Artes visuales

Alicia Sedlacek. Obras 1960-1970

La nota

“Paisaje con amarillos”, 1968. Fotos: Archivo El Litoral

 

Domingo Sahda

En el espacio de AG/Arte sito en Bv. Gálvez 1616, ciudad de Santa Fe, la artista plástica Alicia Sedlacek expone una colección de pinturas fechadas entre los años 1960 y 1970. Se trata de óleos de factura directa en su mayor parte, resueltos sobre el plano de tamaño medio/mayor. En estos trabajos a la vista, la autora amalgamó en ajuste a un tópico de exploración matérico-gestual autocontrolado, una intencionalidad de ruptura con los códigos estéticos de la época sin desmadrarse de la idea de cuadro-pintura como hipótesis de resolución visual de una anécdota, una situación espacial situada en tiempo y lugar.

Los tintes y las texturas resueltos con controlado oficio no pierden en ningún momento su calidad de recurso cromático ajustado al fin predeterminado: la resolución de una pintura como cuadro, como estampa espacio temporal; en suma, como plasmación de un recurso lingüístico elaborado sin fisuras ni decaimientos compositivos. El marcado tono expresionista no invalida en modo alguno el atento autocontrol que se evidencia en los distintos tramos de cada pintura en exposición. No hay deslices extrapictóricos ni planteos que especulen con la aceptación. Se trata de pintura cabal presente en obras que basculan entre el exasperado romanticismo de cuño regionalista y el expresionismo como actitud creativa que centra su interés en la sensorialidad y en dramaticidad de las situaciones, sean éstas de evidente descripción de la figura humana en acción o del paisaje entrevisto como escenario del drama humano.

Óptica diferenciadora

El punto de partida ideológico evidente en cada trabajo a la vista se asienta en aquello que en su momento se dio en llamar “pintura americanista”, en un intento por crear una óptica plástica diferenciadora de las influencias constantes de la abstracción sensorial o geométrica europea o de la actin-painting estadounidense y sus infinitas variables del Pop-Art, el Op-Art, el Land Art, etcétera.

Inscripta deliberadamente en una mirada local-regional característica de la Escuela Litoral Rosarina Santafesina que pretendió crear una óptica artística propia con exponentes de calidad artística antológica, la que no fue apoyada ni sostenida en el tiempo sea tanto por la acción crítica centralista como por el público interesado, sucumbió como corriente proteica en la construcción de un modo de pensar y hacer el arte visual con asiento en la luz propia, en el horizonte, la trama y el color de la región colindante con el curso del río Paraná. Los trabajos que expone Alicia Sedlacek, al margen de la calidad artística que los sostiene por sí mismos, se apoyan en este tópico de modo deliberado.

Ajenas al “Bienalismo” de la sociedad de consumo impuesta casi a rajatabla, estas obras exhiben cada una de ellas en su medida una calidad plástica de ejecución de excelencia, articulando y dosificando tintes y áreas en oposición cromática con rugosas texturas hápticas que otorgan marcado interés plástico a cada una de ellas. Estas obras son ajenas a la moda de “lo que se pinta hoy”, y no obstante, no deben ser interpretadas como documentos temporales. Son prueba evidente de que aquello que está “bien hecho” se sostiene en tiempo y espacio.

Pinturas que exigen la mirada atenta afín al reconocimiento de la densidad poética de cada obra, nos “miran al ser miradas”.

Los óleos de resolución directa apelan a la densidad matérica y a la intensidad del tinte para recortar cada situación plástica. Ocasionalmente, se establece un interjuego entre figura y fondo que propone elípticamente la hipótesis de que cada personaje pintado es en sí mismo y es a la vez el paisaje que lo contiene.

En suma, una colección de pinturas que desde su calidad de metáfora visual, sin alardes ni trampantojos, es una afirmación del arte visual como lenguaje vinculante libre del condicionamiento temporal.

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“Figura sentada”, 1960.