Papá
Nelly B. López.
L.C. 3.309.034
En homenaje a una gran persona y gran hombre a un ser especial; mi amado y nunca olvidado padre. Luciano Jacinto López
Siempre estás/ en un lugar de la mesa/ siento tu amada presencia./ Lloraste al partir,/ no querías dejarme en soledad./ Me enviaste para mitigar mi pena/ un hijo hermoso, al que conociste como ángel,/ y en mi pecho lo hiciste anidar./ Tú y yo lo sabemos,/ lo cuidas desde el más allá./
Los años han pasado,/ se llevaron mi pena y mi llanto./ En recuerdo suave y dulce/ se transformó tu ausencia/ cómo eras tú, padre amado./ Suave como tu palabra,/ dulce como tus caricias/ tierno como tu mirada./ No te has ido para siempre/ te quedaste quietecito transformado/ en caricias, en un rincón de mi corazón/ querido por siempre papá.
El que no me puede escuchar
Ailen Daniela Sosa.
(Joven que escribió este texto al fallecer su papá en un accidente)
El que no ve no escucha y el que no cree no siente. Yo no veo pero escucho a la persona que me ama desde el día que me sostuvo en sus brazos acariciándome como la dulce brisa que soplaba muy dentro de mí hasta el día que se fue. Yo no creo haberlo dejado ir pero siento su compañía que sobre mi hombro, que se posa guiándome hacia él...
El que no ve no escucha lo que le quieren decir, no cree, no siente.
Los días pasan y aún pienso en él y cómo su hermosa risa me hacía ver los sueños que toda su vida por delante llevó.
Sus días jamás se olvidan, pero siempre lo recordaré como ejemplo y símbolo que me quiso mostrar.
No sé lo que se siente perder un tío, pero sé lo que se siente perder un amigo que te acompaña toda la vida. No sé lo que se siente perder un hermano pero sé lo que se siente perder a una persona que te guió y te ayudó desde el minuto que te vio. No sé lo que se siente perder a un esposo, mejor amigo y compañero de la vida, pero sé lo que se siente perder a un padre que sabes que ya no está.
Yo no lo veo, pero sí puedo escuchar su voz que me dice: “¡Te amo!”.
¡Yo también te amo papá!