casa, en la escuela, y lo que antes se hacía en la escuela, en casa.

¿Cómo? Antes, el maestro traía una fotocopia y la leíamos en la clase, hacíamos preguntas y tal vez algún trabajo en grupo. Después nos íbamos a casa y ahí sí teníamos que hacer la monografía, investigar en Internet y tal vez también juntarnos en la casa de un compañero a armar una investigación sobre el tema.

Lo que proponen las iniciativas de “dar vuelta la clase” (puede haber otras traducciones mejores) es que hagamos todo al revés. Un video en Youtube, un texto en un blog, una canción, un libro digital, todo eso se lee en casa, con tranquilidad. Y en la escuela investigamos, trabajamos en grupo, consultamos dudas y elaboramos materiales.

No se trata de una solución universal sino de una idea interesante, para inspirar al cambio. Lo que antes era “la clase” como transmisión de información ahora se puede hacer en casa, y lo que nos daban de “tarea” ahora lo podemos hacer en la clase, con tecnologías. Y el docente es tutor de los aprendizajes, aprendiente él también, mediador en los procesos, que enseña cuando es necesario y guía permanentemente, haciendo uso de tecnologías de acceso.

Dar un vistazo a un museo virtual es -pedagógicamente hablando- más fructífero que un dictado sobre el tema. Pero ni el dictado ni el paseo virtual son nada si el docente no sabe qué tiene que hacer en ese momento.