/// EL INVITADO

Gestores de la intolerancia

Jorge Guido Ugolini

Ingeniero Agrónomo

Sociedad Rural de Rosario

Parece inconcebible que luego de cuatro años consecutivos de crecimiento al 8 % anual, el resultado de la “distribución de la riqueza! sea el haber aumentado el índice de pobreza e indigencia del 24 al 30 %. Hoy hay mas pobres para ejercer mejor el clientelismo político. En el mismo período los países vecinos crecieron entre un 10 y un 15 % anual. Nuestro crecimiento fue consecuencia de haber sido aspirados desde afuera como consecuencia de la irrupción en el mundo de una demanda extraordinaria de alimentos a precios jamás alcanzados. El crecimiento no fue el resultado de este “modelo”,fue a pesar de él y gracias al trabajo de la cadena agroalimentaria,

No existe un modelo, al menos si interpretamos como tal el contenido en su esencia de un objetivo virtuoso, que contribuya en definitiva a mejorar la calidad de vida de su gente. Hay en todo caso un alto nivel de improvisación alimentado por antiguos rencores de origen ideológico que condicionan sus actos, ejercidos desde el pedestal que otorga el autoritarismo sustentado en la concentración del dinero y el poder, y que resulta en una sistemática práctica de destrucción de los sistemas productivos.

Profundizar este modelo nos llevó a las puertas del desabastecimiento y al probable cierre de las exportaciones, nos encontramos en vísperas de importar carne, leche, trigo y petróleo. Cuando se anunció que somos el quinto país en llegada de inversiones, no se mencionó que “de Latinoamérica”, por consiguiente lo que se quiso hacer aparecer como un logro, es en realidad una nueva caída, un descenso, un escalón menos. Antes solo Brasil nos superaba.

Podemos llamar modelo a este ejercicio de un socialismo sin proyecto en interacción con un capitalismo sin mercados?. Conjugamos un socialismo prebendario, sin iguales, donde los amigos del poder se benefician de la actividad mas lucrativa que constituye el empresariado de la genuflexión, con un capitalismo sin producción y sin aliento a la iniciativa privada. Es cierto, existe un Estado benefactor, pero cambiaron los beneficiarios, estos no son los mas desposeídos, son los mas obsecuentes.