Nosotras también nos enfermamos del corazón

1.jpg
 

Una de cada tres mujeres muere en el mundo por enfermedades cardiovasculares. Por este motivo, es fundamental que nos realicemos chequeos de manera temprana y que estemos alertas a los principales síntomas.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FUENTES. INSTITUTO CARDIOVASCULAR DE BUENOS AIRES Y FUNDACIÓN CARDIOLÓGICA ARGENTINA. FOTO. EL LITORAL.

El próximo 8 de marzo se conmemorará el Día Internacional de la Mujer, fecha que se utiliza para que tomemos conciencia sobre la importancia de cuidar el corazón de las mujeres para prevenir el desarrollo de enfermedades.

Según las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, en 2008 las muertes por enfermedad cardiovascular en las mujeres duplicaron a las provocadas por el cáncer, una patología sumamente relacionada con el sexo femenino.

Un alto porcentaje de estos eventos cardíacos puede prevenirse si las mujeres tomamos acertadas decisiones para cuidar el corazón, como tener una dieta saludable, realizar ejercicio o abandonar el hábito de fumar. También es importante realizar chequeos y controles periódicos y estar atentas a lo que nos dice el cuerpo, de manera de hacer prevención primaria.

La Dra. María Cristina La Bruna, integrante del grupo “Corazón y Mujer” de la Fundación Cardiológica Argentina e integrante del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, remarcó la importancia de estos controles. “Es importante realizar chequeos y controles y que las mujeres escuchen a su cuerpo y puedan prevenir de manera primaria. Esto quiere decir prestar atención a los primeros síntomas y realizar los chequeos de manera precoz”.

Y continuó: “La realidad nos muestra como síntoma social e individual que la prevención primaria y secundaria de la enfermedad cardiovascular en la mujer no son temas considerados como se debería. Por lo tanto, es necesario abrir un espacio de reflexión acerca de la respuesta de la mujer con respecto a las intervenciones vinculadas a la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular”.

TRANSFORMACIONES SUBJETIVAS

Por otra parte, la profesional mencionó que “esta contradicción entre la información que recibe y los hechos, está vinculada con variables psicológicas, sociales, económicas y culturales que no promueven la salud como ‘el estado de bienestar psíquico, físico y social’, sino que -lamentablemente- la relacionan con el éxito alcanzado a través de logros estéticos cuando no económicos.

Y continuó: “Basta con informarnos de los objetivos de muchas mujeres que asisten a los gimnasios; analizar la publicidad donde la mujer se transforma en objeto; enterarnos del alto índice de consumo de tabaco, alcohol, drogas; conocer la conducta alimentaria de las jóvenes o la falta de adherencia a los tratamientos médicos para fundamentar esta paradoja”.

Asimismo, planteó que “se ha transitado de la alienación de pensar el cuerpo de la mujer como reproductor a la alienación de un cuerpo donde se estimula el borramiento del paso del tiempo, erotizado permanentemente a expensas del deseo del otro. La mujer está en proceso de un camino de redefiniciones y profundas transformaciones subjetivas, y es necesario que llegue a ser un ser para sí misma. Esto implica un trabajo psíquico que debe engendrarse desde la familia. Si bien estamos en tiempos de la posmodernidad, la mujer sigue siendo la sostenedora de los lazos afectivos y esto no le resulta gratuito”.

“Las tensiones que se generan en las mujeres que trabajan afuera de su hogar y que además tienen pareja e hijos, muchas veces motivan la postergación de su realización personal”, acotó.

ANGUSTIAS Y CONSECUENCIAS

A la inversa -aclaró-, se observa que mujeres jóvenes alcanzan éxitos en sus profesiones, pero comienzan a partir de los 33 años a sentir la frustración de no poder encontrar y/o sostener una pareja; de angustiarse porque el paso del tiempo marca cambios en la función endócrina y como consecuencia de la posibilidad de tener hijos.

Por último, advirtió que “muchas veces se desatiende por parte de algunos profesionales de la salud los síntomas y/o signos que refiere una mujer al consultar y que posteriormente se constata que corresponden a un evento cardiovascular. Por eso, reflexionar sobre esta problemática permite llevar adelante con mayor eficacia y eficiencia programas de prevención cardiovascular en la mujer construyendo un camino de conocimiento que conduzca a la acción. Explorar y explicar las complejas interacciones que atraviesan de modo invisible el mundo femenino conducirá a una mejor comprensión del problema. Para ello, habrá que accionar en forma interdisciplinaria, con estrategias de prevención cardiovascular contextuadas, incluyendo el análisis de los determinantes individuales y colectivos que intervienen en la construcción de la subjetividad femenina”.

Para prestar atención

A continuación, mencionamos algunos síntomas que no tenemos que dejar pasar y consultar al médico:

- Incómoda e intensa opresión en el centro del pecho, que puede ser estable o ir y venir.

- Dolor torácico, intenso, opresivo y prolongado. Puede irradiarse al hombro, brazo y mandíbula, y no cambia con los movimientos o la respiración.

- Respiración corta y dificultosa.

- Sudoración que puede ir acompañada de dolor y presión.

- Malestar constante, similar a la indigestión.

- Mareos, desmayos, náuseas y hasta pérdida del conocimiento.

Por este motivo, podemos cuidar nuestra salud cardiovascular realizando exámenes cardiológicos como prevención primaria; consultando al médico ante síntomas y/o signos que produzcan malestar, ya que no debemos subestimar las señales que da el cuerpo; y controlando los factores de riesgo cardiovascular (sobrepeso, sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo, etc.) como prevención secundaria.