EDITORIAL

Deuda pendiente en materia de salud

Las estadísticas no siempre alcanzan para describir un fenómeno en profundidad. Sin embargo, ayudan a generar señales que, correctamente decodificadas, develan situaciones que pueden ser el punto de partida para la búsqueda de soluciones.

Publicaciones

“Simenon. Álbum de una vida”  

“Georges Simenon nace, a principios del siglo XX, en el seno de una familia modesta de la Rue Léopold de Leja, ciudad donde pasa su infancia y su adolescencia. Pronto abandona los estudios y se convierte en periodista de la Gazette de Liége, para la que redacta centenares de artículos. Con claras dotes para la escritura, no tarde en realizar sus primeras y tímidas tentativas literarias”. Así comienza la vida (y la carrera literaria) del impar Georges Simenon, y así comienza Álbum de una vida, de Michel Lemoine, un libro que sigue día a día la formidable producción de este prodigioso contador de historias; con la transcripción de declaraciones; anotaciones de un diario; testimonios y documentos (cartas a y de André Gide, Federico Fellini, Henry Miller, entre otros); comienzos de novelas, e ilustrado con fotografías y documentos; fotogramas y carteles de las producciones cinematográficas basadas en sus ficciones; facsímiles de manuscritos y de tapas de libros... en suma, un recorrido biográfico excepcional en una cuidada publicación de Tusquets, editorial que ha publicado y sigue publicando el corpus más importante de la bibliografía de Simenon.

AL MARGEN DE LA CRÓNICA

“Sextear” o no “Sextear”: esa es la cuestión

Hubo una época, no hace mucho tiempo atrás, en la cual el cortejo entre hombres y mujeres era todo un arte.

El suicidio de Leandro N. Alem

Leandro N. Alem se suicidó el 1º de julio de 1896. Es probable que su muerte se haya producido alrededor de las diez de la noche. Lo seguro es que el cochero que lo trasladaba hasta el Club del Progreso lo encontró sin vida y corrió desencajado a avisar su macabro hallazgo a los socios de esa institución. Se dice que lo trasladaron inmediatamente y que su cuerpo, ya sin vida, fue dejado sobre una de las mesas de una sala. Media hora después el club desbordaba de gente. Nadie sabe cómo la noticia se pudo propagar con tanta rapidez, pero lo cierto es que antes de la medianoche una multitud se apretujaba sobre la calle Victoria, mientras la gente seguía llegando desde los cuatro puntos de la ciudad.