Una maravilla de la ingeniería

El Golden Gate cumple 75 años

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Por la autopista del Golden Gate circulan 120.000 vehículos al día, además de unos 10.000 peatones y 6.000 ciclistas. Foto: Agencia EFE.

Pocas estructuras modernas han inspirado tantos poemas, suspiros o fotografías como este puente que se eleva sobre las aguas de la bahía de San Francisco.

 

Andy Goldberg

Agencia DPA

Las torres del Golden Gate Bridge se elevan majestuosamente desde hace 75 años sobre las arremolinadas aguas de la bahía de San Francisco. Todo él supone una proeza de la ingeniería, pero también un monumento único que el domingo celebra su redondo aniversario.

Pocas estructuras modernas han inspirado tantos poemas, suspiros o fotografías como este puente de tono anaranjado, cuyo elegante perfil enmarca el skyline de San Francisco y los imponentes cabos del condado de Marin. Casi como la expresión de la perfecta armonía entre hombre y naturaleza.

Un comienzo complicado

Sin embargo, su historia podría haber sido muy distinta. Las primeras propuestas para su construcción se realizaron en 1916, pero aunque San Francisco era en aquella época la ciudad estadounidense de mayor tamaño que aún seguía utilizando ferrys para cruzar masas de agua, se necesitaron más de 20 años entre diseño, litigios, lobbying, recaudación de fondos y construcción hasta que la estructura pudo completarse.

La marina estadounidense temía que el puente obstaculizara la navegación y que, si se produjera un accidente, quedarían bloqueados los importantes puertos de la bahía.

Por su parte, los amantes de la naturaleza criticaron el Golden Gate como una mancha en el magnífico paisaje de la región; las compañías navieras predecían que destruiría la industria de los ferrys y los escépticos se mofaban de que nunca atraería el suficiente tráfico para justificar sus elevados costes.

Para muchos ingenieros, el problema era sencillamente que la distancia de tensado, unos dos kilómetros, era demasiado grande, y las aguas demasiado profundas, para que el puente fuera factible.

En un principio, se calcularon unos prohibitivos costes de 100 millones de dólares. Pero Joseph Strauss, el hombre que se convertiría en ingeniero jefe e incansable promotor del puente, propuso un diseño más económico, similar a los más de 400 pequeños puentes levadizos que había construido.

Pero las autoridades de la ciudad rechazaron la visión de Strauss y le obligaron a trabajar con otros dos ingenieros, Leon Moisseiff y Charles Ellis, hasta que finalmente dieron con el histórico diseño art déco del Golden Gate.

Completado en 1937 con un costo de “sólo” 35 millones de dólares, el Golden Gate mantuvo el récord de mayor tensión en un puente levadizo hasta 1964. Actualmente aún se encuentra en el “top ten” mundial, con una longitud de tensado de 1.280 metros entre sus dos torres. Su longitud total, incluidas las rampas de subida y descenso, es de 2.737 metros.

El emblema de acero

Apodado “sinfonía de acero” por sus fans, el puente es reconocible en todo el mundo, gracias a esas dos torres pintadas en naranja, un tono pensado por sus diseñadores para resaltar los colores de las verdes colinas circundantes.

Por la autopista de seis carriles del Golden Gate circulan actualmente unos 120.000 vehículos al día, además de unos 10.000 peatones y 6.000 ciclistas. A ellos se suman los miles de turistas que se apelotonan en los miradores a ambos lados del puente para inmortalizarlo con su cámara de fotos.

El domingo, día en que se conmemora el 75º aniversario de su construcción, se espera a miles de personas, que podrán disfrutar de un espectáculo pirotécnico, exhibiciones de arte, desfiles navales y un nuevo centro de visitantes.

Las autoridades intentarán evitar que no se repita el error de hace 25 años, cuando se celebró el medio siglo del puente y más de 300.000 personas subieron a la estructura, lo que provocó que el leve arco de la calzada central se allanara por el peso.

Incluso se está intentando combatir la niebla que suele envolver la estructura, afeando la ansiada foto. La “Bridge Photo Experience” fue inaugurada el mes pasado y consiste en una pantalla verde y cámaras digitales que superponen las fotos tomadas por los turistas a una imagen sin niebla del puente. “En los días neblinosos, cuando apenas se ve el puente, puede que sea su única foto decente”, dice la portavoz Mary Currie.