“El jazz me permite mostrar mi identidad”

Adrián Iaies subirá al escenario del Paraninfo junto a su cuarteto, este lunes 28 a las 21. Es la última fecha del ciclo Lunes del Paraninfo 2012. En esta oportunidad presentará su disco Melancolía. Aquí, algunas miradas sobre el jazz, el piano, la composición y la vida artística.

TEXTOS. MILI LÓPEZ

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adrián iaies estará el lunes en santa fe para presentar “melancolía”. “lo que más me gusta es tocar el piano”, dice.

“El jazz es una música muy generosa con el intérprete, donde el repertorio funciona como una excusa para que el músico muestre su propia identidad. Nunca soy tan auténtico como cuando toco el piano, y ha sido el jazz que me ha dado la posibilidad de desarrollar algunos de los aspectos más esenciales como persona. El jazz me permite mostrar mi identidad”. Quien reflexiona en voz alta es Adrián Iaies, pianista, compositor, que lleva adelante su propio sello discográfico y, además, es el director del Festival de Jazz de Buenos Aires.

“Lo que más me gusta es tocar el piano, más que componer, que arreglar música, que reversionar, que producirà Todo eso lo hago para un fin que es trascendente para mí que es tocar el piano”, afirma.

Junto a su cuarteto, Iaies se presentará en Santa Fe este lunes 28 como última fecha del Ciclo Lunes del Paraninfo, organizado por la Universidad Nacional del Litoral. Lo acompañarán sus ya habituales partenaires: Pepi Taveira en batería y Ezequiel Dutil en contrabajo. El trío de jazz para un pianista es como estar en casa, es la formación básica del género. En esta propuesta, Iaies se anima a más y suma un instrumento melódico como es la trompeta de Mariano Loiácono, una de las promesas más firmes del nuevo jazz argentino.

“El jazz se asienta sobre un repertorio que son canciones, y en lo esencial son buenas melodías. Para mí ha sido fundamental ese rol melódico, ser el cantante del grupo, y recién ahora puedo delegar ese rol en un músico que pueda tocar las melodías y yo ocuparme de acompañar”, explica Iaies, y agrega: “Mariano es ideal para eso, no le saca nada a mi música de lo que necesito que conserve y, por otro lado, le ha agregado no sólo la cuestión tímbrica sino algunos elementos de fraseos propios”.

MELANCOLÍA

Lejos de proponer un disco de jazz al estilo de muestrario de subgéneros, donde el repertorio se erige en ritmos cambiantes para entretener y mostrar habilidades, Iaies busca en “Melancolía” un ambiente homogéneo, un hilo conductor que una al repertorio. Quizás inspirado en esa idea de atmósfera de audición global que generaba Bill Evans en su obra, plantea un disco conceptual que en vez de una serie de composiciones, permita -al final- la sensación de haber escuchado un tema extenso, sin descuidar los detalles melódicos.

“Cuando escucho discos de algunos pianistas que son muy de cabecera para mí, me doy cuenta que lo que me atrae es haber escuchado un disco entero como si fuera una sola canción; tiene un clima muy parejo y muy parecido y la verdad es que hace rato que vengo buscando eso y con ‘Melancolía’ siento que estoy un poco más cerca”. Prolífico al momento de editar discos, éste es su quinceavo. El cd se compone de temas propios -“compongo bastante, mucho más de lo que se ve reflejado en los discos, pero éste, en particular, tiene varios temas míos”-, una versión de “Fuimos” y otra de “Desde el Alma”, el “Himno a Sarmiento”, y también tres temas de Billy Strayhorn, aquel que ubicaron como el alter ego de Duke Ellington.

- ¿Por qué incluiste temas de Billy Strayhorn?

- Es uno de mis compositores de jazz preferidos de cualquier época. Billy Strayhorn está en un punto de confluencia: por un lado era un gran músico de jazz, un compositor muy complejo y sofisticado, y por el otro, era un song writer y sus temas son grandes canciones. En un momento quería hacer un disco entero de Strayhorn, y de Juan Carlos Cobián, que para mí son dos compositores que por alguna razón tengo muy asociados. Me siento a tocar la música de Cobián como “Nieblas del riachuelo”, o “Nostalgias”, con la misma intención con que interpreto “Daydream” o “Lotus Blossom”.

- En “Melancolía”, como en otros de tus discos, aparecen tangos ¿Cómo pensás la relación entre este género y el jazz?

- Para mí los tangos son canciones, son bellas canciones que me interesa versionar, como a Bill Evans le interesaba versionar la música de Gershwin o Porter. Desde ese mismo lugar me interesa versionar a Troilo, a Dames, a Decaro, a Mores... No comparto la ideología ni el dogmatismo del tango; lo que pasa es que no he podido evitar enamorarme de esos tangos. La relación entre el tango y el jazz creo que sí existe: el tango es el género popular que en cuanto a sofisticación más se acerca al jazz. Me siento a tocar tango con el mismo espíritu que me siento a tocar la música de Monk, de Billy Strayhorn, de Charly García, de Spinetta, del Cuchi Leguizamón y mi propia música.

JAZZMAN

-Cuando interpretás standards que han sido tan versionado, ¿qué buscás expresar para poder hacerlo tuyo?

- Ese es el desafío. Cuando vos tocás tu propia música el que te escucha o el que va a un concierto tuyo, no tiene más que tu propia versión, no hay ninguna posibilidad de comparar, pero no en un sentido competitivo sino en ver qué tiene este tipo de personal. Cuando tocás standards, que han sido tan versionados, si no tenés nada personal para decir, mejor ni abordarlos.

