Al margen de la crónica

Cuando el trabajo es un juego

El siglo XXI trajo modificaciones radicales en la forma de pensar ciertas cosas. Y una de ellas fue la organización del trabajo. Cada vez más lejos estamos del modelo vertical y panóptico que rigió durante décadas en empresas e industrias, y por fin se comprendió que un clima laboral sano y feliz siempre genera más beneficios tanto para los trabajadores como para los empleadores.

El ejemplo más trascendente se encuentra en las oficinas de Google, el paraíso laboral que más envidia despierta en todo el mundo, y en donde el concepto fundamental es que los trabajadores se sientan mejor que en sus propias casas.

Sus instalaciones están divididas en edificios, donde no solo se pueden encontrar áreas de trabajo y oficinas sino servicios impensables en otras empresas como gimnasio, lavandería, piletas, o canchas de tenis y voleibol.

Los empleados de Google no solo puede comer gratis en el comedor de la empresa sino que además tienen diferentes restaurantes temáticos donde degustar platos de todo el mundo.

Además, pueden cortarse el pelo en la peluquería, relajarse en un sillón de masajes o jugar con su perro, ya que hay una zona exclusiva para dejar a las mascotas e incluso una guardería para llevar a los niños al trabajo.

Billares, toboganes, salas de televisión e incluso salas para jugar con puzzles y piezas de lego completan las oficinas en California. Un modelo que se repite a escala menor en las diferentes sedes mundiales de la empresa y que poco a poco va trasladándose a otras marcas.

Esta nueva tendencia poco tiene que ver con altruismo corporativo. Google se mueve en un mercado ultra competitivo donde la clave del éxito radica en la capacidad de atraer, motivar y fidelizar talento, tendencia cada vez más necesaria en aquellas empresas que encuentran en el capital humano su principal (o única) ventaja competitiva.

El concepto en el 2000 es que tener el capital humano adecuado es la prioridad, y que más gente no significa “mejor”, sino que se prefiere menos pero de mayor calidad, condiciones y con mayores comodidades.

“Gamificación” es otro de los procesos en esta misma corriente y consiste en usar la metodología de los juegos para estimular a los trabajadores a resolver problemas. En otras palabras, es generar buenas ideas a través de juegos.

Esta técnica existe desde hace tiempo. Las listas mostrando a los empleados que mejor resultados obtienen en los distintos departamentos de ventas, son sólo un ejemplo de ello.

Y cada vez más compañías están usando juegos sobre todo en cuatro direcciones: innovación, reclutamiento, en incrementar felicidad y en aumentar productividad.

Los nuevos aires empresariales ya han llegado a las oficinas más importantes de la Capital Federal, habrá que ver cuánto tiempo tardan en oxigenar las del interior del país.