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De orilla a orilla, tantas historias

Prof. María Hortensia Oliva

A propósito de Historias recuperadas, de Germán Bartizzaghi, que acaba de editar Ediciones de las Tres Lagunas.

Se llama Germán. Tiene veinticuatro años. Y nació en Pilar (provincia de Santa Fe) con el don de contar historias. Para él es una misión irrenunciable y, desde que la descubrió, no ceja de crear mundos posibles, en los que se destacan la novedad de sus tramas y personajes, sus inquietantes atmósferas, la solidez de la estructura narrativa forjada con diversidad de estrategias y un lenguaje poético sin fisuras.

A menudo, en sus cuentos la temática es la muerte como experiencia fundamental, vivida ritualmente -ya sea en forma individual o colectiva- con una suerte de extrañamiento. El hombre aparece indefenso y angustiado ante su propia situación comprender o para esquivar. Rehén de una circunstancia que lo aniquila desde la raíz del poder, la codicia, la soberbia, la indiferencia o la hipocresía de los que asisten al “espectáculo” del fin.

Las verdades, para Germán, están cifradas en el libro y en la Voz. La pasión por leer, por escribir, por contar o por resguardar sonidos pretéritos encierra la necesidad de reconocerse, el proceso de anagnórisis del héroe griego. El viaje por el mar de los interpretantes termina posicionando al hombre en el lugar del tesoro escondido: el saber definitivamente quién se es.

Aunque, en el gesto salvífico del pensar y del escribir, el autor imagina también la posibilidad del oprobio: el engaño, guardado celosamente como un secreto para la posteridad. Sócrates será, de esta manera, un puro invento de Platón; Shakespeare, una ficción de Francis Bacon y Jorge Luis Borges, una impostura de su propia madre. La literatura habla de la literatura: de su génesis, sus recursos técnicos, sus efectos sobre el receptor; el lenguaje refiere a su propio código, construyendo una reiterada temática metalingüística.

Bartizzaghi insiste en la temática del “doble”. Sus personajes suelen encontrarse con un ser desconocido e incierto que los habita en territorio inconsciente y, desde allí, los confunde o les devela identidades. El hombre es “el uno” y “el otro”, un ser dual en la encrucijada de los sueños, de las guerras, de los cines, de las bibliotecas, de los viajes. Así, un hombre rústico, compulsivamente, descubrirá su verdadero rostro en una palabra del diccionario; un pueblo americano se aniquilará en masa al ver su imagen, por primera vez, en un espejo europeo; en pesadillas, un niño ciego anticipará a otro su destino y sus símbolos; un soldado británico se soñará argentino, en la guerra de Malvinas; durante una noche de cine, Dante se advertirá destinatario de una revelación que atraviesa los tiempos y hasta un joven, en Medio Oriente, se percibirá mujer en la espera compartida de un hijo.

El humor, en sus diferentes tipos y procedimientos, interviene asimismo en el modelado de la materia literaria. Lo hiperbólico, el absurdo, el humor negro, la ironía, el humorismo, los guiños cómplices al lector son manejados con soltura y eficacia por el escritor para mover a la risa, para limar aristas macabras o para marcarlas con trazos más duros.

No cabe duda de que Bartizzaghi ama las palabras, las maneja como experto prestidigitador, las hacer vibrar en todos sus tonos, en todas sus texturas, colores y brillos. Se vale, para ello, de una retórica plena de figuras sugerentes y de la presencia explícita de un enunciador que conoce perfectamente las reglas del juego, manteniendo el suspenso desde la presentación del asunto in media res hasta el desenlace sorpresivo, pero adecuado y natural, como pretendieran los maestros del cuento moderno. Y, siempre en el marco de lo verosímil, experimenta tendencias que van del realismo psicológico al sobrenatural, de lo fantástico a lo extraño, del realismo mágico a lo maravilloso.

(Del “Prólogo” a “Historias recuperadas”, op. cit. El libro mereció el Primer Premio en Cuento, en el X Certament Internacional “Juninpaís 2011”)

libro mereció el Primer Premio en Cuento, en el X Certament Internacional “Juninpaís 2011”).

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