- ¿Y cómo se logra ese paso hacia un lenguaje propio?

- El jazz tiene un inconveniente: que para tocarlo decentemente bien, hay que estudiar mucho, hay que conocer la tradición de esta música, hay que escuchar. Estudiarlo implica escuchar las versiones grabadas, hay que tratar de transcribir con la escucha, pasarlo al papel y tratar de tocarlo. Es una tarea ardua, lo que sucede es que a muchos músicos de jazz les cuesta pasar de esa etapa inicial didáctica a una etapa artística. Si querés tocar el piano y querés tocar jazz, tenés que meterte a conocer el estilo de Monk, de Bud Powell, de Ellington y de tantos otros. Ahora, cuando te subís a un escenario o cuando te metés en un estudio a grabar tenés que olvidarte de todo eso; nadie va a pagarte una entrada para escuchar cómo contás la vida de otros, mejor que tengas tu propia vida para contar. En el jazz, el repertorio tiene como un doble juego, por un lado es una música que para tocar tenés que enamorarte, pero una vez que la conocés ese repertorio es solamente una excusa. Tu compromiso como artista es ser lo más personal posible, no me interesa enterarme cuánto ha estudiado un músico de jazz; lo que me interesa es si tiene un rasgo de personalidad e identidad, y me está contando una historia que no me la contó nadie antes.

- Al momento de componer y generar tu propia música, ¿qué elementos priorizás?

- El jazz es una música melódica, es un repertorio que son canciones y esas canciones tienen melodías que son perfectas y que a mí me gustan tocar; algunas han tenido letra y otras no. A la hora de componer para mí es prioritario eso, yo compongo a partir de elementos melódicos, difícilmente mis temas se estructuren a partir de una idea rítmica. Me gusta componer una música que, si yo toco la melodía con una mano en el piano, eso ya tiene una gracia.

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20 MISAS (MADE IN CASA)

“El jazz no está preparado para las grandes compañías. Las discográficas muy grandes funcionan en base a la venta masiva, a la idea de que entra mucho dinero, esa es su dinámica. El jazz no mueve esa cantidad de dinero, sólo algunos artistas muy masivos que son contados con los dedos de una mano cuando decís Keith Jarret, o Wynton Marsalis. Luego, el jazz no está preparado para esas compañías”, asegura.

Entre 2002 y 2005, Adrián Iaies fue el creador y director artístico de SJAZZ. Un sello discográfico originalmente desarrollado dentro de EMI ODEON pero actualmente independiente que se ha dedicado a la edición de discos de músicos de jazz argentinos como Ernesto Jodos, Francisco Lo Vuolo, Juan Cruz de Urquiza y Mariano Otero, entre otros. “Cada tanto aparecen oportunidades, yo era artista en EMI y el presidente de la compañía era un tipo al que le gustaba el jazz. Ese proyecto se dio en condiciones surrealistas para lo que se considera una compañía grande”, cuenta, y agrega: “esto funciona un tiempo porque es un proyecto muy difícil de sostener, se mantiene porque el presidente de la compañía es un tipo copado al que le gusta esta música. Entonces cambia el presidente y ese proyecto se pincha”.

Para no depender de humores de los ejecutivos de turno, ni tener condicionamientos a la hora de editar un disco, Iaies funda 220 misas”, su propio sello discográfico. “En el jazz, el disco es una forma de registrar un momento que, si no es irrepetible, es una música que nunca sucede dos veces igual. En un disco tenés que grabar algo que documenta tu vida artística. Tener tu propio sello es una forma de garantizarte que cuando quieras sacar un disco, vas a poder hacerlo”.

“El jazz me permite  mostrar mi identidad”

el pianista y compositor creó su propio sello discográfico: 20 misas.

“WALTZ FOR BEATRIZ (SARLO)”

“Adoro a Beatriz, y la admiro, cuando presento el tema no sé si decir que es alguien a quien quiero y admiro, o alguien a quien admiro y quiero”, se sincera Adrián Iaies cuando se le pregunta por su composición dedicada a la intelectual argentina Beatriz Sarlo. Y cuenta: “la conocí en el Festival de Jazz de Buenos Aires de 2008. Fui a la prueba de sonido de Billy Harper en la Biblioteca Nacional y Beatriz ya estaba sentada, cuatro horas antes del concierto, porque sabía que no iba a haber lugar. Me mató esa pasión de esta mujer; nos pusimos a hablar, nos hicimos amigos, y ahí descubrí que le gusta el jazz, y los pianistas. En algún momento le dije que le iba a componer un vals, y ella me dijo: “que sea como el Waltz for Debby, de Bill Evans’. ‘Seguro que no me va a salir tan lindo’, le contesté”.

- Y sale a la luz en un momento político complicado para la figura de Beatriz Sarlo...

- El momento que estamos viviendo es tan serio y tan peligroso, que cuando yo contaba que le había dedicado un tema a Beatriz, muchos amigos me preguntaban si estaba seguro de hacerlo explícito en la contratapa del disco. Sé que mucha gente va a comprar el disco y, cuando lee el repertorio y encuentra este tema,, desiste de hacerlo. Es un momento en que hay tanto miedo, que uno se tiene que meter debajo de la cama por una cosa así, lo que hay que hacer es sacar la cara, no me parece que haya que lavarse las manos. Obviamente lo que todo el mundo pensó es que yo le estaba dedicando este tema por todo esto de la TV y cuando fue a 678. Yo le dedico un tema porque la quiero, porque la admiro, y tiene un swing que no se puede más, y tiene un gran humor que es la primera condición de la inteligencia...