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“Sueño con mujeres que ni fu ni fa”

Del Premio Nobel de Literatura 1969 se presenta su primera novela, hasta hoy inédita en nuestra lengua. Sueño con mujeres que ni fu ni fa (Dream of Fair to Middling Women) fue escrita en París en 1932 y publicada póstumamente por deseo del propio Samuel Beckett, constituye probablemente la obra más personal e íntima de este autor nacido en Dublín, en 1906 y fallecido en París, en 1989. La devoción por el coterráneo James Joyce que alimenta el joven de 26 años que comienza a escribir este libro entra en una especial crisis, en consonancia con la crisis existencial que lo hostiga. En el texto tales desequilibrios se manifiestan en que las experimentaciones más radicales del autor del Ulises son a la vez asimiladas y desestimadas y, tal como escriben José Fernández y Miguel Martínez-Lage -los traductores de Sueño con mujeres..., que acaba de publicar Tusquets- “era imposible convertirse en un segundo Joyce, y Beckett lo intuye (son fascinantes los momentos en la novela en los que Beckett esboza el germen de lo que muchos años más tarde llegaría a ser su proyecto literario, la desnudez despojada de la palabra: ‘La experiencia del lector tendrá lugar entre las frases, en el silencio, le será comunicada en los intervalos, no en los términos del enunciado’). Aun así, sabiendo que no es su territorio, Beckett se adentra en él, tomando términos de distintos idiomas (francés, alemán, latín, español, italiano), creando sus propios neologismos, jugando con las palabras y sometiendo al lenguaje a una tensión continua, exprimiendo al máximo sus posibilidades”.

En sus obras de teatro (Esperando a Godot fue precisamente la obra que llevó a la fama a este hombre taciturno, hosco y tortuoso) y en su famosa trilogía de novelas (Molloy, Malone muere y El innombrable) Beckett se interna en los vericuetos más ocultos y profundos del ser humano, pero sus personajes son entes casi abstractos a pesar de su abrumadora carnalidad. En esta novela, en cambio, Beckett se desnuda a sí mismo y su texto puede leerse como una clara autobiografía. Allí se relatan “algunas de las vivencias que al autor más le perturbaron en los años inmediatamente anteriores a la composición del texto. Belacqua, el protagonista, trasunto del propio Beckett, es el primero de una larga lista de personajes confundidos y confusos, desharrapados, inadaptados, que formarán parte del universo creativo del autor. Lo que Belacqua quiere, básicamente, es habitar su oscuro mundo interior, navegar a sus anchas por sus pensamientos, escapar a las exigencias de la vida y ser feliz en su tristeza, todo ello resumido en el genial y omnipresente concepto de ‘uterotumba’”, escriben Fernández y Martínez-Lage, quienes nos informan también que el episodio central de la novela relata la tempestuosa relación que Beckett tuvo con su prima Peggy Sinclair. Aparte de esta mujer, hay otras dos en la novela, también inspiradas en personas reales, una de ella la hija de Joyce, Lucía. Y aunque Beckett despliega la mordacidad que cundirá en toda su obra, el principal ataque está destinado a sí mismo, a ese joven indeciso e insufrible a quien alguien le reprocha: “Eres un poeta de medio pelo venido a menos, un señoritingo protestante de tibias creencias que tuerce el morro con un desprecio propio del Antiguo Testamento ante todo lo que no alcanza a poseer”.

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