Editorial

Constitución de comisiones en Diputados

Pasaron cuatro meses desde la asunción de los legisladores provinciales para el mandato constitucional de cuatro años y recién ahora la Cámara de Diputados pudo integrar sus diez y siete comisiones de trabajo, grupos claves para el funcionamiento interno del cuerpo. Es que recién el último jueves, el Frente Progresista entregó a la presidencia del cuerpo la lista de sus representantes que se sumarán a los que en diciembre había designado el Frente para la Victoria y la Unión Pro Federal.

Este retraso inédito en la conformación de comisiones es una consecuencia directa de la extraña conformación que para el presente período institucional tiene la Cámara de Diputados. La Constitución santafesina -que está cumpliendo 50 años de vigencia- determina que la lista ganadora en la categoría Diputados dispone de 28 bancas mientras que las restantes 22 se reparten, en forma proporcional, entre las minorías. Hasta el año pasado, la mayoría de la Cámara Baja correspondió al mismo color político que el Poder Ejecutivo. En la última elección, y por influjo del sistema de boleta única para cada categoría, ese principio se rompió.

Más allá de las reflexiones que motoriza el nuevo sistema electoral, en los hechos, durante cuatro años, el gobernante Frente Progresista se encontrará con una Legislatura de otro color político por decisión de la ciudadanía.

Esta situación ha provocado roces y largas discusiones en el seno de la Cámara, que recién empezaron a saldarse en los últimos días. La mayoría justicialista -más allá de su fragmentación interna- fue impermeable a la solicitud oficialista de tener al menos el control de una de las dos comisiones principales (Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda).

Más allá del paso dado, en comisiones internas quedan pendientes la integración de las veintiséis especiales mixtas con senadores, entre ellas la de Acuerdos que es un paso indispensable para el tratamiento de las calidades de los propuestos por el Poder Ejecutivo para ocupar cargos en el Poder Judicial y en diferentes organismos de control.

Una de las discusiones pendientes refiere a la exagerada cantidad de comisiones que se fueron ampliando con el correr de los años y de las necesidades políticas de turno.

En estos primeros cuatro meses de funcionamiento, el Poder Legislativo ha cumplido con la tarea de control, pero fue prácticamente nula la tarea legislativa y los pocos proyectos habilitados por el Ejecutivo no tienen aún la sanción requerida. Es de esperar que la conformación de las comisiones en Diputados signifique el inicio de una etapa de consensos entre los tres grandes bloques políticos, consensos que surgirán del trabajo y el diálogo de las diferentes comisiones.

Los santafesinos han dejado en diferentes manos el control de dos de los poderes del Estado y deben ser los propios actores los encargados de buscar los acuerdos necesarios para lograr un trabajo positivo. El tardío paso en Diputados parece encaminarse en esa dirección.