Tribuna de opinión

Marzo de 1962: los problemas que dejó Frondizi

José Luis Milessi (*)

En marzo de 1962 militares y civiles conspiraban activamente para derrocar u obtener la renuncia del Presidente Frondizi. Las presiones iniciales para que Frondizi no asuma en mayo del 58 y los múltiples planteos militares durante su gestión, desgastaron su gobierno. La crisis final se precipita a partir de su discurso en Paraná para la inauguración de los obras del Túnel Subfluvial el sábado 3 de febrero de aquel año, en el que da explicaciones -exigidas por los Secretarios Militares- sobre la política exterior del país, especialmente en su vínculo con Cuba. Finalmente el resultado electoral del domingo 18 de marzo, con triunfo peronista (Framini) en la provincia de Buenos Aires, pero radical (Illia) en la de Córdoba, genera las intervenciones en cinco provincias donde el peronismo fue ganador.

Los Secretarios Militares (uno por arma) no eran en rigor funcionarios de Frondizi, si no funcionarios de las Fuerzas Armadas en el Gobierno: el General Fraga, el Almirante Clement y el Brigadier Rojas Silveira, ocupaban dichos cargos. Respecto de la opinión de la clase política decía el líder demoprogresista Horacio Theddy, “los partidos políticos queremos que se vaya Frondizi, pero que no se vaya la Constitución”. Innegablemente la política del post peronismo estaba regada de insensateces, tanto de militares como de civiles.

Es así que las fuerzas armadas confundían al Presidente del acero, el petróleo, la industrialización, la educación libre, hombre -además- con diálogo claro y frecuente con Eisenhower y Kennedy, con un comunista, tan sólo porque entendía que EEUU se equivocaba con Cuba. El tiempo dio la razón a Frondizi.

Siendo un hombre cerrado, distante y para nada demagógico, -aunque conocedor y practicante de las enseñanzas de Maquiavelo-, tuvo siempre colaboradores intelectualmente brillantes a su lado. Gobernadores como Uranga en Entre Ríos, Silvestre Begnis en Santa Fe, Alende en Buenos Aires eran jóvenes, brillantes en sus profesiones y se destacaron luego como estadistas en sus provincias.

No haré un elogio de Frondizi, no reiteraré los méritos de aquella gestión, ni señalaré sus indudables errores, pero sí destacaré su saldo: fue enorme y positivo para el país. Frondizi, una persona inteligente, estudioso, bien formado, austero y preparado para gobernar, vio bien lo que se necesitaba estratégicamente y apuró el camino para lograr cosas que quizá requerían más plazo. Lo hizo obsesionado, acelerado, pagando costos en exceso, quizá temiendo la tendencia argentina a desentenderse del largo plazo y cayendo en contradicciones, en un contexto donde el peronismo miraba desde afuera, y donde los militares deliberaban y se dedicaban a politiquear, en tertulias con políticos que los alentaban.

Hurgando en viejos papeles encontré un resumen de la economía del período frondizista, en la Memoria del Ejercicio 1961 del Banco Central, escrita pocos días antes del derrocamiento. Aquel Banco Central no tenía independencia, pero sus Directores eran personas dignas y no chupamedias; por ello sus juicios me parecen importantes. Dice la Memoria, describiendo años anteriores: “1959 fue el año del reajuste, tendiente a poner término a las presiones inflacionarias -que fueran estimuladas durante 1958-, reajuste que comenzó a dar satisfactorio resultado en la segunda mitad de aquel año; durante 1960 se acentuó ese resultado favorable, reflejado (...) en la consolidación del crédito del país y el renacimiento de la confianza tanto en el orden interno como en el externo, el impulso ascendente de la actividad económica, el afianzamiento de la estabilidad monetaria y el mantenimiento del nivel de los precios mayoristas, mientras las tensiones sociales fueron cediendo, dentro de un programa de coordinación entre la política económica y la social, iniciada en el segundo semestre de 1959. Durante 1961 también se registraron resultados positivos; el crédito del país afirmóse más aún, ya que en los primeros meses logróse colocar, en las plazas europeas, el primer empréstito a largo plazo, paso inicial del programa de conversión a largo término de nuestras deudas de corto vencimiento. (...) Por otra parte, el producto bruto interno creció, en precios constantes, en 5,7%, (...)”.

Nos recuerdan que en la Memoria anterior señalaban como: “peligros potenciales para 1961 el déficit fiscal y nuevas demandas salariales que habrían de afectar la ya elevada estructura de costos (...)”, indicando críticamente que no fueron bien controladas por el Gobierno.

Luego dicen marcando los problemas: “Durante el ejercicio cobró inusitado auge cierta tendencia hacia un intensivo estímulo al desarrollo oficial y privado, fundado en que la prioridad concedida a la estabilización provocaba el estancamiento económico. La amplitud de ciertas medidas tendientes a estimularlo -el ejemplo típico es el del armado y fabricación de automotores- que ya habían desordenado el mercado interno de capitales, como lo consignó el Banco en su memoria anterior, fueron aún acrecentadas, con un serio impacto en el mercado de cambios que absorbió en ese solo renglón todas las divisas economizadas con el incremento de la producción de gas y petróleo, fuera de agravar la satisfacción de las necesidades de financiación interna de los demás sectores de la producción, y anular las posibilidades del Estado para recurrir al ahorro interno (...)”.

Las empresas y los países suelen parecerse; las empresas exitosas tienen muchos problemas -algunos graves y de difícil solución-, pero sus problemas son siempre nuevos. Tener nuevos problemas es un claro indicador de desarrollo, tener siempre los mismos problemas es decadencia pura, en empresas y en países.

En términos económicos el país que dejó Frondizi crecía con las dificultades que señalaba el Banco Central de entonces, pero con nuevos y desafiantes problemas, en gran medida diferentes a los que encontró este singular estadista cuando asumió en Mayo de 1958.

El 29 de marzo de 1962 fue malo para Frondizi, para la Constitución y casi un mojón en el comienzo de la decadencia de nuestro país, que hasta entonces lideraba económicamente y culturalmente el sur de América.

(*)Profesor Titular de Administración Financiera - Facultad de Ciencias Económicas de la UNL.

Marzo de 1962: los problemas que dejó Frondizi

Página de El Litoral de 1962. En el anuncio, el gobierno de Frondizi daba a conocer las cifras de una reactivación económica a partir del traspaso de bienes productivos del Estado a manos privadas. Foto: Archivo El Litoral